En las horas previas a que Héctor Daer confirme, en el histórico edificio de la calle Azopardo, que la CGT tiene definido realizar el tercer paro general contra el gobierno de Javier Milei, hubo varios intentos de desactivar la protesta. Según las versiones que corrieron esa tarde, a través del secretario de Trabajo Julio Cordero, la gestión libertaria intentó convocar a la dirigencia gremial, para suavizar lo que después se anunció. En Casa Rosada esperaban que haya un “apoyo formal” a la marcha de jubilados e hinchas, pero que su presencia fuera testimonial, como pasó. Pero no tenían en la agenda el tercer paro nacional. Pero la violenta represión, las presiones internas y la falta de resultados en este año de postura dialoguistas torcieron el rumbo. Así se fue gestando la nueva protesta, que será parte de un plan de lucha, según los más entusiastas. Pero otros consideran que la nueva jornada de lucha no implica dejar de negociar por temas claves, como fondos de las obras sociales, reforma laboral y aportes de los trabajadores. Lo cierto es que el anuncio de la CGT puso en movimiento al resto de los sectores, que esperan que esta nueva protesta termine de darle forma a un núcleo de resistencia al modelo económico y social libertario.
El anuncio del tercer paro de la CGT sacudió de la modorra a la dirigencia, que venía analizando la posibilidad, y los eventos de esta semana aceleraron la decisión. Primero, se sumaron a la marcha de hinchas y jubilados, aunque no lograron movilizar porque, según comentan, la represión comenzó temprano. La violencia de la respuesta del gobierno hizo el resto. Por eso en pocas horas, se fue dando el consenso para dar este paso, que algunos quieren sea el inicio de una escalada de protestas. “La política de ajuste del gobierno ha llegado a un punto en que sólo se sostiene con represión, porque la protesta social se masifica, aunque no sea de forma orgánica”, sostuvo Héctor Amichetti, dirigente gráfico y referente de la Corriente Federal de los Trabajadores. Este espacio interno de la CGT viene articulando con las dos fracciones de la CGT y los sectores más combativos de la central obrera, y viene pidiendo por una mayor acción de la dirigencia.
Lo cierto es que para Amichetti, “la brutal represión de ayer tiene un costo político muy alto para el gobierno nacional, a partir de ahora seguirá creciendo la protesta popular porque no cambiarán las políticas que producen despidos y pobreza”. En ese contexto, el llamado de un paro nacional abre la expectativa de un mayor freno al modelo libertario. “La CGT ha intentado un diálogo infructuoso y ahora retomará un plan de acción para confrontar abiertamente con las políticas del gobierno, cuyo desgaste es inevitable porque se le agota el tiempo de la estabilidad económica y se reduce el respaldo de los aliados políticos, tanto de los genuinos como de los comprados”, analizó el dirigente de la Federación Gráfica Bonaerense, en diálogo con Data Gremial. Que el anuncio de la nueva protesta se haya realizado en presencia de la conducción de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) no fue casual. El llamado “gremio de los movimientos sociales” busca coordinar con la central obrera desde el 2016, cuando se achicó la histórica distancia entre trabajadores formales e informales. Por eso, se descuenta que la entidad se sume a la protesta que tendrá fecha la semana que viene.
Se arma la resistencia
Que la CGT haya salido de la fase dialoguista –todavía queda por verse si será de forma permanente –es una oportunidad para los grupos que están trabajando para coordinar una mayor oposición en la calle contra el gobierno nacional. Este juego se viene haciendo desde que comenzó la gestión de Milei, y pudo verse claramente el mismo jueves. Sabiendo que la central obrera reparaba su anuncio, las dos fracciones de la CTA dieron una conferencia d presa, donde adelantaron que volverán a marchar el próximo miércoles. Además, recordaron que las conducciones de ambas centrales tienen “mandato para un paro de 24 horas”, y según remarcó Hugo Yasky, líder de una de las entidades, “la clase trabajadora se tiene que expresar en unidad. Y hay que construir un paro nacional”.
“Nosotros decidimos profundizar la agenda propia”, sostuvo una fuente de las dos centrales, ante la consulta de Data Gremial. En este sentido, se aseguró que la idea es “seguir adelante con estas cuestiones, con el apoyo a las entidades de jubilados de ambas centrales, más allá de las brutales agresiones que sufrimos, en especial los estatales”. Sobre la represión, se recordó que no es “la primera vez que nos cagan a palos, pasó frente a Capital Humano”. La unidad que vienen expresando ambas fracciones, divididas allá por 2011, apunta a fortalecer estos reclamos, que por ahora coincidieron en parte con la CGT. En este sentido, el llamado al paro de la dirigencia “corre por cuenta de ellos”, porque en las dos CTA no esperan estas decisiones para actuar. “Esas cuestiones son secundarias, porque gremios que forman parte de la CGT estuvieron en varias medidas, la unidad siempre crece desde abajo”, resaltó otra de las fuentes consultadas.
Córdoba, pionera
La unidad que comenzaron a expresar las centrales obreras y los movimientos sociales a nivel nacional, tiene algunos antecedentes importantes en las provincias, donde además rigen agendas locales que imponen dinámicas diferentes. Por eso que la dirigencia de Córdoba anuncie un paro para antes de marzo no sorprendió. En la provincia mediterránea gremios y otros sectores están trabajando en conjunto contra las políticas libertarias y la gestión de Martín Llaryora, que entre otras cosas quiere privatizar la empresa eléctrica EPEC. Ante la represión vivida en la Ciudad de Buenos Aires, se anunció una protesta provincial antes que finalice marzo. En Córdoba, hay dos versiones de la CGT (la regional reconocida por Azopardo y otro espacio denominado Histórica) más las dos fracciones de la CTA. Juntas, en unidad con el Plenario Multisectorial, definirán el próximo lunes la fecha de protesta, que se especula podría ser el 27 de marzo.
El plenario realizado para definir esta medida, elaboró un documento conjunto, donde repudió “la salvaje represión del gobierno de Milei que pretende hacer pasar a sangre y fuego el ajuste a jubiladas y jubilados y al pueblo en su conjunto”. Además, denunció “el peligroso escenario montado por Milei y Bullrich que muestra a un gobierno en descomposición, asediado por la crisis que sus políticas generan mientras recrudece su faceta represiva”. “Con esto se esconden las consecuencias de un plan económico que castiga a los más vulnerables y pretende tapar el escándalo de la cripto estafa, sus decisiones totalitarias y antidemocráticas, como gobernar de manera permanente por decreto”, agregaron en el texto. Además, como a nivel nacional apuntaron contra la ministra Bullrich, a quien acusaron de violar “todos derechos constitucionales a través de una violencia institucional previamente organizada, y también cuando llama a los manifestantes como ‘golpistas’, ‘militantes, ‘barrabravas’ atentando contra las garantías constitucionales y la paz social instalando el terror”. Ante esto, convocaron a movilizar el próximo miércoles 19 de marzo junto a los jubilados de Córdoba, hinchas, organizaciones sociales, sindicales, organismos de derechos humanos y ciudadanía, en la Plaza San Martín.