Viernes por la tarde. Ruta Nacional 12, a la altura de la localidad misionera de Eldorado. Cerca de mil trabajadores realizan una asamblea, en pleno corte. Hay discusiones, propuestas, bronca acumulada. Hay docentes, estatales, guardaparques, yerbateros, personal de las pasteras de la zona. En el norte de Misiones, los ánimos siguen caldeados, en el marco de la crisis que se desató hace casi dos semanas, y que no sólo pone en jaque el gobierno de Hugo Passalacqua sino que además sienta un precedente peligroso respecto a los efectos del ajuste que lleva adelante el gobierno de Javier Mieli. Hermanados por los salarios bajos y las malas condiciones laborales, los trabajadores potencian un proceso de unidad que lleva años, y prometen seguir luchando hasta que sus pedidos sean respondidos. Por eso, se suspendieron todos los actos por el 25 de Mayo, y ya hay planteado un nuevo paro de 72 horas para la semana que viene.
No importan los descuentos salariales, ni las amenazas de represión, como las que se vivieron en la legislatura provincial. El ánimo es seguir peleando. “Es muy penoso lo que nos pasó, pero a la vez muy esperanzador”, reflexiona Rubén Ortiz, referente del Movimiento Pedagógico de Liberación (MLP). Desde el mismo corte, que llegó a tener unas 1.500 personas, pero las lluvias de ayer disiparon un poco, analizó la realidad que se vive en esa zona de la provincia, y dejó una advertencia para los gobernantes y los dirigentes sindicales: “Si no logramos un triunfo será un precedente muy peligroso”.
Desde hace años, los gremios del norte misionero se organizan por regiones, para potenciar el proceso de unidad que llevan adelante. En la zona de Eldorado Ortiz es el referente, y voz autorizada para contar qué está pasando en esta crisis institucional. Atiende a Data Gremial en el propio corte de ruta, con el ruido de trabajadores de fondo, que discuten como seguir con esta pelea. “Ayer (por el jueves) hubo 1.500 trabajadores, muchos estatales pero también yerbateros, que se ven perjudicados por la apertura indiscriminada de las importaciones del Paraguay, que empeoró sus condiciones de vida”, afirmó.
El tema que más se discutió fue la liquidación de salarios, con hasta un 50 por ciento de descuentos por participar de los paros iniciados hace dos semanas. “Tuvieron que intervenir los obispos, que tienen escuelas y sus docentes sufren estas medidas como nosotros”, recalcó Ortiz. Esto caldeó más los ánimos, y el malestar quedó de manifiesto en las distintas exposiciones que se hicieron en el corte. Incluso, antes el mes pasado el dirigente sufrió amenazas de muerte, lo que marca lo profundo de la situación.
Para Ortiz, la crisis que se vive “se aceleró por las medidas tomadas por el presidente Javier Milei, la devaluación de diciembre, la quita del 12 por ciento de nuestro salario al eliminar el FONID, la creciente desocupación. Da risa que digan que la inflación está controlada cuando sigue en torno al 10 por ciento”. Sobre las cuestiones de fondo, Ortiz definió a Misiones como “una provincia raquítica”. “Esto no porque no producimos, porque somos la octava economía del país, tenemos un enorme potencial pero las inversiones que llegaron en el proceso de extranjerización lo hicieron con una política extorsiva”, relató.
Entonces, “las multinacionales llegan, prometen que van a generar fuentes laborales, pero antes piden extensiones impositivas. Así el Estado que recauda menos, y se vuelve raquítico”. A esto se le suma “la política del garrote que impuso el actual gobierno nacional, que no sólo empobrece la vida dela población sino la democracia misma, es vergonzoso que un ministro o un operador diga abiertamente ‘si me votas esta ley o me firmas el Pacto de Mayo te tiro unos mangos’, es una infamia”, criticó el dirigente. “Detrás de esto estamos los que nos hambreamos cada vez más, con democracias de baja intensidad, qué diferencia hay entre esta política y la Banelco del gobierno de la Alianza. Es lo mismo, pero ahora se anuncia en televisión”, insistió.
