La República Argentina cuenta con una rica historia en materia sindical.
Hubo gigantes del gremialismo que lograron las mayores conquistas dentro de sus organizaciones sindicales, y actualmente son jubilados.
Por aquellos tiempos, había integrantes de los Consejos Directivos que cumplían la jornada laboral junto a las bases, y después iban al sindicato para gestionar en los cargos que estaban.
Por estos días, el uso de los permisos gremiales ha desviado de alguna manera, el camino que nos marcaron quienes nos precedieron. Hay que predicar siempre con el ejemplo.
Nada mejor que trabajar junto a las compañeras y compañeros, y después ir al sindicato.
Muchos permisos gremiales no se justifican a veces, porque quienes los usufructan no tienen gestión visible alguna, o quizás directamente no estén a la altura de las circunstancias para el lugar que ocupan.
Hubo grandes dirigentes gremiales, que ingresaron al sindicato con un nivel de vida (su casa y su auto por ejemplo), y se fueron de la gestión con lo mismo que llegaron.
Hubo grandes dirigentes sindicales que gestionaron para el beneficio del gremio en su conjunto, y no en beneficio propio o de sus familiares y amigos.
Hubo grandes dirigentes gremiales que, a pesar de su corazón político partidario, nunca encolumnaron la estructura sindical detrás de ningún partido o dirigente político partidario.
No usaban el sello y la historia de toda una organización sindical para hacer política partidaria con ninguna fuerza.
Mantuvieron siempre la independencia política y eso permitió que no se viera limitada o restringida la propia gestión sindical o los planes de lucha que oportunamente se llevaban adelante.
Hubo grandes dirigentes sindicales, que pusieron de pie entrañables Obras Sociales Sindicales, que brindaban las mejores prestaciones y coberturas a sus afiliadas y afiliados, funcionando tan bien como lo hace un reloj suizo. Fueron administradas por los verdaderos dueños: los trabajadores y jubilados aportantes a la misma.
Hubo grandes dirigentes sindicales que no se atornillaron a cargos, ni se autoproclamaron como los únicos capaces para conducir (eso demuestra que eran verdaderos líderes naturales y no líderes impuestos).
Supieron formar cuadros y capacitaron a la juventud para que los sucedan. No los veían como un peligro, para los planes de continuidad indefinida en cargos de la estructura sindical.
Lamentablemente, en la actualidad, hay Estatutos Orgánicos Sindicales que impiden que los afiliados jubilados puedan votar las autoridades del Sindicato.
Tampoco pueden votar el balance sindical.
Además, no pueden ocupar cargo alguno en la estructura sindical (por ejemplo en la Secretaría de Previsión Social).
Esta situación es inaceptable.
Pues quienes son nuestros mayores ejemplos a seguir, hoy son postergados en muchas organizaciones sindicales por las disposiciones de algunos Estatutos Orgánicos.
Desde la Agrupación 29 de Mayo del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba que integro, elevamos junto a compañeras y compañeros en actividad y jubilados, un proyecto de democratización del Estatuto Orgánico Sindical, que entre otras cosas, prevé que los afiliados jubilados puedan votar en las elecciones de autoridades del sindicato. También que puedan votar el balance sindical. Asimismo, que puedan cubrir como mínimo dos cargos dentro de la organización sindical. Hablamos de la Secretaría y Subsecretaría de Previsión Social (quien mejor que una compañera o compañero jubilado, para estar al frente de ese lugar que en definitiva aborda sus propias problemáticas).
Estamos convencidos, por otro lado, de que los afiliados jubilados deberían integran una Comisión que fiscalice el funcionamiento de la Obra Social sindical.
Los afiliados jubilados deben tener un rol activo dentro el sindicato, considerando clave que participen en disertaciones y cursos de capacitación sindical para los más jóvenes.
Muchas veces en nuestro país se habla de inclusión, igualdad, y unidad.
Entonces, llegó la hora de que, en todas las organizaciones sindicales argentinas, los afiliados jubilados sean tratados con la importancia y el respeto que se merecen.
Para ello, será necesario avanzar en modificaciones de muchos Estatutos Orgánicos Sindicales, para que así se lo permitan.
En nuestro gremio, contamos con compañeras y compañeros jubilados de avanzada edad, que sin importar ello, mantienen intacto su activismo sindical.
Son el mejor ejemplo que podemos tener por estos días.
En nuestro caso, son parte de la historia viva del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, los apoyaremos y acompañaremos para hacer este proyecto, una realidad.