En las primeras horas del paro nacional convocado por las tres centrales obreras del país, el gobierno nacional eligió confrontar duramente contra la dirigencia, y desacreditar la protesta. Patricia Bullrich y Diana Mondino, titular de seguridad y canciller respetivamente, fueron las encargadas de criticar a los gremios por la jornada, que pretende ser multitudinaria. La intención de aplicar el llamado Protocolo para el mantenimiento del orden público ante el corte de vías de circulación, en el centro de la disputa.
En declaraciones a los medios presenten, Bullrich advirtió que "en virtud del comunicado emitido por la CGT, se aclara a la ciudadanía que la agrupación sindical no posee capacidad ni se encuentra habilitada para asegurar, autorizar o restringir ningún tipo de circulación, siendo las autoridades gubernamentales las únicas con potestad para realizar dichos controles, los que serán aplicados bajo estricto control y conforme las pautas ya notificadas oportunamente". En ese sentido, Seguridad le recordó a la ciudadanía que protocolo “se encuentra plenamente vigente" y que "a fin de asegurar el derecho a circular y movilizarse libremente para todo aquel que así lo necesite y desee, el protocolo referido será aplicado por los organismos competentes".
Además, ratificó en un comunicado que "se realizará un control estricto de todos los micros afectados a la marcha; se realizarán controles en las estaciones de tren; se realizarán controles en lo que hace a la concentración propiamente dicha y se encuentra absolutamente prohibido realizar corte de artería o vía de circulación alguno". Esto pese a que un juez federal de La Plata hizo lugar a una acción de habeas corpus preventivo y ordenó a las autoridades del Ministerio de Seguridad de la Nación que -en el ámbito de la jurisdicción de ese tribunal- se abstengan de emitir órdenes para que las fuerzas federales filmen o intercepten personas en transportes públicos, cuando se desarrollará el paro y la movilización contra la política del Gobierno convocados por la CGT, informaron fuentes judiciales.
Fractura
En tanto, en lo que parece ya un clásico, Bullrich, le sugirió al secretario adjunto de la Federación de Camioneros y dirigente de la central obrera, Pablo Moyano, que si "quiere lleve a los trabajadores a upa" a la concentración que se realizará en Plaza Congreso.
La funcionaria también sostuvo que el Gobierno “le mandará la cuenta” a las organizaciones que no cumplan el protocolo durante la movilización convocada por la CGT, en lo que será la primera medida de fuerza convocada por la entidad sindical contra el gobierno de Javier Milei. “Uno tiene que hacerse cargo de sus actos es un país que necesita salir, porque estamos en una crisis muy fuerte. Habrá una gran cantidad de gente que va a aprovechar que habrá transporte para ir a trabajar”, observó.
En este sentido, la funcionaria anticipó que el Gobierno trabajará para que “la gente tenga la mayor normalidad posible, tratando de que si ellos van al Congreso, las calles aledañas no estén totalmente tomadas”. Bullrich calificó el paro como “una reacción desmedida, cuando (la CGT) venía de dormir la siesta durante años”, en relación a la postura que la central obrera tuvo durante el gobierno de Alberto Fernández. “Vamos a usar todos los medios para que Argentina sea un país donde se pueda convivir”, concluyó la ministra.
“Oligarquía de millonarios”
Por su parte, la canciller Mondino consideró hoy que el paro nacional de la CGT "no tiene justificación" y afirmó que fue convocado por una "oligarquía de millonarios", lo que, a su criterio, "ratifica" que el Gobierno está "en el camino correcto". La funcionaria tuvo que cambiar su ida a Paraguay, donde participa de una cumbre del Mercosur, por la suspensión de vuelos producto del paro.
"El paro no tiene justificación. Convocado por la oligarquía de millonarios con autos blindados y chófer, falsos representantes de los trabajadores, ratifica que estamos en el camino correcto", expresó Mondino desde su cuenta de la red social X. Para Mondino, las cosas "se consiguen con esfuerzo" y no "llorando y pataleando". "No les tenemos miedo", concluyó.