Efecto contagio
En estos casi dos semanas de iniciada la crisis, lo que empezó como un reclamo policial se volvió se volvió una rebelión estatal, y las imágenes en la legislatura pueden volver incluso una revuelta. “Entendemos el hambre de los policías, respetamos que hayan reclamado, pero es el mismo hombre que hasta ayer me golpeaba. Entonces no nos involucramos”, recalcó Ortiz sobre la relación con las fuerzas de seguridad.
Para el dirigente, “detrás de esto está la derecha salvaje. Que los policías ganan salarios de hambre sí, pero que atrás están las cajas de la corrupción, también. El Pueblo tiene sabiduría”. Sobre la chance de un “efecto contagio”, Ortiz dijo que “por supuesto que vamos a tener más conflictos como este en el país”. “El de Misiones es un laboratorio, y eso que la provincia estaba ordenada, pero con salarios de hambre. Veníamos comiendo, pero la devaluación, la inflación y la importación de yerba nos hambreó”, recalcó. “Los gremios nacionales deben tomar nota de esto, si no logramos un triunfo será un precedente muy peligroso, y lo que empieza a aflorar es un intento de represión. Se dio en Iguazú, acá somos miles en la ruta, pero nos aplican los descuentos, que es una forma de represión”, alertó Ortiz.
Para el referente del MLP, en Corrientes, Chaco y Formosa “no están muy lejos de esta situación, son provincia que viven de la coparticipación”. Por eso, insiste en la necesidad de organizar a los trabajadores, en especial los docentes. “El sistema educativo de Misiones está lleno de analfabetos políticos, nos creemos cientistas sociales, académicos, pero no trabajadores. Manejamos una porción muy pequeña del conocimiento, llamada disciplina –historia, geografía, matemáticas, y demás –pero somos grandes analfabetos políticos. Necesitamos que la escuela pública vuelva a discutir política”, resaltó el referente. Por eso, recordó, “en las discusiones los compañeros decían ‘marchemos sin banderas políticas’, y yo preguntaba qué íbamos a hacer entonces, ya delegamos la política en manos de estas autoridades y a este infierno nos llevaron”.
Proceso de unidad
En 2008, una ley provincial prohibió la comercialización de la hoja de yerba mate sin industrializar fuera de Misiones, y desató una crisis regional sin precedentes. A partir de allí comenzó la organización entre los gremios en la zona norte, que hoy muestra una dinámica ganada con la experiencia de estos años. “Se viene dando un proceso muy interesante de articulación entre todos los trabajadores estatales y los privados, que es lo más importante, con eso creo que vamos a ganar”, se entusiasma Ortiz.
Esta articulación, destacó, “ya está marcha, tenemos escuelas comunes con los campesinos, escuelas de formación política donde nacen las organizaciones, es un largo proceso y cada vez que se genera una crisis toda la comunidad concurre, no de una mirada corporativa sino desde el ejercicio de un derecho constitucional como es el de la huelga, la lucha contra el hambre”.
Por eso, pese a las dificultades y las amenazas, en las asambleas hay un clima de esperanza. “Es muy penoso lo que nos pasó, pero a la vez muy esperanzador, porque hay mucha articulación, los jóvenes educadores se están comprometiendo, hay un proceso muy rico sobre la propiedad de la tierra, de los derechos de los zafreros, tenemos que mirar con expectativa el proceso iniciado, el hecho de que un campesino venga a la ruta a defender la escuela pública o la universidad, es para destacar. La gente no claudica”, afirmó Ortiz. Además, en tono autocrítico, apuntó a “la forma de hacer sindicalismo”, y pidió revisar estas prácticas. “En Misiones hacía 50 años que la CGT no hacía un paro, es una verdadera vergüenza lo que nos pasó, tenemos que revisar eso para que no nos vuelvan a sorprender”, concluyó.