Una encuesta reveló que el 60% de los argentinos considera indispensable a los sindicatos a la hora de defender sus derechos laborales. Dentro de un contexto donde el gobierno nacional de Javier Milei mantiene una avanzada furiosa contra los sindicatos- donde se busca la vulneración de su capacidad de representación y operatividad, los datos le juegan una mala pasada a la actual administración de turno.
Un dato interesante se dispara de la evolución respecto a la percepción de que los sindicatos son el principal problema del país: esta idea disminuyó 23 puntos entre mayo de 2023 y noviembre de 2024. Un cambio drástico que coincide con el avance de las medidas recesivas del gobierno libertario.
Hernán Vanoli, director de la consultora Sentimientos Públicos, explicó que las corporaciones políticas y sindicales son clave en la imaginación pública argentina. También señaló que la Argentina, posee una marcada tradición corporativa, y mantiene una relación particular con las corporaciones políticas y sindicales.
El estudio también refleja que la opinión favorable hacia las organizaciones gremiales se basa en su capacidad para negociar mejoras salariales, garantizar condiciones laborales dignas y actuar como contrapeso frente a posibles abusos de empleadores o políticas desfavorables. “Los trabajadores sienten que los sindicatos son un escudo frente a la precarización laboral”, señalan los analistas responsables de la investigación.
Preocupaciones de la gente
También, el informe reveló que existe un giro en las preocupaciones sociales. Se priorizan otras problemáticas por encima del rol sindical. El documento también trata la percepción de la "casta" en la población argentina. El estudio, que abarcó 2.500 casos y que contó con un intervalo de confianza del 95% y un margen de error de tres puntos, indagó en las percepciones ciudadanas sobre estas corporaciones.
Según Vanoli, los gremios y sindicatos no sólo forman parte del entramado estructural del país, sino que también ocupan un lugar central en la imaginación pública. "Su estima social es volátil, pero nos encanta debatir sobre ellas", afirmó. Entre los principales ejes de análisis, el trabajo abordó preguntas como quiénes representan a la casta para la gente común, qué relación tienen estas figuras con el presidente Javier Milei, cuáles son los tipos de trabajo que la sociedad aspira a alcanzar y cuál es la visión sobre los sindicatos como herramienta corporativa.
Desde la consultora destacaron que este estudio busca arrojar luz sobre las tensiones entre la valoración social de estas instituciones y el modelo político y laboral que impulsa el actual gobierno. El informe reveló que 7 de cada 10 argentinos consideraron la hipótesis corporativa: la casta son élites de empresarios y políticos que dominan la escena hace más de una década. En segundo lugar, casi 6 de cada diez (59%) optaron por el círculo rojo mediático e incluyeron a sindicalistas y periodistas.
Quién es la casta
Por debajo aparecen “políticos profesionales de cualquier partido”, con un 48% y “empleados públicos”, con apenas un 12%. Entre los sectores sociales, los segmentos medios son, en promedio, los que menos señalan la existencia de castas. Sin embargo, sobresalen en una categoría particular: “las altas esferas, aquellos que nunca pierden, los grandes empresarios y los políticos que están desde hace más de diez años en el centro de la escena”. Este grupo se muestra el doble de crítico respecto a la casta en comparación con los sectores altos y bajos, y enfoca su señalamiento especialmente hacia funcionarios, empleados públicos, políticos y figuras mediáticas.
En contraste, los jóvenes se perciben menos inclinados al discurso anti casta, mostrando una actitud más moderada que la de los adultos mayores. Por otro lado, entre los votantes de Sergio Massa no se registran diferencias relevantes en la percepción de las castas según la región, sea Provincia de Buenos Aires, CABA o el interior del país.
La información recogida llega en un momento clave, en medio de una cruzada del gobierno nacional de Javier Milei contra los sindicatos donde hay existe la decisión radical de reducir la influencia de dichas instituciones en la sociedad, y de su capacidad operativa y representativa.
Los resultados generan interrogantes sobre las reformas laborales planteadas por ciertos sectores políticos, que buscan flexibilizar las condiciones de trabajo y reducir el peso de las instituciones gremiales. En este sentido, surgen preguntas sobre cómo podrían afectar estos cambios a la percepción popular del rol sindical.