Pareciera que fue ayer, cuando la inmensa mayoría del pueblo argentino, cansado y saturado de la mediocre gestión que tuvo el gobierno nacional anterior, tanto en materia política, social y económica; reclamó por un gobierno peronista.
Probablemente tener que afrontar una pandemia fue difícil para muchos oficialismos en todo el mundo.
Sin embargo, hay que seguir gobernando un país con o sin pandemia.
Los mejores líderes se ven en los peores momentos, y no cuando el panorama es dentro de todo fácil de manejar.
Sin embargo, hay una serie de deficiencias que el Frente de Todos, hizo conocer a todos nosotros.
Saliendo de a poco de etapa más aguda de la pandemia, hubo que empezar a tomar medidas económicas de fondo.
Hubo que salir a explicar el plan económico que se tenía.
Hubo que anunciar qué modelo de país era el que impulsarían.
Pero con el devenir de los días empezamos a ver que al parecer no había medidas de fondo.
Que no había un verdadero plan económico.
Y que tampoco este frente electoral, tenía un modelo de país para nuestra querida República Argentina.
Esto no sólo se evidenció en la imperdonable falta de gestión que vienen teniendo desde que asumieron, y hasta la actualidad.
Esta gestión nacional, viene aumentando notablemente el número de pobres.
Trabajadores registrados, y jubilados en su mayoría; tienen ingresos por debajo de la canasta básica total.
Si a dicha canasta, se le agregara a la hora de su cálculo, el costo de un alquiler (sumando también expensas), deberíamos estar agregando a dicho número unos SESENTA MIL PESOS ($60000) más aproximadamente, lo que sin lugar a dudas, aumentaría significativamente el número de pobres en nuestra Nación.
Es vergonzoso el número de argentinas y argentinos que dependen de planes o ayudas estatales, solamente para sobrevivir.
El actual gobierno nacional fue en el plano electoral todo un éxito; a la hora de ganarle la elección a la oposición.
Pero el actual gobierno nacional fue en el plano de la gestión un rotundo fracaso y una nueva decepción a todo un pueblo que los apoyó para que ganen.
Es inaceptable ver las internas que tiene el propio Frente de Todos desde hace meses, lo que en muchos casos ha terminado con la salida de varios Ministros de confianza del Presidente.
La situación económica y social actual, es realmente muy delicada.
Pero tenemos la impresión que quienes gobiernan, no entienden la gravedad de la misma.
Incluso hay integrantes del actual gobierno nacional, que están trabajando con la aspiración de ganar la próxima elección presidencial y por la gobernación de Buenos Aires.
¿Qué méritos tendrían para que los voten, cuando las tres fuerzas que integran la actual coalición gobernante, están siendo un verdadero fracaso por donde se lo vea?
Constantemente tanto el Presidente y la Vicepresidente han hablado del peronismo y de han definido como un gobierno peronista (lo que no es tan así, porque se trata de una coalición de fuerzas).
Como peronista y viniendo de familia peronista, considero que el actual gobierno nacional, no es peronista.
Para el peronismo, solo existe una clase de hombres: los que trabajan. El actual gobierno nacional, sigue apostando a los planes sociales y no al trabajo para la gente.
La columna vertebral del peronismo fue siempre el movimiento obrero. El actual gobierno nacional tiene como columna vertebral a los movimientos sociales.
Para la doctrina peronista primero está la patria, luego el movimiento y después los hombres. En el actual gobierno nacional, diera la sensación que primero están los nombres, luego el movimiento y por último la patria.
Por estos motivos y muchos más, siento que el actual gobierno nacional, no es peronista.
Sumado a todo esto, la clase trabajadora y los jubilados no cuentan con una CGT de verdad, con dirigentes que los defiendan.
La CGT en los últimos años, ha sido acomodatocia de todos los gobiernos de turno, y nada han hecho por quienes trabajan y por quienes se han jubilado.
La crítica situación que atraviesan tanto los trabajadores y jubilados, se debe a una dirigencia de CGT que no hizo nada por ellos. Hablamos de una dirigencia de CGT tibia, excesivamente moderada y alineada más con la política partidaria, que con las bases. Hablamos de una C.G.T. con una dirigencia que cumplió su ciclo y, por ende, en la que se deberían ir absolutamente todos.
Lo que lamentablemente se está visibilizando, es que frente a otro gobierno argentino que decepciona al pueblo; frente a otro gobierno argentino que fracasa en la gestión, frente a otro gobierno argentino que incumple sus promesas electorales; y frente a una CGT virtual e inexistente, estarían así dadas las condiciones para que la derecha vuelva a gobernar nuestro país en 2023.
Pareciera que el actual gobierno nacional y la CGT, le estuvieran poniendo alfombra roja para que lleguen.
Que cada quien, saque sus propias conclusiones sobre donde estamos parados y hacia dónde nos están llevando.