La pandemia fue un duro golpe para la Latinoamérica, que se vio afectada tanto por las condiciones sanitarias como económicas que impuso el coronavirus. Las medidas de aislamiento tuvieron un duro impacto en la economía, que en muchos casos no termina de recuperar sus estándares previos a la crisis. En materia de empleo, la destrucción de puestos de trabajo fue brutal, al punto que en muchos países a más de tres años de declararse la llegada del Covid-19 todavía no se consiguió revertir su efecto, estas cuestiones fueron centrales en el último reporte que hicieron en conjunto la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que analizaron el comportamiento de los mercados laborales de la región. En su capítulo dedicado a la Argentina, determinaron que el país logró recuperar los niveles de empleos previos a la pandemia, y se ubica segundo en materia de creación de puestos laborales. pero la mala noticia es que esta tendencia la lideraron los trabajadores informales.
De hecho, la Argentina lidera el aumento dela tasa de informalidad, con más de cuatro puntos respecto del inicio de la crisis del coronavirus. A esto debe sumarse el aumento notable delos monotributistas, que constituyen la mitad de los nuevos trabajadores.
El informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe es una publicación semestral elaborada en forma conjunta por la División de Desarrollo Económico de la CEPAL y la Oficina para el Cono Sur de América Latina de la OIT, dirigidas por Daniel Titelman y Fabio Bertranou, respectivamente. En este reporte, publicado la semana pasada, nuestro país se ubicó segundo en la tasa de recuperación de la ocupación, llevando los datos previos a la pandemia. El trabajo, al que tuvo acceso Data Gremial, establece que el país “está segundo en esta tabla con 104,7 por ciento de recuperación de los niveles de ocupación, mientras que en el caso de Bolivia fue del 107,5 por ciento”. En tercer lugar se ubicó Colombia con una tasa de evolución del 103 por ciento, y Brasil con el 101 por ciento. En tanto, los que no habían logrado recuperar sus niveles de empleo al cierre del 2022 fueron Chile, Paraguay, República Dominicana, Perú, Ecuador y México.
Pero esta buena noticia se complementa con otra menos alentadora. En consonancia con el incremento del número de asalariados y sobre la base de cifras disponibles a la fecha de redacción de este informe, explican las entidades, “se observa que la tasa de ocupación informal promedio de la región experimentó una pequeña reducción durante 2022, al pasar del 48,8 en 2021 al 48,7 por ciento en 2022”. “La informalidad se redujo en 8 de los 11 países de los que se dispone de información, destacándose la reducción en Colombia (2 puntos porcentuales) y Costa Rica (1,7 puntos porcentuales), mientras que en tres países se informó de un alza en la tasa de informalidad, que en el caso de la Argentina fue de 4,1 puntos porcentuales”. Es decir, el país logró una sólida recuperación de los niveles de empleo, pero lo hizo aumentando la informalidad, algo que se viene dando en los últimos años como una tendencia.
Campaña
En el mercado laboral argentino existen muchos ejemplos de cómo estas dos situaciones conviven, como la formación laboral está empujada por la informalidad, que incluyo llega al empleo público. Sin duda las aplicaciones de viajes y entrega a domicilio lideran la recuperación argentina, que vivieron un verdadero boom en la pandemia y ahora se instalaron como alternativa laboral informal para miles de argentinos.
El tema además será parte de la campaña política. Cada vez que pueden, funcionarios de la actual gestión destacan la recuperación del empleo, y la creación de puestos que se logró en el último tiempo. Esto es el pilar de la gestión del presidente, que quiere empujar el candidato Sergio Massa. Además, es parte de la agenda opositora. Hace unos días, Horacio Rodríguez Larreta habló del tema, y propuso la creación de una nueva ley que disminuya las penalidades al trabajo informal y que extienda el período de prueba de los empleados de tres a seis meses y la contratación por un año bajo un “régimen simplificado”, aunque no se especifican detalles de él. Por otro lado, la creación de un fondo de cese de voluntario en “rubros de alta rotación” y la posibilidad de intervenir con las fuerzas de seguridad los bloqueos o paros laborales, a los que se describe como “mecanismos de extorsión”.
Cara y seca
El reporte de la CEPAL y la OIT destacó algunos de las iniciativas del gobierno argentino desde el inicio de la pandemia, que fueron claves para entender la recuperación laboral. Las entidades nombran el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), entre las medidas lanzadas por la gestión del Frente de Todos. Estos datos abonan la idea de que en el proceso post pandémico primó más la creación de puestos de trabajo precarios o con menores remuneraciones, que los que había antes del surgimiento del coronavirus.
Pensando en el futuro, para 2023 la CEPAL estima un crecimiento económico en la región del 1,2 por ciento, un ritmo menor al registrado el año pasado, lo que “redundará en un menor dinamismo en la generación de empleo”. También se prevé “un deterioro de la calidad de este, con menores niveles de protección social y con un crecimiento de la ocupación en sectores menos productivos”.
“Los desafíos son los siguientes: cómo sostener la puesta en marcha de los cambios productivos y las necesarias mejoras de productividad en una región con brechas tecnológicas evidentes; cómo facilitar que estas mejoras se reflejen en incrementos salariales y mejores condiciones para los trabajadores, y cómo continuar con el fortalecimiento institucional para que, en un contexto de menor crecimiento, las brechas por sexo, edad y formalidad no se amplíen”, concluyó la CEPAL.