Luego de un fin de semana agitado que decantó en la renuncia de Pablo Moyano a la conducción del gremio, su padre, Hugo Moyano, confirmó que Camioneros seguirá dentro de la Confederación General del Trabajo (CGT). Además, insistió en la negativa de realizar un nuevo paro general contra el gobierno de Javier Milei de cara a diciembre. Es en medio de este clima político tenso donde empezaron a surgir nuevos nombres como posibles reemplazantes del lugar que dejó Pablo. La decisión abre el debate sobre el futuro de una de las organizaciones sindicales más influyentes de Argentina, mientras el panorama interno de la CGT se perfila hacia renovaciones importantes.
Según testimonios el reemplazo no vendría bajo los nombres que se habían barajado en primera instancia: ni Omar Pérez, secretario de Políticas del Transporte del sindicato, ni tampoco “Huguito” Moyano, otro de los hijos del líder gremial, abogado laboralista y secretario de Coordinación de Asuntos Jurídicos de la federación camionera. Todos los caminos conducen a Jorge Taboada, secretario adjunto de la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros. Este dirigente lidera el gremio en Chubut y fue diputado nacional entre 2015 y 2019 por el partido Chubut Somos Todos, fundado por Mario Das Neves.
Esto representa otro capítulo más de las diferencias de unos años a esta parte entre padre e hijo. El ejemplo claro es que en el plano de discusión salarial, Pablo, por ejemplo, se mantiene corrido de la negociación del sueldo de los camioneros. Es Hugo quién, a sus 80 años, conversa cotidianamente con los empresarios para sellar un aumento de 5% mensual más un bono de fin de año de $650.000. Además, las negociaciones se encuentran abiertas con respecto a hacer obligatorio el aporte adicional de $14.000 mil por trabajador que hacen los empresarios a la obra social de camioneros. Todo indica que esto sobrepasaría la proyección de inflación del Gobierno nacional menores al 5%.
Por otro lado, otros de los conflictos en puerta son los posibles cambios en el sistema de riesgos laborales del sector. Hace dos días, el secretario de Trabajo, Julio Cordero; el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, y Gerardo Martínez, jefe de la UOCRA, se reunieron, para definir la letra chica de la reglamentación del artículo 242 de la Ley Bases, que se refiere a los bloqueos como “justa causa” de despido. Si bien ya hay conversaciones con respecto a este tema, todavía hay muchos grises y puntos sin precisar, con zonas abiertas a interpretaciones disímiles.
Conflicto padre - hijo
Tras años de un buen manejos de la estructura sindical, tanto de forma interna -complementándose en cuanto a los roles dentro de las negociaciones, como externa, de cara a los gobiernos de turnos, se empezaron a marcar ciertas diferencias. Todo remonta a los años de Covid-19, cuándo por salud Hugo Moyano tuvo que alejarse de la principales responsabilidad y Pablo empezó a adquirir cada vez mayor notoriedad y protagonismo.
Es así que desde 2020 a esta parte, Pablo representó la pata del gremio más combativa y disruptiva. El bloqueo del Sindicato de Camioneros al centro de distribución de Mercado Libre en La Matanza, fue uno de los conflictos más fuertes en la relación del gobierno de Alberto Fernández con el gremio, y solo se resolvió una vez que Hugo decidió apartar a Pablo de las negociaciones oficiales.
Lo mismo sucedió en febrero de 2021 cuando Pablo Moyano encabezó un bloqueo a la empresa Chazki, que trabaja para Mercado Libre, en el Parque Industrial Ader, de Villa Adelina. Hubo un pedido expreso del presidntre a Moyano para que pacificara la relación con la compañía de Marcos Galperin: la protesta sindical interfería en su vínculo con todos los empresarios.
Tiempo después, el hijo de Moyano volvió a instalar el mismo escenario, en un depósito de los supermercados Walmart (hoy, ChangoMás), con un bloqueo realizado en reclamo de echar, indemnizar y volver a contratar personal que ya estaba trabajando. En las negociaciones finales, en la cartera laboral, Hugo Moyano se mostró más conciliador, pero Pablo se retiró de la mesa y Francisco De Narváez, el dueño de la empresa, dio por terminadas las conversaciones. En la foto final del acuerdo no estuvo el hijo de Moyano.
El sindicalismo argentino, caracterizado por su capacidad de influencia, atraviesa un momento de quiebre y discusión interna (que no es ajena al resto de los sectores). En este sentido, la decisión de mantener la afiliación de Camioneros a la CGT apunta a enviar un mensaje de unidad en tiempos de fragmentación. Para Hugo Moyano, la permanencia en la central obrera no solo fortalece a su gremio, sino que también asegura un rol estratégico en las discusiones sobre políticas públicas y condiciones laborales.
Con la vista puesta en el futuro, los movimientos en el tablero sindical sugieren que tanto Camioneros como la CGT seguirán siendo protagonistas de los debates más relevantes del país. La transición interna y las decisiones estratégicas marcarán el rumbo de las relaciones de poder en el ámbito laboral, mientras los trabajadores observan de cerca cómo se define su representación.