En una reciente actividad organizada en la sede del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), el aceitero Daniel Yofra volvió a pedir la construcción de un nuevo espacio gremial, que concentre a la dirigencia más combativa del momento. “Es armar un frente sindical independientemente de los partidos políticos, independientemente de las centrales, que nos posibilite enfrentar a un gobierno de patrones como este”, dijo el referente gremial, que viene reclamando este paso desde que Pablo Moyano renunció al triunvirato conductor de la CGT.
El camionero es la cara visible de un grupo de organizaciones que vienen reclamando que haya una mayor confrontación con el gobierno de Javier Milei, y que no avalan la estrategia de diálogo que lleva adelante la mesa chica de la central obrera. La salida del camionero y del mecánico Mario “Paco” Manrique, con duras críticas a esta situación, se vio como una oportunidad para avanzar con este armado, que hace recordar a lo sucedido en los 90 con el MTA, el polo opositor a las políticas menemistas que creó entre otros otro camionero, Hugo Moyano, ante la complicidad de la dirigencia cegetista con aquel gobierno.
Pero como dice el refrán, del “dicho al hecho hay mucho trecho”. Pese a las coincidencias las chances de formalizar un nuevo espacio que nuclee estas voluntades “llevará un tiempo”, según admiten los propios dirigentes. Además, la incorporación de entidades de las dos fracciones de la CTA parece difícil, ya que desde hace un tiempo se inició otro proceso de importancia, como la reunificación de sus estructuras. Quién es quién en el nuevo mosaico interno del movimiento obrero argentino.
La renuncia de Pablo Moyano disparó inicialmente movimientos internos en torno a su figura, y la posibilidad de crear un nuevo MTA. Pero con el correr de los días esas versiones se aplacaron. El enojo del camionero y sus sindicatos cercanos por la estrategia dialoguista de la mesa chica no alcanzó para desequilibrar el armado interno, más allá de los pedidos como los de Yofra. Por eso, la dirigencia cercana al camionero le pone paño frío a la cuestión.
“La perspectiva que se logre una estructura que en lo orgánico logre aglutinar a todos estos sectores que se llaman a sí mismos combativos puede que tarde un poco”, le dijo un dirigente de ese entorno a Data Gremial. Si bien hay “coincidencias respecto de la caracterización del momento”, la opinión general es que “hay que reacomodar posiciones y ver cómo se canalizan las inquietudes de los distintos sectores”. Hasta el momento, la conducción de la CGT está en manos de dos grandes grupos, como son los “gordos” y los “independientes”.
Además de ser los integrantes de la mesa chica criticada por Pablo Moyano, son los que más afiliados tienen en conjunto, por lo cual suelen manejar las expectativas respecto de las elecciones de autoridades.
En la actualidad, Pablo Moyano se rodea de un núcleo duro de dirigentes cercanos, que participan del Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA). Allí están Daniel Ricci (FEDUN), el propio Manrique, Cristian Jerónimo (vidrio); Walter Merkis (FATUN); Graciela Aleñá (viales) y Juan Pablo Brey (aeronavegantes), entre otros. Además, viene trabajando en conjunto con la conducción nacional de ATE y con Hugo Yasky y Hugo “Cachorro” Godoy, con quienes coincidió en varias protestas.
Luego de la renuncia, hubo silencio en este entorno. Al menos dos fuentes le confirmaron a Data Gremial que el camionero “no atiende hace una semana el teléfono, y prácticamente no habló con nadie”.
Lejos del armado que muchos creían se iba a impulsar, por ahora hay quietud en estos sectores. Incluso algunos de los gremios todavía no informaron si serán parte de la jornada de lucha del 5 de diciembre, que organizan las dos CTA y que se esperaba sean parte. “En la CGT lo criticaron públicamente, y no hubo un respaldo de su gremio, más bien todo lo contrario. Lo están aislando completamente”, completaron las fuentes. Por eso, la posibilidad de un nuevo MTA se aleja, por lo menos en términos formales.
