En agosto pasado, el gobierno nacional anunció la simplificación del trámite para la importación de acero y de insumos industriales que luego sean utilizados en exportaciones del sector. En otras palabras, se decidió abrir uno de los mercados más sensibles del país, una medida que generó tensión con los industriales nacionales. Al punto llegó el malestar, que esta semana hubo duros cruces en el inicio de la conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), ante la decisión del presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo de no asistir al evento, lo que motivó las críticas de la entidad empresarial.
En tanto, la llegada de productos como chapas, tubos y otros productos metalúrgicos comenzó a tener impacto en el nivel de actividad del sector. Además, la sustitución de productos nacionales por los producidos en el exterior, que en algunos casos son más baratos, pone en peligro muchos puestos de trabajo, según alertaron desde la UOM. En estos días, varias seccionales se pronunciaron respecto de esta amenaza latente, y recordaron los que fue “la fiesta de importaciones” de los 90, que destruyó la industria local.
Esta realidad se da en momentos que el gremio debe discutir las paritarias de sus dos ramas más importantes, la metalmecánica y la siderúrgica.
La resolución de la secretaría de Industria y Comercio de fines de agosto pasado informó que modificó el reglamento técnico (RT) del acero “para simplificar y bajar los costos de importación”. La medida se basó en la intención de bajar el costo del producto, ya que el gobierno afirmó que el acero argentino “es hasta un 50 por ciento más caro que el promedio mundial”. A partir de esto, comenzaron a ingresar al país distintos productos importados, como capas para techos, cerramientos, estructuras portantes, perfiles, hierro redondo para hormigón, mallas, vigas y tubos.
Esto comenzó a hacerse sentir en la industria metalúrgica, que comenzó a alertar sobre el impacto en la actividad, que ya viene golpeada por las políticas libertarias y ahora suma una nueva amenaza. Esta semana, la seccional San Nicolás de la UOM expresó públicamente su preocupación ante el anuncio de la empresa de avanzar “con despidos en el primer trimestre de 2025”, producto de esta cuestión. En tanto, la seccional del gremio en Villa Constitución realizó una medida de visibilización en las cercanías de la planta de Acindar, distribuyendo volantes denunciando “el estancamiento en las negociaciones salariales y los peligros que entraña la apertura indiscriminada de importaciones”.
“Estamos muy preocupados”, aseguró por su parte Esteban Cabello, titular de la seccional La Matanza de la UOM. En diálogo con Data Gremial, el dirigente remarcó que en muchas de las fábricas metalúrgicas del distrito “están entrando mercadería importada, están comprando containers con esa mercadería, en el distrito muchas firmas están implementando ese sistema”. “Los mismos trabajadores nos alertan que está entrando un montón de cosas importadas, chapas, acero, productos terminados directamente, como los de la llamada línea blanca”, agregó Cabello.
Desde hace un tiempo, la UOM de La Matanza hace un relevamiento de la actividad de las firmas locales, para conocer su situación. En junio y julo, la alarma estaba puesta en los despidos, mientras que ahora e la apertura lanzada por el gobierno nacional. “Estas importaciones tienen como consecuencia directa puesto de trabajo cesantes, estamos viendo que en las fábricas se nota como ingresa mercadería de afuera, es impresionante. Eso tarde o temprano va a repercutir en el empleo local y en todo el país”, recalcó el dirigente. Además, Cabello alertó que “este es el comienzo de la liberación del mercado, lo que vivimos en los 90. Hoy a las empresas le conviene traer mercadería de afuera que producirlo”. “El mes que viene o el otro ya vamos a notar las consecuencias más fuertes”, recalcó.
