El inicio del calendario electoral nacional cada vez está más cerca y se ahonda la preocupación en el kirchnerismo por enfrentar los comicios con esta situación de caída del salario real. Por eso dirigentes como Hugo Yasky y Vanesa Siley volvieron a pedir por el pago de sumas fijas para recomponer ingresos, pero en el Ejecutivo volvieron a rechazarlas.
El reclamo de los sindicalistas se produjo durante el acto denominado “Democracia o Mafia Judicial” que se llevó a cabo el último jueves en la plaza Lavalle, frente a Tribunales, un día antes que el Indec diera a conocer que la inflación de marzo había trepado al 7,7%.
Más allá de la genuina preocupación por un fenómeno que viene horadando desde hace años los ingresos de los trabajadores, hay un intento del cristinismo por diferenciarse de la Casa Rosada frente a la definición de candidaturas del oficialismo.
Para la ministra de Trabajo no hay pérdida de poder adquisitivo
Empero, nuevamente la ministra de Trabajo, Raquel "Kelly" Olmos volvió a descartar la publicación de un decreto para otorgar una suma fija al considerar que "no hay pérdida" adquisitiva del salario formal del sector público y privado frente a la inflación.
El discurso que emana por estas horas desde el Ejecutivo buscar atribuir al brusco salto en los precios por efecto de la escasez de dólares que produjo la sequía. Pero, en verdad, desde diciembre pasado los números del IPC vienen escalando de manera preocupante y, de hecho, pulverizaron la pauta salarial del 60% que el Gobierno quería imponer para 2023.
Sí la funcionaria coincidió en la necesidad de establecer paritarias “cortas” como forma de ir adaptando los ingresos al desborde inflacionario. Y respecto a los montos no remunerativos, solo las admitió en el marco de convenios como el celebrado por Comercio el viernes pasado, en el que se incluyó “una suma fija para que ningún salario esté por debajo de los $200 mil a partir de abril".
El acuerdo con el FMI, un ancla que limita cualquier margen de expansión salarial
En el Ejecutivo admiten que el acuerdo con el FMI y el necesario cuidado de las cuentas fiscales son un limitante con el reclamo por una mayor expansión del gasto para hacer frente a las necesidades electorales del oficialismo.
Un ministro consultado por este medio explicó que no ve viable la implementación “de un nuevo IFE” para asistir a los trabajadores informales y a aquellos que se pertenecen a grupos vulnerables y que, de acá al 13 de agosto próximo, cuando se celebren las PASO, “podrá haber medidas sueltas” anunciadas por Economía.
Es en este marco en el que se reabren interrogantes en cómo será la convivencia en el FDT a casi dos meses del cierre de listas. Y más aún, surgen dudas acerca si seguirá firme la alianza táctica entre Cristina Kirchner y Sergio Massa.
El ministro viene de mantener varias reuniones con el staff del Fondo y representantes del sector financiero en Washington casi en paralelo a las críticas que vertió La Cámpora contra el organismo multilateral de crédito.
También hay pesimismo con el sendero descendente que, auguran en el Palacio de Hacienda, mostraría el IPC en los próximos meses. Por eso en el kirchnerismo presionan para dar impulso a la demanda y, de alguna manera, ir de a poco recomponiendo ingresos.