La Federación Judicial Argentina (FJA) que lidera Matías Fachal expresó su más enérgica condena y profunda preocupación por el brutal asesinato de Susana Beatriz Montoya, madre de Fernando Albareda, activista de la organización H.I.J.O.S. Córdoba, ocurrido el pasado viernes. Este crimen cobardemente ejecutado, estuvo acompañado de amenazas dirigidas a toda su familia, lo que agrava aún más la situación.
Vale mencionar el militante Fernando Albareda es hijo de Ricardo Fermín Albareda, un subcomisario de la Policía de la provincia de Córdoba que fue secuestrado y desaparecido en 1979 por la dictadura cívico - militar en el ex Centro Clandestino de Detención conocido como La Casa de Hidráulica. Ricardo Albareda militaba en el PRT y tenía 37 años cuando fue víctima del terrorismo de estado.
En ese marco, la entidad federativa se suma al pedido de que el Poder Judicial de Córdoba y el poder Ejecutivo investiguen y esclarezcan este hecho, así como las amenazas sufridas por la familia Albareda, denunciadas con anterioridad. Es fundamental que se garanticen la seguridad y protección efectiva para Fernando Albareda y su familia.
La FJA reitera su compromiso con la memoria, la verdad y la justicia, y exige que se esclarezcan los hechos y se castigue a los responsables. “La impunidad no puede seguir siendo la respuesta a los crímenes contra los derechos humanos. Nunca más”, resaltó el gremio.
Investigación judicial
La causa que investiga el asesinato de Susana Montoya está a cargo de la fiscalía del distrito 4, turno 3 de Juan Pablo Klinger. El agente judicial ahora está indagando a su entorno más cercano para arribar a algún elemento más.
Para los investigadores, el móvil del asesinato fue el cobro de más de 76 millones de pesos como reparación histórica por el crimen de lesa humanidad de su marido. Tal como precisó el periodista Roberto Battaglino en Arriba Córdoba, el dinero iba a ser percibido por Montoya y por Fernando Albareda, uno de sus tres hijos.
Mientras que en la escena del crimen encontraron, específicamente arriba de su mesa, un escrito que decía: “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos #Policía”. Todavía sin poder creer la violencia y la saña con la que mataron a su madre, Albareda expresó: “Fue absolutamente violento”.
La autopsia reveló que sufrió fuertes golpes en su cabeza. Los investigadores han determinado que la muerte de Montoya fue el resultado de dos mecánicas de asesinato: traumatismo de cráneo y estrangulación.
“Estamos en un estado en el cual nos vamos a tener que acostumbrar a que pueda llegar a haber casos, muchos más casos como el de mi mamá”, advirtió Fernando el lunes en diálogo con Cadena 3, luego del velorio de Susana.
El contenido político de las declaraciones de Albareda fue notable. Criticó la falta de acción de la Policía y la formación de los cadetes. "¿Por qué no me volvieron a convocar a mí para que dé charlas de Derechos Humanos en la Escuela de Cadetes de Oficiales?", se preguntó, refiriéndose a su experiencia y su relación con la policía provincial.