En la última negociación paritaria, reabierta hace dos semanas, los docentes de la provincia de Buenos Aires acordaron un nuevo sistema de licencias parentales, que incluye como novedad la incorporación de un “esquema de crianza compartida”, que permite a padres y madres compartir el cuidado de los niños. Este avance logrado en el marco de una tendencia que crece en el mercado laboral argentino, que busca discutir las tareas de cuidado, ya sea de hijos como de familiares, para que no recaigan exclusivamente en las mujeres.
En este punto se vienen dando paso en pos de la igualdad, aunque falta mucho. Esta semana, el Congreso comenzó a discutir en comisiones una nueva ley, que avanza sobre las licencias de cuidados previstas en la Ley de Contrato de Trabajo, parta incluirlas en diversos sectores, como el régimen de trabajo para el personal de casas particulares, el régimen de trabajo agrario, entre otros. El tema, que los gremios admiten que es complejo, es parte de la agenda de igualdad de género de las centrales obreras, que analizaron el alcance de esta norma, y pidieron un rápido debate.
El proyecto de ley fue presentado por la diputada nacional y dirigente sindical Vanesa Siley, y comenzó a discutirse en la Comisión de Legislación Laboral, que la judicial preside. El debate se dio en conjunto con la Comisión de Mujeres y Diversidad, que encabeza la legisladora Mónica Macha. En la misma, los gremios expresaron sus posturas, junto con cámaras empresariales como la UIA y el movimiento nacional pyme (MoNaPi). En tanto, la CTA Autónoma, presentó un análisis de su Observatorio del Derecho Social, donde admite la complejidad del tema.
Sobre la propuesta de ley, se remarcó que “si bien tiene un sesgo que prioriza los cuidados en la primera infancia, en términos generales modifica artículos relativos al cuidado desde una concepción no binaria (mujer varón/padre-madre) que incluye diversas estructuras familiares”. Al mismo tiempo, agregó el reporte al que tuvo acceso Data Gremial “incluye licencias de autocuidado y cuidado a otres ampliando la concepción de familia nuclear”.
Sin embargo, el observatorio de la central obrera aclaró que “si bien para quienes se encuentran comprendidos por este proyecto de ley constituye un avance significativo, no hay que olvidarse del universo de trabajadores y trabajadoras que quedan por fuera y que también son parte fundamental de la estructura de cuidado que sostiene a la sociedad: trabajadores y trabajadoras comunitarias que se desempeñan en comedores, merenderos, centros de asistencia para vecines, ancianes, cuidadoras/es informales así como todos aquellos y aquellas que no tienen un trabajo registrado y no están cubiertos por ninguna regulación”.
Por otro lado, “también es importante señalar que la creación/ampliación de licencias sin que el Estado sea quien las reconozca y las financie no genera automáticamente una corresponsabilidad en los cuidados al interior de las familias y una socialización del mismo”. Es decir, “en tanto las tareas de cuidado están feminizadas y asociadas a la figura de madres, hijas, nietas, etc. es lógico pensar que sean ellas quienes en la mayoría de los casos hagan uso de esa licencia, reproduciendo estereotipos que en algunas empresas existen respecto de la contratación y el desarrollo de carrera de trabajadoras”.
Acuerdos vigentes
En su análisis, la CTA Autónoma dijo que las tareas de cuidado “no pueden resolverse en la esfera privada, entre las relaciones familiares”, por eso la importancia de las leyes que se debaten. Hasta que se aprueben, los acuerdos sectoriales como el que firmó el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) sirven para salvar la falta de normativa. En cuanto a ese acuerdo, y su alcance, desde SUTEBA le explicaron a Data Gremial que la importancia de lo firmado radica en que “permite incorporar la perspectiva de igualdad de géneros al conjunto de las licencias parentales”.
En este sentido, se busca fomentar lo que llaman “esquema de crianza compartida entre la persona gestante y la no gestante”. Además, se amplían las licencias por adopción y se crea “una licencia por medida de abrigo cuando un trabajador sea quien decida asumir esta responsabilidad de cuidado”.
Para SUTEBA, además de incluir la perspectiva de igualdad de géneros en el conjunto de las licencias parentales, el nuevo esquema genera “una perspectiva de promoción de derechos de las niñeces como contexto, como marco de referencia a la hora de pensar cuáles son las licencias que los trabajadores deben gozar para el cuidado de los niños de las familias que sostienen”. Algunos de estos puntos ya fueron incorporados a los estatales bonaerenses bajo régimen de las leyes 10.430 y 10.471. en el sector privado, el tema viene más lento.
Datos
Mientras se resuelve esta tensión entre los reclamos para igualar las tareas de cuidado y las normas que lo facilitan, conocer la problemática es un avance. por eso a la par que se dio el debate, se conocieron datos de uno de los trabajos más amplios que se hizo al respecto. A cargo de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, el relevamiento buscó saber cuánto conocen las licencias y las prestaciones destinadas a los cuidados que poseen los trabajadores y en qué medida son ejercidos los derechos a cuidar por parte de varones.
Los resultados son alarmantes. En primer lugar, el reporte, al que tuvo acceso Data Gremial, estableció que sólo el 20 por ciento de los empleados hombres en relación de dependencia en el ámbito bonaerense “saben si existe o no licencia por paternidad en su actual trabajo”. La mayoría no conoce del tema. Además, “3 de cada 10 trabajadores desconocen la duración de la licencia por paternidad, y 2 de cada 10 de los encuestados padres señala que no se tomó la licencia por paternidad aun correspondiéndole”
Los cuidados en el ámbito laboral es un trabajo de la defensoría bonaerense que estuvo dirigida a personas de género masculino de 18 años o más, ocupadas en relación de dependencia (ya sea en el ámbito público o privado), residentes en la provincia de Buenos Aires, y se realizó de forma online y a través de las 57 delegaciones de la Defensoría en la Provincia, entre junio y agosto del año pasado. Otro resultado relevante marca que “el 20,7 por ciento de los trabajadores encuestados no saben si existe o no el reintegro por guardería en su lugar de trabajo, y 2 de cada 10 empleados desconocen si tienen o no el derecho a la licencia para cuidados por enfermedad de persona a cargo, familiar y/o conviviente”.
Otro de los apartados hace mención a los comentarios despectivos que sufrieron quienes han hecho uso de las licencias. “El 21,8 por ciento de los trabajadores recibió cuestionamientos en primera persona”, alertó el reporte final. Entre las palabras utilizadas aparecen: “dominado’, ‘de esas cosas se encargan las minas’, ‘ay… ahora trabaja de enfermero’, ‘si la que lo tuvo fue tu señora’ y ‘que soy mariquita y que eso lo hacen las mujeres’”. “La distribución equitativa de las tareas de cuidado entre todas las personas es una condición fundamental para la consolidación de una sociedad más justa, para lo cual resulta indispensable un involucramiento activo por parte de los varones”, concluyó la Defensoría del Pueblo.