Si hubo sectores que fueron severamente afectados durante los cuatro años del mandato del gobierno nacional anterior, fueron los trabajadores, los jubilados y los sectores más vulnerables.
Con la esperanza de la llegada de un nuevo gobierno (especialmente que sea realmente peronista), se le terminó dando así, un voto de confianza al Frente de Todos.
Si bien el actual gobierno nacional debió atravesar una grave pandemia mundial, una delicada situación económica y social preexistente (que incluyó la vuelta al F.M.I. por la gestión anterior), y ahora una guerra (Rusia y Ucrania), no se puede seguir buscando excusas para no gobernar como se debe hacer.
Se debe gobernar con decisión política firme, con proyectos definidos, con hechos concretos, y no solo con meros discursos vacíos de contenido que en nada trascienden.
Estamos presenciando desde hace ya bastante tiempo, fuertes y públicas internas dentro del propio Frente de Todo, que lo único que están provocando es mayor sufrimiento y peores consecuencias para todo el pueblo argentino.
Quienes se postulan en cualquier elección, lo hacen con el fin de que, a través de la propia gestión, se alcancen soluciones y respuestas a las verdaderas necesidades existentes en la sociedad.
El Frente de Todos, paulatinamente, viene perdiendo capital político y consenso de las argentinas y de los argentinos, no sólo porque sus permanentes problemas internos ya cansaron a todas y a todos, sino porque día a día la vida de la gente está cada vez peor.
No se sabe cuál es el modelo de país que tienen.
No se sabe a dónde vamos como Nación.
No se sabe el plan económico.
No se reduce la inflación.
No se reduce la pobreza.
No se reducen impuestos.
No se mejora el poder adquisitivo de los trabajadores y de los jubilados.
No se activa el mercado interno.
No se reconvierten los planes sociales en trabajo genuino y registrado.
No se puede comer en el granero del mundo (en particular los niños y los adultos mayores).
No se garantiza el derecho a la móvil social ascendente.
No hay acceso a la vivienda.
En definitiva, no hay justicia social.
Los distintos espacios que conforman el Frente de Todos, son responsables de lo que se hace o de lo que no se está haciendo para salir del pozo en el que está la República Argentina.
Es necesario resolver las diferencias personales que puedan haber, para comenzar a gobernar, para comenzar a ejercer el poder, para comenzar a mejorar la calidad de vida de los más de cuarenta millones de argentinas y argentinos de una vez por todas.
Tienen la obligación de hacerlo.
Para eso se postularon.
Para eso ganaron las elecciones.
Para eso asumieron en la etapa preelectoral, un compromiso que no pueden romper con toda una Nación.
Hasta ahora, flaco favor le están haciendo a la clase política de derecha que gobernó años atrás el país, y que perdió en elección por un pueblo que en 2019 le dijo basta.
Hasta ahora, muchos indicadores que eran malos ya en esos años y con ese gobierno, han empeorado en el actual.
Hay que gestionar, tener Ministerios con funcionarios que funcionen y fundamentalmente, demostrar que merecen estar en el lugar que hoy cada una y cada uno de ustedes ocupa.
En 2023, será el propio pueblo argentino quien les dará un nuevo voto de confianza (si demuestran merecerlo), o como pasó con el gobierno nacional anterior, se les dirá también basta.