En medio del proceso de reglamentación de la Ley Bases, el Gobierno está planeando una reforma laboral más extensa que la implementada por esa norma. Esta reforma contemplará varios puntos clave, como la posibilidad de ampliar la jornada laboral mediante convenios colectivos, reintroducir los tickets de comida por fuera del salario y permitir la firma de contratos que puedan implicar la pérdida de derechos adquiridos.
Según El Destape, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, será el encargado de abrir el diálogo con sindicatos y cámaras empresariales para discutir la ampliación de la jornada laboral, la reintroducción de tickets de comida como ítems no remunerativos y la posibilidad de firmar contratos que impliquen la pérdida de derechos adquiridos. Esta ronda de negociaciones se desarrollará en las próximas semanas, con el objetivo de preparar nuevos proyectos de ley para ser presentados al Congreso.
En paralelo, Cordero ha estado trabajando en la reglamentación de la Ley Bases, buscando un equilibrio que permita congraciarse con los sindicatos mientras se avanza en las reformas estructurales. Entre los cambios propuestos se encuentra la flexibilización de la norma que penaliza los bloqueos a empresas y la figura del "trabajador colaborador", que busca formalizar las relaciones laborales de monotributistas bajo un esquema de asociación libre.
Lo que viene
Los funcionarios del Gobierno tienen la expectativa de introducir una nueva normativa que vuelva a categorizar como no remunerativos ciertos ítems como los tickets de almuerzo, viáticos, refrigerios, transporte y otros como la cobertura de medicina privada o incluso acceso a gimnasios por parte de la empresa. Aunque históricamente la Justicia ha considerado estos ítems como no remunerativos, el Gobierno prefiere una regulación más precisa y estricta para evitar disputas legales.
Otro punto que estaba contemplado en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y que el Ejecutivo planea insistir es la modificación de la jornada laboral. Actualmente, la ley establece un máximo de 48 horas semanales y 8 horas diarias, en línea con estándares internacionales. Sin embargo, se está considerando la posibilidad de establecer jornadas de hasta 12 horas mediante convenios colectivos de trabajo. El único límite propuesto sería garantizar un descanso mínimo de 12 horas entre jornadas laborales, una condición que no se espera modificar en este momento.
El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) incluía la propuesta de establecer bancos de horas, un mecanismo que permitiría a los empleadores distribuir el tiempo de trabajo según sus necesidades. Julio Cordero, quien anteriormente se desempeñó como asesor legal de la Unión Industrial Argentina (UIA), expresó su oposición a una ley que buscaba reducir la jornada laboral durante una audiencia en el Congreso el año pasado. Su comentario, que se hizo viral en redes sociales, cuestionaba la idea de limitar las horas de trabajo, preguntando retóricamente si estar en contra de trabajar menos significaba estar en contra del trabajo en sí.
Además, en el plan ejecutivo, influenciado por las ideas de Federico Sturzenegger, se contempla otro punto que podría generar considerable fricción con los sindicatos: la flexibilización del principio de "irrenunciabilidad" establecido en la normativa laboral argentina. Este principio asegura que ningún trabajador puede aceptar condiciones laborales inferiores a las establecidas en su contrato, y ningún sindicato puede validar dichas condiciones. Los funcionarios gubernamentales argumentan que este principio ha rigidizado las relaciones laborales, haciendo difícil implementar cambios unilaterales en los contratos sin recurrir a despidos, indemnizaciones y recontrataciones bajo nuevos términos.
Estos puntos reflejan un enfoque hacia reformas que buscan promover la flexibilidad en las relaciones laborales, aunque también plantean desafíos significativos en términos de negociación y aceptación por parte de los sindicatos y otros actores involucrados en el ámbito laboral argentino.