Con un acto realizado frente a una de las pocas sucursales que todavía está abierta, los trabajadores despedidos de la empresa Garbarino volvieron a reclamar el pago de los salarios e indemnizaciones caídas, al cumplirse más de dos años de las cesantías masivas que se dieron a fines del 2021. Pese a que la causa judicial por la quiebra de la firma sigue paralizada, y no hay respuestas a los reclamos de los ex empleados, el colectivo que reúne a la mayoría de los trabajadores volvieron a realizar una acción, para sostener sus pedidos de reconocimiento. La crisis terminal de la que fuera la mayor vendedora de electrodomésticos del país comenzó con la pandemia, y luego que Carlos Rosales se hiciera cargo de la empresa. Pese a las promesas de reactivación, lo que sucedió fue todo lo contrario: cierre de locales, despido de personal y un final anunciado, sin ninguna repuesta a los asalariados, que estuvieron meses sin recibir sus sueldos.
“La situación de las y los trabajadores despedidos de Garbarino es caótica e insostenible”, afirmaron desde este grupo, que se movilizó a la sede de la calle Cabildo de la firma, una de las cuatro que quedan abiertas. Entre los reclamos, se pidió al juez de la causa que atienda sus reclamos, que incluyen el reconocimiento de los aportes patronales, que por dos años no fueron realizaron en tiempo y forma.
Al cumplirse un nuevo aniversario de los despidos masivos que desencadenaron el final de la crisis de Garbarino, sus ex empleados volvieron a marchar para pedir el pago de sueldos e indemnizaciones atrasados. La movida la realizó el colectivo “trabajadores de Garbarino en lucha”, que mantiene sus reclamos ante la justicia. Este espacio representa a cerca de 3 mil ex empleados que son parte de la causa judicial, y que en estos tiempos cobraron cifras irrisorias de acuerdo al plan establecido en la justicia. Ante el estancamiento total del proceso judicial, se movilizaron a la sede de la calle Cabildo de la firma, una de las cuatro abiertas en todo el país, de las 200 que llegó a tener activas.
En el lugar, se leyó un documento donde se habló de la situación caótica que viven los ex empleados, en un contexto donde al menos ocho murieron por enfermedades vinculadas al despido. “Hasta ahora estamos esperando que alguien ayude a las y los trabajadores y a las familias que hacen un gran esfuerzo para seguir adelante”, expresaron en el texto leído en el lugar. “Necesitamos respuestas de la empresa y de la justicia a todos los reclamos, pero más necesitamos que paguen lo que cada uno de las y los trabajadores despedidos, también activos que siguen en nómina de Garbarino”, agregaron.
“Hoy las y los trabajadores despedidos de Garbarino volvemos a las calles con nuestra lucha y nuestros reclamos por los nueve meces de sueldos caídos y nuestras indemnizaciones”, sostuvo Gabriel Yapura, representante de este colectivo de ex empleados. En diálogo con Data Gremial, el trabajador marcó que “Garbarino nunca pagó a sus empleados que despidió, y no lo hace hoy con los trabajadores que aún quedan en las cuatro sucursales que siguen en pie y que se salvaron de bajar las persianas”. En este sentido, Yapura recordó que en el gobierno anterior se reunieron con el presidente Alberto Fernández, a cuyo gobierno acusó de “darnos esperanzas de una pronta solución que nunca llego”.
Sobre el rol de la justicia, el ex empleado dijo que “sigue siendo lenta que hasta ahora solo favorece a su dueño Carlos Rosales en perjuicio de los más de 3.800 despedidos”. “Esto fue un brutal vaciamiento por parte de sus dueños originarios y luego terminando la coronación de esta gran estafa a sus empleados su dueño actual”, agregó Yapura, que sostuvo que “no bajaremos los brazos, ni perderemos las esperanzas de cobrar nuestro trabajo sueldos e indemnizaciones”.
Carta abierta
En la previa al acto de este lunes, los empleados despedidos difundieron una carta abierta donde ratificaron su postura. “Nos dejaron en la calle sin cobrar un solo peso, a la deriva y a la buena Dios. Cada uno sabe lo que perdió, no hay vuelta atrás, solo nos queda seguir adelante, luchar por nuestros derechos y sin esperar nada de nadie, ya lo hicimos y terminamos como estamos”, expresó el documento, al que tuvo acceso Data Gremial. El pedido sigue apuntando a los salarios y las indemnizaciones, tanto de los despedidos como los que siguen en nómina de Garbarino como empleados y no cobra desde hace tres años.
“A pesar de la ayuda recibida en pandemia, el responsable, Carlos Rosales, vació la empresa. Sólo quedan cuatro sucursales de las 200 que tenían a nivel nacional y quienes trabajan cobran miseria”, recalcó el texto elaborado para esta nueva actividad. En este punto, Yapura remarcó que “siguen en la lucha por los salarios caídos ante la falta de respuestas de la justicia y piden solidaridad con su situación”.
Parálisis judicial
En cuanto a la causa que entiende en la quiebra de la empresa, se supo que se mantiene el pago del “pronto pago”, a partir de los fondos que todavía recauda Garbarino y que debe servir para abonar los salarios de los empleados que todavía quedan en actividad en las cuatro sucursales que sobrevivieron a la crisis, y los despedidos. Estos últimos vienen denunciando que se están recibiendo cifras irrisorias por este sistema, que no superan los 100 pesos mensuales.
En estos dos años, los despedidos fueron recibidos una sola vez por la justicia, cuando pudieron verse con Rosales cara a cara. Además, vienen denunciando el posible vaciamiento, ya que muchos activos de la firma, que podrían vender y engrosar los “pronto pago”, no se están teniendo encuentra, o se intentas desviar para otros fines. Este año, se vendieron por primera vez cinco vehículos de la flota de la empresa, para poder engrosar esos ingresos. Pero esa modalidad no se volvió a realizar.
En tanto, en el último Día del Empleado de Comercio se movilizaron del Obelisco a la sede del juzgado que entiende en la quiebra, para reclamar que haya medidas para evitar este vaciamiento. En septiembre pasado, un cesanteado decidió viajar al centro de la Ciudad de Buenos Aires para visibilizar la situación que vive. Se trata de Sebastián Peralta, que llegó desde San Nicolás y directamente se encadenó en el Obelisco. “Garbarino no paga”, dice la bandera colgada por el ex empleado que muestra el marco de angustia y desesperación que viven los miles que están en su misma situación. Además, hubo una marcha virtual para visibilizar la situación de los ex trabajadores.