El Miguelito era hasta hace unos días la última fábrica de asientos de bicicletas abierta en el país. luego de 50 años de actividad, a fines de junio tuvo que cerrar sus puertas, producto de la recisión y la crisis económica. Ubicada Carrizales, en un pueblo de 1.200 habitantes de la provincia de Santa Fe, no pudo absorber el impacto de la actual situación, y dejó a sus 12 empleados sin trabajo. Su caso generó repercusión y es parte de un record muy alarmante de la gestión de Javier Milei: en seis meses se perdieron 10 mil pymes en todo el territorio nacional. El dato surge del análisis delos datos oficiales que hizo la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), que se difundieron esta semana y que son considerados “devastadores”. “La ENAC denuncia públicamente que en seis meses Javier Milei y Luis Caputo destruyeron 10 mil empresas pymes en la Argentina”, sostiene el comunicado de la entidad. Los datos se completan con un nuevo desplome en junio de las ventas minoristas, lo que genera un cóctel explosivo. De la mano de las medidas libertarias, las grandes empresas se fortalecen mientras las pequeñas desaparecen, y los consumidores sufren la baja brutal del consumo.
El informe de la enac apunta al brutal impacto del plan libertario sobre el sector pyme. “Advertimos al Congreso de la Nación y al gobierno nacional que este no era el camino para salir de los problemas de la Argentina, no escucharon, y ahora el daño esta hecho. Este experimento libertario está destruyendo 50 pymes por día en la Argentina sin plan ni rumbo económico que genere certidumbre sobre le clima de negocios para poder desarrollar nuestra actividad económica en paz”, expresó el informe de la entidad, al que tuvo acceso Data Gremial. “Mientras en Brasil el presidente Lula da Silva crea el ministerio de las pymes en Argentina su par Javier Milei destruyó en solo 6 meses 10 mil empresas”, insistió la ENAC. “La recesión ordenada por el presidente Milei y ejecutada por el ‘ministro endeudador de Economía’ Luis Caputo con rigurosidad ha pasado de recibir un país que creaba 8.600 empresas por año a uno que destruye su equivalente en la mitad de tiempo”, afirmaron. La situación se ha tornado “de gravedad para los hombres y mujeres que producen y dan trabajo en la Argentina. Brasil tiene la sexta economía mundial con 38 ministerios. Versar sobre el Estado ausente o presente frente al genocidio pyme en marcha es claramente una discusión estéril ante el ejemplo concreto de progreso de nuestro principal socio comercial”, argumentó la entidad.
El trabajo traza una línea histórica respecto de la destrucción de empresas pymes que se viene dando en los últimos años. La propia ENAC había alertado en otro reporte que desde 2011 a la fecha se cerraron 73.500 empresas chicas y medianas, lo que demuestra que la situación no es nueva. Lo que sorprende es la velocidad del daño de estos meses. “La gestión Mauricio Macri y Gabriela Michetti destruyó 24.505 empresas a lo largo de su mandato. Por lo tanto, la gestión que inició Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner en diciembre del 2019 arrancó con 544.232 empresas (462.400 microempresas 80.459 pequeñas y medianas y 1.373 grandes empresas) y finalizó en diciembre del 2023 con 537.628 empresas”, es decir, 6.554 unidades de trabajo menos. Ese número casi se duplica en apenas seis meses de gestión libertaria.
Recesión
La gran mayoría de las pymes no sólo es creadora de empleo, sino que crece a partir del consumo interno, lo que hace que la recesión que se vive desde enero sea la gran explicación de la situación que se vive en la actualidad. En junio hubo nuevamente una baja en las ventas minoristas, lo que demuestra que el círculo vicioso de “baja del consumo, cierre de pymes, profundización de la recesión” sigue avanzando. Según el último reporte de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) el mes pasado las operaciones en comercios minoristas “retrocedieron 21,9 por ciento, a precios constantes, y acumulan una caída de 17,2 por ciento en el primer semestre del año”. “Si bien los comercios están más aliviados por la mayor estabilidad en las listas que reciben, la dinámica de las ventas que no despuntan preocupa”, afirmó el trabajo, al que tuvo acceso Data Gremial.
