Brecha salarial: las trabajadoras argentinas ganan hasta un 40% menos que los varones

Son datos oficiales del INDEC, difundidos en el marco del Día Internacional de la Mujer. La brecha se reduce en puestos calificados, pero con poco acceso a puestos jerárquicos. El caso de la “doble discriminación” de la enfermería.

09 de marzo de 2023

En su último informe sobre la inserción de las mujeres al mercado laboral, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dejó definiciones bastante pesimistas sobre varias cuestiones, como brecha de ingresos y desempleo. La entidad consideró que “los desequilibrios de género en el acceso al empleo y las condiciones de trabajo son mayores de lo que se pensaba, y los progresos para reducirlos han sido decepcionantemente lentos en las últimas dos décadas”. En general, los datos confirman estas definiciones, tanto en la Argentina como en el resto del planeta. En este sentido, en el marco del Día Internacional de la Mujer, desde distintos sectores se hizo hincapié en la necesidad de visibilizar estas diferencias, para poder lograr una verdadera igualdad entre trabajadores y trabajadores.

 

Las desigualdades en torno a los ingresos entre mujeres y varones es una de las principales preocupaciones en este momento. En el marco del #8M, el INDEC difundió una serie de datos respecto al tema. En este sentido, resaltó que “entre las personas ocupadas en puestos no calificados, por cada 100 pesos que gana en promedio un varón, una mujer gana 61”. Entre los profesionales, agregó el informe al que tuvo acceso Data Gremial, “la brecha se reduce: la mujer gana 80 por cada 100 pesos en promedio de un varón”. “La participación de las mujeres en el mercado laboral se da en condiciones de desventaja: en comparación a sus pares varones, las mujeres presentan mayores niveles de desocupación y subocupación, se encuentran concentradas en ciertas ramas de actividad (segregación horizontal) y acceden en menor medida a puestos altos en la estructura jerárquica (segregación vertical)”, agregó el trabajo de la entidad de estadísticas y censos.

Estas diferencias que marca el INDEC se expresan en las brechas de ingresos, como queda demostrado, y en una mayor desocupación. “En las edades centrales (30-64 años), 64 de cada 100 mujeres participa en el mercado laboral mientras que 88 de cada 100 varones lo hace”, resaltó el informe. Otro punto central del problema de género del mercado laboral argentino es la calidad de los empleos. En primer lugar, “4 de cada 10 mujeres asalariadas de 14 años y más tiene un empleo informal”. En tanto, “las mujeres ocupadas acceden en menor medida a puestos jerárquicos; mientras que 8 de cada 100 varones lo hace, algo más de la mitad de las mujeres remiten a esta condición”.

 

Doble discriminación  

 

Otro dato que marca la situación laboral de las mujeres es el área donde más presencias tienen. En este sentido, el INDEC recalcó que “alrededor de cuatro de cada 10 mujeres ocupadas de 14 años y más se insertan en sectores relacionados al cuidado, como salud, educación y trabajo doméstico”, mientras que los varones lo hacen en mayor proporción “en la industria manufacturera y en la construcción”. Un caso muy visible de esto es la enfermería, un sector altamente feminizado, que en el caso de la Ciudad de Buenos Aires sufre una “doble discriminación salarial”, por la cuestión de género y por el no reconocimiento profesional.

 

Por eso, desde la Asociación de Licenciadas en Enfermería (ALE) sumaron a los reclamos del #8M su histórico pedido para que la gestión porteña las incluya en la Ley de Profesionales. “Somos la mayoría de mujeres que cobramos salarios que rondan la línea de pobreza y hasta indigencia”, sostuvo Andrea Ramírez, titular de la ALE. En diálogo con Data Gremial, la enfermera recalcó que los bajos salarios y la discriminación que sufren “nos obligan al pluriempleo, que trae como consecuencia un deterioro físico y psíquico a la hora de hacer nuestro trabajo”.

En CABA, la ALE denuncia que la enfermería trabaja “hasta 14 horas de lunes a lunes”, y pide que este esfuerzo sea reconocido. “Trabajamos con sobrecarga por la falta de personal, nos obstaculizan las licencias”, dijo Ramírez, que junto al resto de la enfermería se movilizó este miércoles. Pese a esto, agregó, “la enfermería no se rinde, se organiza y pelea por sus derechos”. En este sentido, la entidad convocó a una marcha para fines de marzo. El caso de la enfermería es el más extremo en un sector como salud, donde según el INDECuna mujer gana 78 pesos por cada 100 que percibe un varón”.

 

Reclamos

 

En el marco de la jornada popularizada como #8M, los gremios de las distintas centrales realizaron una serie de actividades, y participaron de las dos marchas que se organizaron para este día. Muchos de estas organizaciones están nucleadas en la Movimiento Sindical Feminista, que realizaron una conferencia de prensa para anticipar los puntos destacados de la movida de este miércoles. Mediante un documento de unidad, las dirigentes insistieron que “la deuda es con nosotras”, y pusieron de relieve una serie de reclamos.

En concreto, pidieron “políticas activas para la creación de empleo, la desprecarización y la formalización laboral, que golpean principalmente a las mujeres y disidencias”. Además, reclamaron “participación real y efectiva de las mujeres y diversidades en las decisiones y en todos los ámbitos de la vida sindical y política”, incluyendo la puesta en marcha del cupo trans/travesti. Otro de los puntos consensuados fue “jerarquizar, formalizar y despatriarcalizar las actividades tradicionalmente feminizadas como la salud, la educación, el trabajo de casas particulares, cuidado de niños, adultos y de personas con discapacidad”.

 

El la Movimiento Sindical Feminista lo forman sindicados de la CGT y de las dos fracciones de la CTA, además de espacios como Mujeres Sindicalistas, de la Corriente Federal de los Trabajadores, y los gremios de los movimientos sociales, como la UTEP y la CCC. “Este 8 de marzo, convocamos a interrumpir nuestras tareas y movilizarnos en todo el país para denunciar la ofensiva que despliega el poder económico, mediático y judicial contra la democracia, el movimiento popular, la organización de las trabajadoras y los feminismos, y para exigir políticas que garanticen el resguardo de nuestros derechos”, concluyeron en el documento consensuado.