Trabajadores de la cadena de electrodomésticos Garbarino, junto al cuerpo de delegados del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio (SEOCA) de Zona Oeste, mantienen bloqueados los accesos al centro logístico de la empresa, en La Tablada, en el partido de La Matanza, en reclamo por deuda de salarios, bonos y aportes.
La situación se agrava minuto por la falta de respuesta de la empresa. Ante ese hermetismo patronal, los trabajadores mantendrán la medida de fuerza hasta que les paguen los sueldos adeudados. En ese sentido, a los empleados que realizan tareas presenciales, la firma debe salarios desde abril y los de riesgo no cobran desde marzo. Y por la falta de aportes, muchos están sin cobertura médica.
Incertidumbre que crece
En ese contexto, Erica Salazar, delegada de la sucursal Plaza Oeste de Garbarino, describió con crudeza la realidad que viven los trabajadores por estas horas: “Ya no damos más. Todos tenemos una situación particular que afrontar. Alquileres que tenemos que pagar, alimentos que tenemos que comprar; otros sin poder acceder a medicamentos. Tenemos compañeros que son grupo de riesgo. Realmente estamos desesperados. Estamos sin un peso, ayudándonos entre nosotros”, graficó.
“Estamos cansados de tanta incertidumbre. La verdad es que la empresa viene pasando de mano en mano desde hace más de un año y nosotros estamos en el medio de esa situación. Entendemos que hay una estrategia de pasar todo lo que es comercio en tiendas a ventas en Internet. Por eso nos hacemos presentes acá, que consideramos que es el talón de Aquiles de la compañía. Es el único lugar donde nos podemos hacer escuchar”, agregó la delegada.
Una “reconversión” con despidos y precarización
La situación que se vive en los locales del oeste del conurbano se replica en cierta forma en el resto del país, en el marco del cambio de dueños de la firma. A mediados del año pasado, el empresario Carlos Rosales adquirió Garbarino, con 200 locales y más de 4 mil empleados. Protesorero del Club San Lorenzo desde 2019, el nuevo dueño se mostró optimista con el futuro de la empresa, y en junio del 2020 dijo que la facturación de la firma “creció un 900 por ciento”, y recuperó el crédito. Pero para los trabajadores, ese supuesto crecimiento no trajo mejoras a su situación.
Es que, en lo que va del año, la empresa de venta de electrodomésticos ya cerró más de diez sucursales en el país y dejó a 500 personas en la calle.
Claramente, lo que sucede se condice con la estrategia empresarial que describió la delegada: la firma busca “reconvertir” sus negocios a través de la venta online, eliminando tiendas físicas y, como consecuencia, generando despidos.
A la espera de respuestas
“Somos más de 4 mil trabajadores que estamos en vilo, no sabemos qué será de nosotros”, enfatizó Salazar. En estos meses, hubo varias audiencias en el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires para intentar destrabar la situación, pero sin ninguna respuesta concreta.
En ese sentido, la delegada comentó que la única interacción que tuvieron con la empresa fue mediante Diego Muñoz, gerente de Recursos Humanos de Garbarino, quien les se excusó con algo que los empleados ya saben: planteó “que la empresa está pasando a manos de otro dueño y que es una situación complicada porque se está haciendo el traspaso de la compañía”. Pero solo eso y que “no tienen plata”.
“Ya no creemos en nada de lo que nos dicen. Vamos a quedarnos acá hoy, mañana, pasado y hasta cuando sea, con tal de que aparezca el sueldo. No nos vamos a mover hasta que nos den una respuesta”, concluyó Salazar.