Desde hace años, los trabajadores y jubilados vienen siendo la principal variable de ajuste de distintos gobiernos de turno.
El actual gobierno nacional, electo con una mirada absolutamente anti-patria, anuncia todos los días peores noticias para el pueblo, plantea que habrá que hacer enormes sacrificios y que se llevará a cabo un ajuste muy grande para salir adelante.
Personalmente, no lo dudo, porque bajo esas mismas frases padecimos las espantosas medidas políticas y económicas que nos perjudicaron muchísimo en el pasado.
Un claro ejemplo de ello es lo acontecido en la década de los 90', con quienes fueron maestros de los actuales alumnos que tenemos en la Casa Rosada.
Ahora bien...
¿Quiénes piensan que serán la variable de ajuste nuevamente?
¿Los grandes empresarios nacionales?
¿La clase política?
¿La casta, como te dijeron durante toda la campaña electoral?
No, ninguno de ellos. Irónicamente, la casta integra el propio gobierno nacional electo de la República Argentina, con dirigentes reciclados de los gobiernos de Menem, De La Rúa y Macri.
Por lo tanto, se avizora más ajuste para la clase trabajadora y los jubilados, es decir, y por consiguiente, un aumento exponencial de pobres en nuestra Nación.
Con este oscuro panorama por delante, la pregunta sería:
¿Hasta dónde los trabajadores y los pasivos están dispuestos a seguir siendo quienes paguen el costo de más y más ajuste?
¿Cuándo se pensará decir definitivamente a estos gobernantes mediocres, que solo dirigen sus medidas más beneficiosas para un sector minúsculo del pueblo (es decir, para las familias más ricas y para extranjeros multimillonarios)?
Se han disparado los índices de pobreza y de indigencia a números que no permiten más pasividad por parte de la ciudadanía.
El poder adquisitivo viene siendo destruido por la mega devaluación de diciembre de 2023, sumado a que la mayoría de las paritarias no pudieron ganarle a la inflación.
Ni hablar de la cantidad de trabajadoras y trabajadores del Estado Nacional y del sector privado que vienen perdiendo su trabajo a raíz de este modelo, que quiere llevar a la Argentina al pre-peronismo, al año 1900, a que volvamos a ser solamente productores de materia prima para exportar, a que se destruya la industria nacional y la matriz productiva que se logró construir en años, y que quiere imponer un modelo de esclavitud laboral moderno del siglo XXI.
Los jubilados perciben haberes de hambre, que los ubican en situación de indigencia. Algunos de ellos quizás puedan estar un poco mejor, en aquellos casos que cuentan con la ayuda o asistencia del núcleo familiar (en especial de los hijos).
Este gobierno nacional, con su última medida de restricción de la cobertura de medicamentos al 100% al universo de pasivos con menores ingresos, según el propio Obispo de Córdoba, da la impresión de que estuviera poniendo en marcha un plan de eutanasia encubierto de los adultos mayores, lo que no se puede permitir por parte de los jóvenes.
El cuadro de situación económica y social es realmente muy complejo y a la vez demasiado crítico.
Por otro lado, observamos que quienes integran el gobierno nacional electo han sido una serie de funcionarios que confirmaron parte de gobiernos anteriores y que, en muchos casos, han sido los máximos responsables de la situación económica compleja que vive nuestro país en estos tiempos. Si ellos fueron parte del problema y, durante los gobiernos en los que estuvieron, los resultados fueron desastrosos para el pueblo, no se entiende que esas personas ahora vayan a ser parte de la solución.
Ante semejante atropello, deberíamos preguntarnos: ¿dónde está la oposición política, la CGT y los sindicatos?
La oposición política nacional es virtual. No existen. Parecen ser hologramas. No hay ninguna oposición verdadera al gobierno de Milei. Ningún diputado de la pseudo-oposición, por ejemplo, firmó el pedido de juicio político que inició Santiago Cúneo, ni otros pedidos que van en tal sentido. ¿Para qué están entonces? ¿Para qué los necesitamos? ¿Para qué calientan bancas sin cumplir el mandato de quienes allí los colocaron? ¿Buscan que el pueblo vuelva a exigirles a todos estos pseudo-opositores que se vayan todos, como sucedió en 2001, pero esta vez de verdad?
La CGT actual demostró ser colaboracionista y servil a este y otros gobiernos que han pasado en el poder.
Pero con lo que los trabajadores y los jubilados viven por estos días, debería inmediatamente renunciar todo el Consejo Directivo y llamar a un Confederal. No podemos seguir con dirigentes tan tibios, burócratas y no representativos.
Pues si estos señores, que no representan a nadie, pretenden seguir atornillados a un cargo para beneficio propio y no del pueblo trabajador, quizás sea tiempo de que sean los propios trabajadores quienes tomen la decisión de exigir su salida en la puerta misma de la CGT.
Los trabajadores y los jubilados no necesitan más traidores en la oposición política, ni traidores en el sindicalismo.
Quizás sea tiempo de que Dios y la Patria se lo demanden antes de que sea demasiado tarde.