Los jubilados como variante de ajuste en la era Milei: salarios a la baja y menos beneficios

Los trabajadores pasivos sufren los efectos del plan motosierra, con una caída muy marcada del poder de compra de sus haberes. Además, el ajuste en el PAMI los puede dejar sin medicamentos.

Este lunes, una 30 entidades y organizaciones que representan a jubilados y pensionados de todo el país definieron una serie de medidas de acción, ante el inminente veto de la ley que pone en vigencia una nueva fórmula para calcular los salarios de los trabajadores pasivos. La decisión del presidente Javier Milei de enfrentarse al Congreso por esta norma, aprobada por una amplia mayoría, generó rechazo del sector, que además reclama el apoyo de los gremios y las centrales obreras en su pelea. Las jubilaciones quedaron en el foco de la discusión política, que vienen perdiendo poder adquisitivo de forma acelerada desde que asumió la gestión libertaria. A esto se le suma que una serie de medidas en el PAMI, su obra social, golpea los llamados “aumentos indirectos”, en especial la cobertura de medicamentos, producto vital para la tercera edad. Con todo esto, la motosierra sigue recortando, bajo el argumento de combatir a los “degenerados fiscales”, haciendo padecer a millones las brutales consecuencias.

En materia salarial, la nueva fórmula aprobada por el Congreso genera un aumento automático, que según los cálculos no supera medio punto del PBI. En números, se trata de unos 17 mil pesos que recibirán los jubilados que reciben el haber mínimo. El veto de Milei, que no se sabe todavía si será parcial o total de la norma, genera malestar y bronca, más que nada porque desde que asumió el ajuste recayó en los ingresos de la tercera edad. En un reciente informe del Centro CIFRA de la CTA de los Trabajadores, recordó que más allá de los ingresos laborales, “las jubilaciones fueron además fuertemente perjudicadas en este escenario recesivo, siendo el gasto en jubilaciones y pensiones contributivas el componente que mayor peso tuvo en el ajuste hacia la baja del gasto público”. En los primeros siete meses de 2024, expresó el reporte al que tuvo acceso Data Gremial, “la jubilación mínima tuvo en promedio un poder adquisitivo 24,3 por ciento inferior al de 2023”.

Como resaltó CIFRA en su análisis, la reducción de la jubilación mínima “ha sido una constante desde 2016 en adelante, con algunos períodos de disminución especialmente intensa, entre los cuales destaca el tiempo transcurrido desde la asunción del gobierno actual”. Así, “cuando se compara el haber promedio de siete meses de 2024 con el de 2015 se observa una reducción real del 53,4 por ciento, es decir que se perdió más de la mitad del poder de compra”. Este nivel “resultó incluso más bajo que el del año 2001, en plena crisis final del régimen de convertibilidad y fue el más bajo en al menos 20 años”. Este desplome fue compensado, en mayor o menor medida, por el otorgamiento de “bonos” de suma fija, con distinta denominación y distinto alcance. De este modo, “el monto efectivamente cobrado muestra un deterioro relativamente más acotado que el de la jubilación mínima pura”. En particular, “entre 2021 y 2023 el otorgamiento de bonos fue fundamental para mantener el valor cobrado por las personas jubiladas relativamente constante o con una pérdida real acotada”. El gobierno actual mantuvo la política, “definiendo una suma adicional de 55 mil pesos de diciembre a febrero y de 70 mil pesos de marzo a julio”. Así, en el promedio de los meses de enero a julio de 2024, “el haber mínimo con los bonos incluidos mostró una reducción de 33,9 por ciento respecto de lo cobrado en 2015 y una disminución de 17,4 por ciento respecto a 2023”.

PAMI reduce cobertura

A lo largo de la historia, el deterioro de las jubilaciones se intentó compensar con “aumentos indirectos”, en especial beneficios que otorga el PAMI. El principal es la entrega de medicamentos gratuitos, un plan que más allá de sus vaivenes se mantiene hace años vigente. En los últimos días, se anunciaron unos cambios en la forma de aplicarse este programa, que limita la entrega con 100 por ciento de descuentos, lo que es otro golpe al bolsillo de los jubilados. Bajo el argumento de “optimizar el uso de recursos y enfocar el apoyo en tratamientos de mayor prioridad”, las autoridades del PAMI decidieron dejar de cubrir muchos tratamientos, como antibióticos, antiparasitarios, corticoides, ibuprofeno y omeprazol, que a partir de ahora tendrán un porcentaje de copago. La cobertura de estos fármacos se ha reducido a niveles que van del 40 al 70 por ciento, según informaron farmacéuticos a Data Gremial.

A esta medida se suma una deuda que se comenzó a acumular con las farmacias de todo el país, por la dispensa de los tratamientos. Se trata de recetas vencidas de la primera semana de julio, que deberían haberse pagado la semana pasada, pero que se vencieron sin novedades. Las fuentes consultadas remarcaron que las entidades del sector farmacéutico se reunieron con autoridades “para expresar su alarma por la deuda, que pone en peligro la atención de los jubilados”. En la actual gestión, la baja del poder de compra de las jubilaciones y la suba indiscriminada de los medicamentos –producto de la desregulación propiciada por el gobierno –hizo que baje la venta de tratamientos, que en personas de la tercera edad es muy peligroso.

Pedido de respaldo

Ante estos problemas que tienden a profundizarse, la nueva fórmula jubilatoria aparece como un bálsamo en medio de la crisis. Por eso su veto no hace más que promover estos problemas. Por eso, las organizaciones de la tercera edad se movilizaron este miércoles, para pedir que no se vete la ley. En la discusión del lunes pasado, donde se definió la medida de fuerza, se pidió a los gremios y las centrales obreras que apoyen el pedido de los jubilados. Si bien la CGT y las dos fracciones de la CTA expresaron su rechazo al veto presidencial, no convocaron formalmente a esta protesta ni a otras, para presionar al gobierno para evitar la baja de la normativa.

Marcos Wolman, de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la República Argentina, reconoció que el incremento que se discutió en el Parlamento, con aprobación, “no fue importante pero deben dar señales ante la administración libertaria”. “El aumento al que se opone el gobierno es muy pequeño, son 17 mil pesos que no resuelven los problemas que tenemos los jubilados; aún así, tenemos que evitar que sea vetado”, añadió el representante. La jornada fue convocada por Trabajadores Jubilados, el Encuentro de Jubilados de Asambleas Barriales, la Confederación de Jubilados de la República Argentina, la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, Jubilados de Izquierda, entre otras.

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