Cansado de la falta de democracia interna en ATE Capital -de un tiempo a esta parte, se dejó de convocar plenario de delegados-, la persecución a quienes plantean diferencias y lo que define como “inacción absoluta” en términos de pelea por mejora salarial y condiciones de trabajo, Leandro Castro enfrentará sus ex aliados del oficialismo como candidato a secretario general por la lista blanca, negra y verde en las elecciones del próximo 9 de agosto.
Inacción, sectarismo y falta de democracia interna
El diagnóstico de Castro y su amplio espacio es lapidario sobre la parálisis en la que se vio inmersa la seccional porteña del sindicato de los estatales. Y le apuntan la responsabilidad directamente a su titular, Daniel Catalano.
En ese sentido, en una reciente entrevista con la Agencia Paco Urondo, Castro señaló que “por aspiraciones de índole político-partidarias de Catalano, la seccional no intentó disputar mejoras salariales, ni al gobierno nacional, ni al de la ciudad. Tampoco presionó para que se cumpliera la promesa del pase a planta de los trabajadores estatales. No esbozó ningún tipo de acción sindical interesante y pasó a tener un rol puramente testimonial”.
Y disparó: “De esta manera, nuestro secretario general se convirtió en un personaje público que opina de todo por los medios, pero no lucha por nada. Ese perfil que tomó nuestro sindicato no coincide para nada con la demanda que tienen los trabajadores y las trabajadoras”.
Según Castro, la única manera que Catalano encontró para garantizar ese estado de parálisis en ATE fue eliminando a la disidencia, y “llevando el sectarismo a niveles terribles. En todo momento, se fomentó la división interna, el enfrentamiento entre compañeros y se persiguió a las voces que piensan diferente. Esto lo hizo impidiendo el acceso igualitario a los beneficios de acción social, negando elecciones a los cuerpos de delegados -incluso en la etapa más difícil del macrismo- cuando avanzaron con los despedidos masivos”, señaló.
El dirigente no tiene dudas de que Catalano pretendió aniquilar la democracia interna en ATE, un sindicato de historia y raíces profundamente democráticas.
“Sin ningún tipo de escrúpulos, llegó a poner vallas para imposibilitar la llegada al sindicato frente a plenarios masivos convocados por la oposición. Parece que Catalano tiene una adicción por las vallas, parecida a la de Larreta, que nos ponía vallas en la casa de Cristina cuando con la militancia la íbamos a bancar”, rememoró al respecto.
Para peor, el dirigente denunció que el oficialismo ha negociado a espaldas de los cuerpos de delegados con los funcionarios y llegó a exponer la vida privada de militantes con el fin de perjudicarlos, por tener una postura opositora. “Asumió, en definitiva, las peores prácticas burocráticas para asegurar su conducción. Perón decía que el conductor debe persuadir, no dominar, y que cuando los compañeros luchan entre ellos es porque han perdido de vista al verdadero enemigo. Parece que el actual secretario general no lo ha leído mucho”, describió el candidato de la blanca, negra y verde.
Cómo está conformada la lista blanca, negra y verde
En la lista de Castro hay dirigentes de mucha experiencia, como Luciano Fernández y Hugo Bellón. Junto a ellos y otros referentes, con distintos recorridos e identidades, confluyeron en “Construyendo la unidad”. Se trata de un espacio donde se unieron el Frente Germán Abdala, la Agrupación Blanca, y la agrupación de Hugo Bellón.
Desde ahí llevan adelante un planteo que sintetiza la necesidad de terminar con la división interna y de constituir un sindicato fuerte que gravite en forma real en la defensa de los y las estatales.
A su vez, a Castro lo acompaña como candidata a secretaria adjunta, Adriana Orbiz, una dirigente que proviene de la Fuerza Aérea, donde hace 17 años que es secretaria general. El binomio es la síntesis de los mencionados tres espacios, aseguran los dirigentes.
La historia de Castro en ATE comenzó en los 90, con una Argentina devastada. UPCN tenía la exclusividad de la representación de los trabajadores de la Superintendencia de Servicios de Salud y los despidos y atropellos a los trabajadores por parte de la patronal no tenían respuesta organizada.
La primera pelea surgió a raíz de una ola de despidos masivos que lo empujó a Castro –a pesar de tener solo 20 años- a asumir el compromiso de dar la pelea para reincorporar a cada uno de sus compañeros y así fue. A partir de entonces, el grupo de dirigentes de ATE se fue fortaleciendo hasta lograr ser hoy el gremio mayoritario de “la Super”.
Situación de los trabajadores y suma fija
Desde el espacio de Castro están a favor de la implementación de una suma fija. En ese sentido, analizan que existe una porción importante de asalariados con remuneraciones por debajo de la línea de pobreza, con diferentes capacidades de negociación según las actividades que desarrollan, sin contar la gran cantidad de empleo no registrado que, en esos casos, la capacidad de negociación es nula.
En este contexto, según el dirigente, “la suma fija permite elevar a los sectores más perjudicados, es decir, a los últimos de la escala. Sin mencionar que, además, esta medida repercutiría positivamente en el mercado interno, porque todo ese incremento salarial iría directamente al consumo”.
Es que los aumentos de paritarias no están permitiendo recuperar el salario de las actividades más postergadas o de menos capacidad de negociación. “La suma fija es la única herramienta con la que esos trabajadores registrados podrían salir de la pobreza y subiría la vara del resto de las negociaciones paritarias”, concluye al respecto.