El acuerdo alcanzado en la provincia de Buenos Aires para que todos los estatales reciban el aumento salarial acordado para el primer semestre del año en mayo marca a las claras el impacto de la inflación en el poder adquisitivo. La caída de los ingresos no se detiene este año, y el último índice del 8,4 por ciento de abril no hace más que confirmar que el principal problema de la economía nacional es la inflación, y cómo erosiona los salarios.
Esto empuja a los gremios a profundizar su reclamo de acortar las negociaciones paritarias, para frenar el deterioro. En este sentido, la semana pasada se conocieron datos sobre cómo están perdiendo los ingresos ante el IPC, lo que además de aumentar la presión sindical tienen como consecuencia otro dato muchas veces soslayado: un repunte importante de la conflictividad social.
“La conclusión parece bastante clara: el salario de los trabajadores registrados se viene defendiendo como puede, mientras que el de los no registrados se derrite”, sostuvo en su último reporte el Instituto de Estudios y Formación (IEF). Las paritarias, un instrumento indispensable pero innecesario.
Los datos del IEF muestran como la carrera entre precios y salarios lo sigue ganando los primeros, con algunas particularidades. Según el Índice de Salarios del INDEC, los ingresos aumentaron un 6 por ciento en febrero, por debajo de la inflación del 6,6 por ciento.
“En este mes perdieron los asalariados del sector público (3,8 por ciento) y recuperaron unas décimas los del sector privado (6,9 por ciento los registrados y 7,1 por ciento los no registrados)”, recalcó el reporte, al que tuvo acceso Data Gremial. Si se compara contra diciembre de 2019, agregó el IEF, “la variación vuelve a cambiar”. “Los trabajadores registrados del sector privado le empataron a la inflación; los del sector público perdieron un 4,4 por ciento y los no registrados un 18,4 por ciento”, recalcaron.
En tanto, el instituto de la CTA Autónoma utilizó otros indicadores para profundizar la caída de los salarios. Los datos de marzo provenientes de otra fuente (RIPTE) releva los ingresos de los asalariados registrados tuvieron “una variación mensual fue del 9,8 por ciento, muy por encima del 7,7 por ciento del IPC”. La suba del RIPTE en marzo, que usa una metodología distinta a la del IPC, “se agrega a la de febrero y en lo que va del año el salario real creció un 1,5 por ciento”.
En otras palabras, “la aceleración de los precios tuvo un ritmo menor que el aumento salarial promedio de los asalariados registrados”. “A pesar de este incremento el salario real medido por el RIPTE cayó un 3,1 por ciento en comparación con marzo de 2022 y sigue debajo de diciembre de 2019 (- 0,7 por ciento)”, destacó la entidad.
Impacto en las paritarias
La aceleración de la inflación genera como consecuencia directa el aumento de los reclamos de los gremios para que se reabran las paritarias, que según el IEF “están funcionando bastante bien como mecanismo defensivo”. “Quienes cuentan con esa herramienta pueden dar la pelea con mucho mejor resultado que quienes no cuentan con ella”, aclararon, respecto de los trabajadores informales.
Además, analizaron, “el éxito de las paritarias impide que el salario funcione como ancla anti inflacionaria. Esto es bueno para los trabajadores registrados, pero malo para el Ministro de Economía y trágico para los asalariados no registrados”.
Esto está disparando el reclamo de reabrir las paritarias que ya fueron firmadas, y que en algunos casos debían revisarse a mediados de año, pero que el aumento de la inflación puso en jaque. Como paso con los estatales bonaerenses, muchos sectores acortan los tiempos de revisión.
Así, los bancarios ya comenzaron a discutir un nuevo incremento, mientras la paritaria de la alimentación está todavía abierta porque no hay acuerdo respecto de los tramos de los aumentos. A comienzo de año SMATA, por ejemplo, ya había puesto en marcha un mecanismo de revisiones trimestrales que sigue vigente.
La situación empeora si se tiene en cuenta la inflación de abril, anunciada el viernes pasado. En este contexto, desde la Junta Interna de ATE en el INDEC realizaron una jornada, donde reclamaron la reapertura de la paritaria del Estado nacional, ante el impacto de los datos. “Estamos pidiendo la urgente regularización de la situación de os monotibutistas, que son los más afectados por la pérdida salarial”, le dijo a Data Gremial el secretario Gremial de ATE-INDEC Raúl Llaneza.
Además, el dirigente dijo que en la jornada pidieron “un 50 por ciento de emergencia para la actual pauta salarial y una cláusula de actualización automática para el próximo acuerdo”. Esto se está viendo mucho en muchas negociaciones, donde para frenar la pérdida ante la inflación creciente.
Protesta social
En este contexto, el EIF alerta de una cuestión que por ahora no está en la agenda política y sindical, pero que puede explotar rápidamente: el malestar social. “En este escenario no podría sorprender el fuerte crecimiento de la protesta social de los sectores populares, y en su interior el plan de lucha de la CTA Autónoma y de las diversas organizaciones populares que lo componen”, recalcó el informe. Este plan fue aprobado en marzo y ratificado en varias ocasiones por la conducción nacional, y tendrá un nuevo capítulo el próximo jueves con una concentración frente al Ministerio de Desarrollo Social.
“La conflictividad social va a crecer, no hay dudas”, adelantó Jorge Yabkowski, vicepresidente de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA). Ante la consulta de Data Gremial, el dirigente recordó que hay conflictos abiertos en varias provincias, “que se arrastran del año pasado”, y que no hay perspectiva de solución.
En la última semana, hubo diversas actividades de protesta en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Tucumán, la gran mayoría de los reclamos vinculados a mejoras salariales, que “trascienden jurisdicciones”.
Esta semana, por ejemplo, el personal del Hospital Posadas, uno de los pocos bajo jurisdicción nacional, realizará una jornada de lucha, para pedir por una suba salarial –están bajo la paritaria nacional del Estado –y contra la precarización laboral, ya que casi el 90 por ciento del personal está bajo contratación irregular. “La pauta salarial base de los arreglos del primer semestre eran de entre 35 y 40' por ciento, y ya estamos en el 32 por ciento de inflación”, subrayó Yabkowski, al justificar la medida, que además tendrá “múltiples planteos”.