En la sede del gremio educativo SADOP, se realizó este lunes el encuentro del llamado Foro sobre Economía y Trabajo, que forman sindicatos integrantes de la Corriente Federal de los Trabajadores y la CTA de los Trabajadores, y que giró en torno a un documento crítico al acuerdo firmado por el gobierno con el FMI para el pago de la deuda. La dirigencia discutió el texto, que denuncia “el gigantesco endeudamiento público bajo el gobierno de la alianza PRO-UCR”, y que busca salir del acuerdo firmado por el ex ministro de Economía Martín Guzmán.
El texto, titulado “La deuda no puede mandar. No somos el proyecto del default”, fue elaborado luego que los referentes de los dos sectores gremiales se reunieran con diveros economistas, como Ricardo Aronskind, Juan Costa, Rulo Delatorre, Marisa Duarte, Cecilia Garriga, Roberto Feletti, Pablo Manzanelli, Jorge Marchini, Felisa Miceli, Horacio Rovelli, José Sbatella, Guillermo Wierzba. “La sociedad argentina se encuentra, nuevamente, ante una encrucijada cuyos signos más evidentes son la falta de reservas internacionales del Banco Central, y las constantes presiones devaluatorias, con su efecto sobre el incremento de precios, el crecimiento de la pobreza y la indigencia”, alertó el documento.
El sector recordó que “a pocos meses de asumir el actual gobierno a fines de 2019, se debió afrontar una situación inédita en la historia reciente de la humanidad: la pandemia con consecuencias negativas para la economía mundial y particularmente para los países endeudados, como bien señaló el propio FMI”. Además, criticó que “no hay respuesta positiva a los reclamos del actual Gobierno a ese organismo en relación a las sobretasas”.
Salarios deprimidos
En el plano sindical, este foro se quejó de la situación de ingresos que deben afrontar en general los trabajadores del país. “En la Argentina existe una relación inversamente proporcional entre el valor del dólar y el valor del salario: si el dólar sube, el salario real cae”, explicaron. “Como más del 70 por ciento de lo que se produce en el país se destina al mercado interno (dependiendo esencialmente de la capacidad adquisitiva del salario) y se venden al exterior productos y servicios que básicamente también se consumen internamente, la regresividad se verifica rápidamente en un descenso de los salarios en dólares en Argentina, que han pasado a ser menores aún que en países asiáticos caracterizados por bajos salarios”, agregó el análisis de este sector de la CGT, que suele tener una postura más combativa que la conducción dela central obrera.
“Con esta tónica no se abre un horizonte de ‘salida exportadora’ con ‘efecto derrame’ para el pueblo argentino”, alertó el texto. Por el contrario, “se marcha a una recesión crónica, la instalación de una economía de enclave basada en la explotación externa de recursos naturales y al mayor crecimiento de la marginación social, en paralelo con la caída del poder adquisitivo de los trabajadores, de los ingresos y las actividades de la mayor parte de la población vinculada al mercado interno que vive en pesos y no en moneda extranjera”.
Los gremios graficaron su postura con algunas definiciones del ex presidente Néstor Kirchner en su mensaje ante el Congreso de la Nación en 2004, cuando iniciativa su gestión. “En todos los casos, se trata de comprender que no existe otra posibilidad que el crecimiento como garantía para la sustentabilidad interna, para el cumplimiento externo”, dijo el mandatario en ese momento. “No pagaremos a costa de que cada vez más argentinos vean postergado su acceso a la educación, la salud, la vivienda, el empleo decente. Creciendo nuestra economía mejorará nuestra capacidad de pago”, insistió.
Propuestas concretas
En tanto, los economistas y los dirigentes sindicales presentaron una serie de propuestas para salir de esta situación que se denuncia. “Debe imprimirse urgencia al proceso judicial relativo a la contratación de la deuda”, pidieron, lo que debe incluir una auditoría y un reordenamiento de la deuda, que permita “el justificado requerimiento de quitas, la eliminación de sobrecargos (reclamo reiterado por el gobierno ante el FMI) y la nulidad por su origen y destino de endeudamientos privados endosados al sector público ocultando maniobras ilegales comerciales, cambiarias y/o impositivas”.
Además, se reclamó que se le exija al FMI que “asuma las consecuencias derivadas hasta hoy y en perspectiva del irregular otorgamiento del préstamo al país en 2018 y establecerse una urgente revisión del acuerdo”, pues “no es sustentable y por las consecuencias que el inevitable quebranto supondría como antecedente también para otros países periféricos”. En tanto, otro de los pedidos apunta a “reforzar la administración cambiaria sobre las divisas, con énfasis sobre las que utilizan las grandes empresas para cancelar sus deudas de capital e intereses”.
Por último, se propone aprobar en el Congreso una ley para la creación de “un fondo en dólares para el pago al FMI en base al ingreso de penalizaciones por el reconocimiento por sus titulares de fondos en el exterior no declarados al fisco”. En la misma se busca “limitar el accionar especulativo de ‘fondos buitre’ tomando como base posiciones de la Argentina en foros internacionales; el que hace a la liberación del secreto fiscal, bursátil y financiero para ubicar e investigar personas y empresas sospechadas de evasión y/o lavado vinculados con la fuga de capitales”.