Con el modelo libertario, volvió el fantasma del desempleo: Crece el temor a perder el trabajo

Según una encuesta, más del 60 por ciento de los argentinos creen que el actual gobierno está “destruyendo mucho” el empleo. La suba de la tasa de desocupación se confirma con conflictos en varias ramas.

La suba del desempleo en el primer trimestre del año fue una de las peores noticias que recibió el gobierno de Javier Milei desde que asumió en diciembre pasado. en medio de una serie de triunfos políticos y económicos –aprobación de la Ley Bases, Pacto de Mayo, baja de la inflación –la suba de la desocupación a una tasa del 7,7 por ciento muestra la peor cara del modelo libertario. En los primeros seis meses del año la destrucción de empleo fue una constante, que alcanzó a pymes, medinas empresas y hasta multinacionales. Los cierres se cuentan por miles. La semana pasada, unos 70 empleados fueron sorpresivamente despedidos de la sucursal de la firma Medamax de Gregorio de Laferrere, en el partido de La Matanza, que generó un acampe en la puerta del lugar, con olla popular y la solidaridad de la comunidad. Este fue el último episodio de alto impacto en materia de destrucción de empleo, que se sigue expandiendo como una mancha de aceite. Los datos marcan que la desocupación crece en zonas como el gran Buenos Aires, donde se acerca peligrosamente a los dos dígitos, y afecta mucho más a los informales: seis de cada 10 puestos de empleo perdidos son de la economía popular. Todo esto marcha una perspectiva negativa en la materia, según una encuesta difundida en las últimas horas.

En peligro a perder el trabajo comenzó a ganar terreno entre las preocupaciones de la población, hasta instalarse entre las más importantes. Así lo marca una encuesta realizada durante varios días de junio, que midió las expectativas a futuro respecto a la economía, el trabajo y las tarifas. En ese sentido, el 64 por ciento de los consultados afirmó que se está perdiendo “mucho o bastante” empleo en la Argentina, mientras que el 27 por ciento sostuvo que “poco y nada” y el 9 por ciento respondió que “no sabe”. En tanto, más del 52 por ciento indicó que el programa económico ajusta a los trabajadores. Además, la mayoría se mostró en desacuerdo con el plan de estabilización que tiene como uno de sus pilares la contracción de la actividad económica, mientras que un 42 por ciento respondió que las grandes empresas son las que predominan en la orientación del gobierno de Milei, y un 66 por ciento pidió “mucho o bastante” control a las corporaciones empresarias.

Por otra parte, el 80 por ciento señaló que la economía de los hogares se ve impactada por los aumentos de tarifas de los servicios públicos, ya que las facturas están llegando con “mucho o bastante” aumento, lo que viene incidiendo de manera crítica en las expectativas, el ánimo y las posiciones políticas. Según lo manifestado en el documento, al que tuvo acceso Data Gremial, el estudio se desarrolló entre el 27 y 30 de junio en todo el país, comprobó un nuevo “decline de las expectativas optimistas a dos años”, tal como viene pasando desde el mes de mayo, y que hay “un marcado pesimismo” respecto las perspectivas económicas generales y personales. Por último, el informe de la consultora mostró una imagen positiva del presidente del 47,6 por ciento y que el peronismo aparece como espacio de referencia política, seguido por los independientes, libertarios y el macrismo.

Conflictos en alza

En este contexto, los casos como el de Medamax se multiplican, e implican grandes, medianas y pequeñas empresas. El sector industrial es la principal víctima del plan motosierra de Milei, y hay muchos conflictos abiertos. Eskabe, la histórica empresa de calefactores, cocinas y termotanques de Mar del Plata, decidió implementar un esquema de suspensiones de trabajadores debido a una drástica disminución en las ventas y la producción. La medida afectará a la mayoría de los 120 empleados de la planta, que serán suspendidos por tandas del 30 por ciento del personal hasta el 30 de septiembre. Esta decisión fue comunicada por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que expresó su preocupación por la situación y el temor de que las suspensiones puedan convertirse en despidos.

Estos casos pueden multiplicarse una vez que se ponga en marcha la Ley Bases y su reforma laboral. Es que la normativa incorpora los despidos justificados, sin derecho a indemnización, a aquellos trabajadores que realicen “bloqueos, ocupación del establecimiento y a una serie de causales que impiden la libertad de trabajo, y que conforman las medidas de fuerza ilegales y contrarias a los principios constitucionales”. En este punto, el secretario de Trabajo de la Nación, Julio Cordero, afirmó este lunes que “todos los aspectos de la reforma laboral” de la Ley de Bases, “son positivos”. El funcionario defendió la nueva legislación laboral y sostuvo que “el trabajador conserva todos los derechos laborales plenos y absolutos”, remarcó.

Datos alarmantes

Los datos oficiales difundidos en junio por el INDEC tienen varias particularidades, y analizados permiten confirman que el impacto de la destrucción de empleo está castigando a los sectores más precarizados. En un trabajo, a cargo de la CTA Autónoma, hace referencia al impacto que tiene el desempleo en los sectores más precarizados de la economía, al punto de saberse que 6 de cada 10 trabajos que se destruyeron fueron informales. Esto se debe a que cuentapropistas y precarizados son los más afectados en este nuevo escenario. Varios conflictos asoman en el horizonte de la región, que se suman a lo que sucede en el sector público con la nueva ola de despidos masivos. El reporte del Instituto de Estudios y Formación (IEF) analizó en detalle los datos sobre empleo en el primer trimestre del año, y el impacto que tuvo en el mercado de trabajo la recesión a la que sometió el modelo económico libertario. Así, concluyo en primer lugar que se vive “mayor presión sobre el mercado de trabajo por aumento de la desocupación y de la población que tiene empleo, pero busca otro”.

La mayor desocupación provocada por la pérdida de ocupaciones en simultáneo con el proceso de deterioro de los ingresos reales de los hogares provocó un salto en la presión por la búsqueda de empleo en el mercado laboral del último año”, agregó el informe, al que tuvo acceso Data Gremial. Cabe recordar que la tasa de desocupación pasó del 6,9 al 7,7 por ciento en los primeros tres meses del año, en el marco de una caída de la tasa de actividad que “liberó incluso la presión de nuevo ingresantes por el efecto desaliento que operó ante los resultados infructuoso de la búsqueda”. Una de las características más precisas de este proceso es que afecta a los más precarizados. Según el IEF de la CTA Autónoma, la caída del empleo está centrada “en el cuentapropismo de subsistencia y el empleo precario”. La tasa pasó del 45 al 44,3 por ciento que resultó en una reducción de la población ocupada de 114 mil”, dijo el reporte. Esta destrucción de empleos “se debió especialmente a la caída de formas no asalariadas de empleo (mayoritariamente explicada por la menor cantidad de trabajos por cuenta propia) y por la destrucción de puestos de trabajo asalariados no registrados”.