Unidad en la acción
En este panorama, lo que sí se espera es que los sectores combativos de la CGT se sumen a acciones contra las políticas del gobierno de Javier Milei. En esta unidad en la acción se amplía el entorno de Pablo Moyano, ya que varios espacios tienen la misma lectura respecto a enfrentar a las políticas libertarias en la calle. “Tenemos articulación en unidad con todos los sectores”, recalcó al respecto Héctor Amichetti, referente de la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT).
Este grupo de gremios está en el ámbito de influencia de los llamados combativos, y tiene en su núcleo a parte de los ex MTA. Esta articulación, le explicó Amichetti a Data Gremial, es “tanto con los que se fueron de la conducción de la CGT como camioneros y SMATA como con los sectores por fuera de la central, como los gremios de las dos CTA”. Con ellos coinciden que “no hay otra opción que la confrontación con este modelo que busca destruir todo, la industria nacional fundamentalmente”.
La semana que viene, cuando las dos CTA realicen una nueva jornada de lucha, la CFT y varios sectores combativos se sumarán. La misma será el próximo jueves 5 de diciembre, cuando diversos sectores se movilizarán hacia la Plaza de Mayo bajo la consigna “La patria no se vende”.
La convocatoria, recalcaron, “busca expresar un fuerte rechazo a las políticas de ajuste impulsadas por el gobierno de Javier Milei”. “Vamos a participar como parte de esta unidad en acción, con distintos sectores que están siendo golpeados por este gobierno”, insistió Amichetti. Pese a esto, el dirigente gráfico subrayó que “por ahora los gremios de la CFT seguimos estando en la estructura de la CGT, somos una línea interna muy crítica de la postura que está tomando la mesa chica”. “Nuestra postura es democratizar la CGT, que se salga de esa mesa chica y se cumpla lo que se dijo en su momento y se convoque a reunión de Consejo Directivo, plenario de secretario generales y de regionales. Esa es nuestra postura”, insistió.
En este punto, Amichetti recordó que “la mayoría de los gremios estamos con conflictos, las regionales están viviendo momentos muy complicados por el ajuste que hay en todas las provincias”.
Proceso de integración
La renuncia de Pablo Moyano y los pedidos de crear un frente combativo llegan en momentos que las dos fracciones de la CTA están iniciando un proceso de unificación, que busca terminar con la fractura que generaron las elecciones fallidas del 2010. Ya en el gobierno de Mauricio Macri se había insinuado un acercamiento institucional, a la par que se coincidía con las protestas coyunturales, pero nunca se pudo concretar.
Pero ahora, Hugo “Cachorro” Godoy y Hugo Yasky están comprometidos en completar la vuelta a una única estructura, y parece que ese es su principal objetivo. Por eso en la CTA Autónoma ven lejos sumarse al pedido de Yofra, más allá de coincidir en distintas protestas. “No estamos discutiendo ese tipo de movidas”, le dijo a Data Gremial una fuente de esa central, que afirmó que más allá de las reuniones de Rodolfo Aguiar con el camionero “no hay nada concreto respecto a este supuesto frente”.
En este tiempo, Godoy y Yasky organizaron distintas reuniones para comenzar a motorizar la unidad de la que fue la central obrera alternativa de los 90. Las seccionales de varias provincias, con Buenos Aires a la cabeza, se sumaron a la propuesta. El próximo jueves mostrarán otra vez su poder de movilización, junto a movimientos sociales, sindicatos de la CGT, pequeñas y medianas empresas y agrupaciones políticas. Este proceso parece interponerse en el armado de nuevo frente.
“Las dos cosas son importante: reconstruir unidad es clave para la etapa y tener unidad de acción con diferentes sectores y no solo de trabajadores es el secreto la llave para construir un frente”, sostuvo Pedro Wasiejko, titular de la Federación de Trabajadores de la Energía, la Industria, Servicios y Afines (FeTIA) y dirigente de la CTA de los Trabajadores. Esta derrota, aclaró en diálogo con Data Gremial, “no sólo debe ser en la calle, en el sentido común de nuestra sociedad, sino también electoralmente y más importante en un nuevo período para los trabajadores y un modelo inclusivo de desarrollo industrial y de la ciencia y tecnología”. “Tenemos que enfrentar el siglo XXI con recetas para este tiempo y siempre del mismo lado del mostrador”, concluyó Wasiejko.