Desde el iniciode la gestión de Javier Milei, no fue “la casta” la que pagó el ajuste, sino, principalmente, los haberes. La motosierra y la licuadora se hicieron sentir con fuerza sobre este sector, que no solo sufrió la afectación de sus ingresos, sino también la represión en sus protestas.
Según los últimos datos, la jubilación mínima en marzo de 2025 se encuentra en $279.121,71, a lo que se le suma un bono extraordinario de $70.000, totalizando la magra cifra de $349.121,71. Este monto beneficia a casi el 70% de los jubilados que reciben el haber más bajo.
El gobierno, con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 274/2024, modificó la fórmula de movilidad previsional, presentándola como un alivio frente a la alta inflación que azotaba a los jubilados. La promesa era evitar que los haberes cayeran frente a la suba de precios, aunque no se contemplaban "mejoras" sustanciales en los haberes. Sin embargo, esta fórmula no cumplió las expectativas y, lejos de protegerlos, implicó una nueva pérdida para los jubilados. En el ajuste entre la fórmula antigua y la nueva, los haberes perdieron un 7,2% adicional, a pesar del 12,5% de recuperación otorgado por la administración de Javier Milei.
Además, a medida que se desaceleraron los precios, la fórmula atada a la inflación no cumplió su función. En lugar de mejorar la situación de los jubilados, consolidó una pérdida significativa en sus haberes. En marzo de 2025, la jubilación mínima (sin bono) será de $279.122, mientras que, si se hubiera mantenido la fórmula anterior (establecida en la ley 27.609 de 2021), esa cifra habría sido de $356.962, lo que representa una diferencia del 27,9% a favor de la fórmula anterior, según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
El ajuste y la caída del poder adquisitivo
Este contexto de recorte en los haberes jubilatorios también tuvo un impacto directo en el ajuste del gasto público. Las jubilaciones explicaron el 19,2% del recorte total realizado por el Sector Público Nacional en 2024. Pero la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados no se limita solo a los cambios en las fórmulas de ajuste. De acuerdo con el CEPA, entre septiembre de 2023 y marzo de 2025, los jubilados con el haber mínimo han perdido un 13,3% de poder adquisitivo. Esto se debe principalmente a la congelación del bono extraordinario de $70.000, que no ha sido actualizado desde marzo de 2024, y cuya capacidad de compra se ha diluido mes a mes con el aumento de los precios.
Mientras los haberes generales aumentaron un 108% entre marzo de 2024 y marzo de 2025, el bono extraordinario que acompaña la jubilación mínima solo creció un 71%. Si se hubiera actualizado en la misma proporción, el bono debería ser de $145.303, lo que implica un aumento de más del doble (+$75.303) respecto al monto actual.
Conclusión
La situación de los jubilados ha sido una de las más afectadas por las políticas de ajuste del actual gobierno. Si bien las modificaciones en la fórmula de movilidad y los aumentos parciales han sido presentados como medidas de alivio, los números reflejan un deterioro significativo en el poder adquisitivo de los adultos mayores, especialmente aquellos que dependen de la jubilación mínima. La congelación del bono extraordinario y la continua pérdida frente a la inflación refuerzan la sensación de abandono y desprotección que atraviesan los jubilados en este contexto económico.