En la CGT dieron un cerrado apoyo al precandidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, con un acto de notorio “tono peronista” celebrado el último martes en un estadio techado del partido bonaerense de Malvinas Argentinas. Pero, en privado, sus referentes reconocen contactos con dirigentes de la oposición con quienes podrían llegar a consensuar cambios en la legislación laboral.
“El mayor desafío que tenemos es qué hacer con el 40% de la masa laboral que se encuentra en la informalidad”, admitió un jefe sindical consultado por este medio que dio cuenta que este universo se encuentra con menos herramientas para hacer frente a un contexto de alta inflación como el que se ciñe sobre la Argentina desde hace varios años.
Contactos y charlas
Es que, aunque en público los principales referentes de CGT elogien la figura de Sergio Massa y destaquen los buenos números de empleo que ha conseguido la actual administración, en privado hay preocupación por los “problemas en los ingresos” que sufre una gran parte de la población. Además, exigen bajar la inflación porque aducen que una carrera de precios y salarios a la larga termina perjudicando a los asalariados.
Por eso no descartan que en 2024 se puedan discutir cambios en la normativa laboral para poder incorporar a la formalidad a millones de trabajadores que se desempeñan en la denominada “economía popular” o bien bajo lo que vulgarmente se conoce como contratación “en negro”.
Si bien se cuestionó a exfuncionarios de Cambiemos como Dante Sica, hoy referenciado en la candidatura de Patricia Bullrich, que plantearon la quita de la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo, hay predisposición a avanzar en consensos con Horacio Rodríguez Larreta, en caso gane las PASO del 13 de agosto, y su equipo de asesores, como su secretario de Trabajo, Ezequiel Jarvis.
Los cambios que se podrían consensuar
Al respecto, el jefe gremial consultado aseguró que hay interés en la central obrera por formalizar a miles de trabajadores. Y para ello podrían aceptar cambios en la normativa, como lograr consensos en un acotado incremento en el período de prueba para algunos rubros, avanzar en la reducción en las cargas laborales y, dependiendo del sector, modificar el correspondiente régimen en la indemnización. “Hay que hacer más flexible al mercado laboral”, abundó.
De este modo, en la mesa chica cegetista no descartan avanzar en algún tipo de acuerdo con un sector de JxC si finalmente llegará a retomar el poder desde el próximo 10 de diciembre.
Sí parece haber coincidencia en la central obrera en rechazar “el discurso violento” de una buena parte de la oferta electoral de la oposición que directamente busca confrontar con el movimiento obrero organizado y, eventualmente, imponer una quita de derechos laborales que no harían otra cosa que pauperizar las condiciones en las que se desenvuelven los asalariados.
Por eso si bien los jefes sindicales muestran predisposición para el denominado “diálogo social”, que pregona el Papa Francisco al que se ilusionan con recibir en 2024, advierten que “cambios inconsultos” en la legislación laboral podría generar un mayor “conflicto en las calles”.