Incertidumbre
La posibilidad de importar acero fue unos de los puntos de tensión de la UIA y el gobierno, y afecta directamente a las grandes acereras del país. Pero además se están registrando otros ingresos, como los de tuberías, que puede poner freno a otros sectores de la metalúrgica. Ese es el caso de Tenaris Siat, la firma del grupo Techint que hace tubos sin costura. La comisión interna de la UOM en la planta de Valentín Alsina, en la localidad de Lanús, aseguraron mediante un comunicado que “existe la posibilidad del ingreso de tubería importada, y realmente sería un gran riesgo para la fuente de trabajo de nuestras familias”. “Lo tenemos que alertar, debemos estar atentos y ya se lo planteamos a la empresa que si tenemos que salir a defender nuestra fuente de trabajo lo vamos a hacer”, recalcaron los delegados de la seccional Avellaneda del gremio, que recordaron que “no es la primera vez que los trabajadores y trabajadoras salimos a la calle a defender nuestros derechos”.
Según le confirmó a Data Gremial el delegado José Villa, la empresa informó que “ya tiene firmado un contrato para hacer una cantidad de kilómetros para el proyecto Vaca Muerta Sur, que serían unos 100 kilómetros”. Estas tareas le darían actividad a la planta de Lanús por tres meses, y después “hay que ver cómo se sigue”. Pero el tema es que si hay importación de esos tubos, no hay proyectos en el horizonte.
“Desde el gremio planteamos la defensa de los puestos de trabajo, porque si no hacemos esos tubos la fábrica de Valentín Alsina se cierra”, aseguró Villa. Por eso, los operarios piden “un respaldo para que esas tuberías se hagan en la Argentina, porque además son de muy buena calidad”. El delegado planteó la paradoja del Grupo Techint, que “apoya las políticas del gobierno pero en este punto está en tensión”. Paolo Rocca, titular del grupo, alertó sobre las asimetrías que produce la política económica y reclamó coordinación de medidas de protección a las cadenas de valor regionales, mientras que el Jefe de Gabinete Guillermo Francos descartó cualquier tipo de medida proteccionista.
La estructura de producción siderúrgica en el país está sumamente concentrada en dos grandes grupos económicos globales: Arcelor-Mittal (Acindar) es el segundo productor mundial de acero, mientras que el Grupo Techint (Ternium y Tenaris) ocupa el 25 lugar entre los 50 mayores productores mundiales.
En los últimos años, ambos han sido desplazados de puestos superiores por el avance de las corporaciones chinas, que a la vez han profundizado su expansión exportadora ante la caída en el consumo en ese país. En el mundo siderúrgico, empresas y sindicatos vienen manifestando preocupación por la sobre producción de acero al menos desde hace una década, especialmente en América Latina.
Paritarias
En tanto, en medio de las tensiones el UOM debe encarar las dos paritarias principales de la actividad, la rama metalmecánica y la siderúrgica, esta última con las empresas del acero. En los primeros encuentros hubo algunos puntos de contactos, pero es la segunda la que preocupa, ya que pese a la cumbre entre el líder sindical Abel Furlán y Paolo Rocca, las versiones hablan de una discusión “en punto muerto”.
La reunión, celebrada en la planta General Savio de Ternium, fue organizada a pedido del sindicato ante la falta de avances significativos en las reuniones formales con la Cámara Argentina del Acero, que agrupa a los principales empleadores del sector. En esta instancia, las negociaciones se centran en los trabajadores de empresas como Ternium, Acindar y Tenaris. La UOM exige un ajuste salarial retroactivo con incrementos del 4 por ciento mensual para julio y agosto, y del 3 por ciento para septiembre y octubre, mientras que la propuesta empresaria se limita a subas cercanas al 2 por ciento.
En cuanto a la rama metalmecánica, la más numerosa del sector, en la primera reunión que inauguró la reapertura de la discusión el gremio pidió “recuperar los puntos salariales erosionados por la inflación tras el acuerdo cuatrimestral cerrado en agosto”.
Este convenio incluyó un aumento retroactivo del 14 por ciento, distribuido en un 4 por ciento para julio y agosto, y un 3 por ciento para septiembre y octubre, con una cláusula de revisión en noviembre. En una reunión reciente con las cámaras empresariales de la rama 17 —entre ellas ADIMRA, AFARTE, AFAC, FEDEHOGAR, CAMIMA y CAIAMA— el gremio solicitó además “ajustes basados en la proyección de inflación oficial, la recuperación de puntos perdidos y la inclusión de una cláusula de revisión en febrero de 2025”.