En enero pasado, la provincia de Buenos Aires tuvo la caída de la actividad industrial más importante de su historia. De la mano del desplome de la actividad económica que generó el inicio de “plan licuadora” del gobierno de Javier Milei, y de una devaluación que disparó los precios y frenó el consumo, la producción se llevó la peor parte, con áreas como construcción y metalúrgica a la cabeza. Esta tendencia se mantuvo en los meses siguientes, y tiene en La Matanza las peores consecuencias. El distrito más grande del territorio bonaerense y el país experimenta despidos masivos en varios sectores, que comienza a configurar una crisis social que amenaza con extenderse a otras localidades. Así lo afirman los gremios locales, que comenzaron a reunirse para intentar contener la situación. Para eso crearon un Comité de Crisis que coordina ayuda para los trabajadores cesanteados, que reciben de las autoridades locales y provinciales. Además, se toman medidas para que las empresas que aprovechan las circunstancias y quieren despedir sin causa empleado no puedan hacerlo, como pasó con la firma Conte, donde luego de varias movilizaciones se logró que se reintegren 15 trabajadores en el marco de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo.
“La crisis nos golpeó de lleno”, aseguró el secretario general de la seccional La Matanza de la UOM, Esteban Cabello. En diálogo con Data Gremial, el dirigente remarcó que “hace un par de meses que venimos sintiendo esta situación, por lo cual hicimos un relevamiento en el distrito para conocer la situación de la industria metalúrgica”. Como resultado, Cabello dijo que “tenemos una baja de 500 trabajadores en el último mes, que es un montón”.
Se estima que en La Matanza el rubro metalúrgico tiene 533 empresas, desde grandes firmas de 200 empleados a micropymes de dos o tres personas. “Son 500 familias que se quedan sin su sustento acá en La Matanza”, dijo el referente sindical. Ante esto, confirmó, muchas empresas se acercan al gremio a preguntar “de qué forma nos podemos poner de acuerdo para frenar esta realidad y que no haya tatos despidos, no es fácil”. “Esto tiene impacto en la situación social, estamos viendo cómo contener a estos compañeros que están quedando desocupados, esas familias que se quedan sin sustento, por eso decimos que la situación es muy preocupante”, agregó.
Ante esta situación, en la semana la CGT La Matanza llamó a un plenario, para analizar la realidad y ver los pasos a seguir. Allí, Cabello –que es secretario adjunto de la regional –habló de su sector y escuchó lo que pasa en otras áreas. “Todos los gremios industriales comentaron que están viviendo la misma situación, los compañeros del Sindicato de la Alimentación, que hace dos meses no habían sentido el impacto de la crisis, comenzaron a tener estos problemas, o sea que la gente ya se está achicando hasta en la comida, que es lo último que ajusta”, alertó el dirigente metalúrgico.
Otra área donde se siente la crisis en comercio, donde hay cierres y despidos. En el distrito se vivió con fuerza la decisión de Changomás de achicar su personal, y hubo más de 30 cesantías en los locales de San justo y La Tablada. Hasta allí fueron los gremios enrolados en la CGT, y luego de una importante movilización lograron reincorporarlos momentáneamente. “Lo mismo pasó en Conte, porque mientras despedían a los empleados que estaban trabajando les pedían que hagan horas extras. Ahí hay especulaciones que no podemos permitir”, recalcó Cabello.
Datos alarmantes
La crisis de La Matanza se tiene su correlato en toda la provincia de Buenos Aires, aunque pega fuerte en la industria local, una de las más grandes del país. El mal momento que atraviesa la economía no se ve reflejado solo en la altísima inflación y en la pérdida de poder adquisitivo, sino también en la recesión: según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en marzo, la actividad industrial tuvo una baja de 21,2 por ciento a nivel nacional, mientras que la construcción se derrumbó un 42,2.
En tanto, en enero de este año, en el territorio bonaerense, el sector cayó un 15,6 por ciento y tuvo así “el peor comienzo de año del que se tenga registro”.
Así lo aseguró el ministro de Economía de la provincia, Pablo López, quien afirmó que “a medida que se actualizan los datos, el diagnóstico de la recesión se agrava”. “Desde el primer día, el gobierno nacional destruye los pilares del empleo y el mercado interno”, exclamó el funcionario de Axel Kicillof. El ministro detalló que a comienzos de 2024, todos los bloques industriales del entramado provincial mostraron tasas negativas. “Algunos retrocesos son impactantes: segmentos como químicos, maquinarias, metales y plásticos cayeron más de 25 puntos”, señaló.
A nivel local, según un relevamiento de la secretaría de Producción municipal, en el sector mercantil en marzo de este año hubo una caída del 33 por ciento en comparación con el mismo mes del 2023.
El informe, al que tuvo acceso Data Gremial, cuenta con un total de 155 comercios, “siendo la mayoría de los negocios consultados de los rubros Almacén, con un 23 por ciento; Indumentaria, con 14; y Carnicería y Verdulería, ambos con 12”. Como resultado, los que presentaron los derrumbes más importantes fueron Almacén e Indumentaria, ambos con 40 por ciento.
En tanto, un 29 por ciento de los comercios relevados aseguró que bajó su dotación en marzo, frente a un 71 que mantuvo la plantilla. En febrero, los lugares que manifestaban cesantías llegaban a un once por ciento. Por último, con respecto a las expectativas de los comerciantes para el corto y mediano plazo, un 45 por ciento expresó que son malas, mientras que un 41 habló de una regularidad. Solo un doce por ciento avizoró un horizonte bueno. De esta manera, un 86 por ciento de las personas definió su expectativa como “regular y mala, número que, en febrero, había sido del 67”.
Comité de crisis
Ante esta realidad, los gremios de la CGT local convocaron a organizaciones sociales e integrantes de las dos fracciones de la CTA para crear un Comité de Crisis, que busque respuestas a esta situación alarmante. “Se formó este espacio donde debatimos cómo contener a todos estos trabajadores desocupados, ya fuimos al Municipio para solicitar que nos ayude con comida para llevar a esas familias”, destacó Cabello.
A partir de esto, se busca la cooperación local para hacer frente a las demandas. “Hasta el momento tuvimos respuestas, no podemos decir lo contrario, la realidad que cada vez que estamos solicitando algo tuvimos solución”, destacó el dirigente metalúrgico. Uno de los pedidos del comité fue potenciar el trabajo de los Centros de Formación, para recuperar los puestos de trabajo perdidos. “Pedimos que se fomenten las carreras rápidas con salida laboral, para quienes se queden desocupados puedan hacer un curso de soldadura, de electricidad, y así puedan rebuscársela”, explicó Cabello.
En el último plenario de este comité, el titular de la Cámara de Industria y Comercio de La Matanza, Francisco Lamanna, propuso “resurgir el Foro Obrero Empresario de La Matanza (FOBEM) como herramienta integradora”. “Este tipo de encuentros son fundamentales. Deben institucionalizarse a los efectos de tener voz y voto para este sector que es el que produce dinero genuino. Es el de la producción y el trabajo”, reflexionó. “No se puede destruir lo que llevó tanto tiempo construir”, exhortó. Además, sumaron a la Federación Empresaria de La Matanza para que sean parte de la discusión. “La situación es un polvorín social, y no hay perspectiva de que mejore. Hablamos con los empresarios y no ven un futuro, no saben cómo va a continuar, y el temor es que la crisis se extienda a todo el conurbano”, concluyó Cabello.