Según la CAME, “no hubo ningún rubro que haya escapado a la tendencia general. Impactó en la caída la cantidad de feriados que hubo en el mes, el del 17 de junio por la conmemoración del fallecimiento de Martín Miguel de Güemes, y el puente por el Día de la Bandera que generó un fin de semana largo de cuatro días”. “El Día del Padre ayudó a repuntar los productos vinculados a esa fecha, pero esto sólo se dio en los días previos. No hubo venta posterior, como habitualmente sucede. La gente buscó comprar en cuotas, con mucha demanda del programa Cuota Simple”, recalcó el informe. En Alimentos y bebidas, por ejemplo, “los comercios indicaron que la caída del consumo se debió a que mucha gente se volcó a los mercados mayoristas en la búsqueda de mejores precios”.
Sobre los comercios pymes, la cámara que los nuclea relevó que la medida que más esperan es la reducción de impuestos (40,7 por ciento), seguida por el estímulo a la demanda interna (17 por ciento). “Esto sugiere que, en el contexto actual, los comerciantes priorizan las intervenciones directas que pueden mejorar su competitividad y eficiencia operativa sobre opciones de financiamiento más favorables”, se explicó. En lo que refiere a los principales obstáculos que enfrentan son la falta de ventas (57,6 por ciento) y los altos costos de producción y logística (23,4 por ciento).
Desigualdades
Estos datos no hicieron más que profundizar la desigualdad en el país. La Argentina de Javier tiene hoy un Gini del 0,467, lo que expresa el grado de desequilibrio más alto desde el 2016. Pocos sectores expresan con mayor claridad esto que el farmacéutico. El DNU 70 de diciembre pasado liberó los precios de los medicamentos, y su venta dejó de estar regulada, como casi todo el sector sanitario. Esto hizo que los tratamientos tengan una suba brutal, que hizo que los laboratorios productores, tanto nacionales como multinacionales, tuvieran mejoras en su facturación extraordinarias. El último reporte del INDEC muestra que la facturación de los laboratorios que operan en el país en el primer trimestre del 2024 alcanzó un total de 1,4 billones de pesos (1.491 millones de dólares), “lo que representa un incremento del 361,7 por ciento con respecto a igual período de 2023”, informaron este lunes desde el organismo de estadísticos y censos. Esto significa unos 70 puntos por encima de la inflación promedio.
Esto explica que una empresa emblema del sector, como es Laboratorios Richmond, esté entre las 15 firmas que más ganaron en el país de Milei. Así lo recalcó un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), que lidera el economista Claudio Lozano, que analiza las grandes ganancias de las principales empresas oligopólicas del país, consideradas las más beneficiadas en los primeros seis meses de gestión libertaria. Los datos del IPyPP, a los que tuvo acceso Data Gremial, aseguran que las ganancias operativas que reporta la actividad principal crecieron en el primer trimestre del año 189 por ciento, mientras el resultado neto del ejercicio contable se disparó 9.851 por ciento. “La desregulación del sector promovida por la actual gestión habilitó a las compañías farmacéuticas impulsar un abrupto incremento en el precio de los medicamentos, muy por encima del nivel general de precios de la economía”, analizó el informe.
Estas ganancias extraordinarias expresadas por la industria chocan con la realidad de la población argentina a la hora de acceder a los medicamentos, en especial los adultos mayores, los que más compran tratamientos. En este sentido, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) alertó sobre el comportamiento de precios de medicamentos más utilizados por jubilados, e inició un raid de incrementos significativos. “Esto puede terminar en una tragedia”, le dijeron a Data Gremial desde la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), que vienen siguiendo el tema, a esta altura considerado “un problema muy grande de acceso en la población, que no puede hacerse de productos básicos para su salud”.