En plena crisis de Aerolíneas Argentinas, el secretario General de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), Ricardo Cirielli, lanzó duras críticas contra otros gremialistas aeronáuticos, responsabilizándolos de generar un malestar que le resulta funcional al Gobierno para llevar a cabo su plan de remate de la línea aérea de bandera.
“Todas las medidas de fuerza gremiales implementadas para conseguir un aumento salarial justificado y necesario en Aerolíneas Argentinas no lograron obtener ni un peso más que el dispuesto por el gobierno nacional”, comienza el comunicado de APTA que lleva la firma de su titular.
En cambio, continua: “Generaron un descontento generalizado entre los pasajeros y la sociedad, otorgándole al gobierno legitimidad social para: reactivar la privatización de Aerolíneas Argentinas; declarar como servicio esencial la actividad aeronáutica civil y comercial; desregular el servicio de rampa, en perjuicio de Intercargo; habilitar a pilotos, tripulaciones y aeronaves extranjeras para operar vuelos de cabotaje; despedir pilotos y trabajadores de Intercargo”.
Por si eso fuera poco, Cirielli apuntó contra los paros llevados a cabo por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) que encabeza Pablo Biró y otros gremios del sector: “Es ignorar la realidad o ser el topo que elimine a Aerolíneas desde dentro, evitándole al Gobierno el costo de lo que tanto anhela hacer”.
Con respecto a ese método de lucha, el dirigente gremial que ya va por gestión N° 9 recordó: “En 2001, solo hubo nueve días de paro para reincorporar a 500 despedidos por Iberia/Sepi. Luego, logramos salvar a Aerolíneas mediante siete meses de movilizaciones, actos y negociaciones gremiales, sociales y políticas. No hubo un paro más”. Y agregó: “Los paros no son el único instrumento de lucha. En aquella ocasión, utilizamos otros métodos, surgidos colectivamente y muy efectivos”.
Por otra parte, en la misiva aseguró que “para diciembre, los pilotos han anunciado que no están aseguradas las operaciones de vuelo, lo que podría llevar a un cese de actividades en la empresa”. Y resaltó en letras mayúsculas: “pérdidas para trabajadores, trabajadoras y aerolíneas argentinas. Ningún logro salarial”.
No a la privatización
A su vez, Cirielli remarcó que “APTA estuvo y está en desacuerdo con la privatización de Aerolíneas Argentinas. Privatizarle es entregarla nuevamente a empresas extranjeras, interesadas sólo en sus activos y sus mercados. La vaciarán, llevarán a la quiebra o la absorberán y la harán desaparecer”.
“Si Aerolíneas Argentinas desaparece, las empresas extrajeras que la reemplacen operarán sólo en destinos rentables y no necesariamente con la misma frecuencia. Para cubrir los destinos nacionales no rentables, a los que hoy sólo vuela Aerolíneas, exigirán subsidios. Ninguna empresa hace beneficencia. Así, los fondos de los contribuyentes que hoy recibe Aerolíneas se dirigirán luego a empresas extranjeras”, sostuvo el dirigente.
Por último, el líder de APTA manifestó que desde su sector nunca afectarán a los pasajeros, quienes son parte de Aerolíneas y la valoran tanto como sus empleados. Al tiempo que subrayó: “No merecen ser perjudicados, ya que nos han ayudado y nos ayudarán a salvarla nuevamente. Si no los agredimos como enemigos, se unirán a nuestra lucha. Con el pueblo, se puede lograr todo; sin él, nada".