Pronóstico pesimista para 2025: salarios a la baja y fuerte precarización laboral

Según diversos especialistas, el modelo económico implementado por el gobierno de Javier Milei trae consigo una fuerte precarización laboral, una acelerada desvalorización de los salarios y se profundizará los despidos de la industria durante el año que comienza 
 

Lunes, 30 de diciembre de 2024 10:40

Tras un año de gestión del gobierno de Javier Milei los resultados para la economía son desastrosos. El número fino nos da un un total de 182.566 puestos de trabajo asalariado registrado menos, dentro de los cuáles 138.785 son del ámbito privado, y 43.781 del sector público. 

Las medidas del modelo económico implementado por el Ministro de Economía Luis Caputo, en muchos casos símiles a las políticas aplicadas por Martinez de Hoz en los ‘70, avizoran un escenario complicado para la Argentina. 

Ajuste fiscal, despidos y paralización de la obra pública, tres puntales fundamentales de este gobierno que a través de su discurso justifica todas estas acciones amparándose en el 2.4% de inflación mensual, según los últimos datos registrados por INDEC. Sin embargo, los especialistas coinciden en que este modelo sólo puede tener un fin: resquebrajar y atomizar el tejido social y productivo nacional.

El economista y director del Instituto del Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), Claudio Lozano, habla de un modelo changa, un esquema productivo que se caracteriza por empleos de bajos ingresos, condiciones laborales precarias y una acelerada desvalorización de los salarios. Según él ese modelo, que se sostendrá durante todo el 2025, se va a sostener en una profundización del incremento de la precarización y un mercado laboral de muy bajos ingresos. 

“El modelo changa no solo implica un deterioro de las condiciones laborales, sino también un debilitamiento de la cohesión social y un aumento de las desigualdades. La deuda se erige cada vez más como el sustituto del ingreso laboral estable y el trabajador se convierte (y continuará haciéndolo con más ahínco en el futuro cercano), en un recolector de ingresos”, explica.

Consecuencias de un ensayo "anarcocapitalista".

Luis Campos, Director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, explicó que el 2024 fue muy desfavorable para los trabajadores. Un fuerte retroceso del empleo registrado con la pérdida de cuantiosos puestos en el sector privado, el público y casas particulares con un incremento de la tasa de desocupación, y un aumento de la precarización laboral medida por el aumento de los asalariados no registrados. Como consecuencia, él destaca que el crecimiento del empleo por cuenta propia terminó ayudando para que la tasa de desempleo no fuera incluso mayor. 

En ese sentido Campos agrega que es probable que el 2025 no tenga muchas cosas mejores para mostrarnos que lo que ya estamos viviendo. “Va a depender de qué pase a nivel macroeconómico”, expresa y dice que si el gobierno logra sostener esta relativa estabilización a la cual contribuyó (y mucho) la fuerte recesión del primer semestre, “viene una especie” de estabilización de la situación actual. 

Además argumenta que se ve en la intención del gobierno de impedir que se negocien aumentos salariales por encima de la inflación. Con todo, aclara, «estamos hablando de estabilizarse en una caída de 2024 contra los niveles de 2023 que ya eran históricamente bajos».

Otras voces

Oscar Martínez, especialista del Taller de Estudios Laborales (TEL) manifestó que el 2025 no parece que vaya a ser mejor. Según él ocurre que la destrucción de puestos, la caída salarial y el deterioro de los ritmos de trabajo son la punta del iceberg de un proceso claramente perjudicial para el conjunto de los trabajadores. Las patronales rápidamente tomaron nota del cambio de gobierno y de su orientación y montaron una ofensiva brutal».

Sumado a esto, reitera que "es asombrosa la pasividad de la CGT. Cuanto más avanzaba la ofensiva del gobierno, menos hacía y decía. Pero también de la oposición ‘no amigable’, que no quiere o no puede proponer una alternativa real".

Campos coincide en que, efectivamente, «uno de los desafíos pensando en 2025 e incluso más allá es cuál va a ser el lugar de la protesta y de la conflictividad social en un escenario donde "no parece haber muchas buenas noticias para los trabajadores en el mediano y largo plazo»

Sobre el final Lozano agrega que actualmente, una de cada cuatro personas activas en el mercado de trabajo, está buscando un empleo. La desocupación ha dejado de ser la métrica del malestar laboral. En su lugar, la incidencia de la pobreza entre los ocupados será un sensor importante que cobrará relevancia en el tiempo. Los niveles de pobreza entre los ocupados alcanzan incluso a aquellos con más de un empleo.