La Comisión de Legislación del Trabajo se reunió ayer martes para avanzar con el debate de una serie de modificaciones propuestas a las leyes de Asociaciones Sindicales, la de Convenciones Colectivas de Trabajo y la de Empleo, que los libertarios y sus bloques aliados quieren imponer, limitando el accionar gremial y rompiendo el modelo sindical que rige en el país. Fue una reunión informativa en la que los diputados autores de las iniciativas puestas a consideración, como así también otros legisladores plantearon sus observaciones.
De entrada, el presidente de la comisión, Martín Tetaz, anticipó que el jueves 29 comenzarán las reuniones informativas con invitados. El radical fue fuertemente cuestionado la semana pasada por la forma de manejar el debate, donde los diputados de extracción sindical del Unión por la Patria rechazaron las propuestas.
El primero en exponer fue el radical Fabio Quetglas, quien acompañado por un número importante de diputados de su bancada presentó siete modificaciones al marco normativo de la Ley de Asociación Sindical, que -contó- “dialoga con la legitimidad de la organización colectiva, la autonomía frente a otros poderes y la adecuación de los marcos de organización a los estándares tecnológicos”. Esos siete puntos son: Limitación de mandatos de dirigentes sindicales; declaraciones juradas de dirigentes sindicales; eliminación de cuotas solidarias obligatorias; publicación obligatoria de informes financieros; auditoría por la Auditoría General de la Nación (AGN); paridad de género, y mayor participación y control de los afiliados.
Fuertes cruces
El diputado Fernando Iglesias hizo una introducción en la que se remontó a los albores de la democracia contemporánea, cuando la Argentina se encontró con dos candidatos: uno que tenía el respaldo de una estructura sindical y que apoyaba la autoamnistía, y otro que no tenía estructura sindical y promovía el juzgamiento de los represores. “Hubo un gran conflicto con la Ley Mucci, que promovía romper el Pacto Militar-Sindical, una ley derrotada por 2 votos”, señaló, y recordó que eso terminó con “un sindicalismo que no representa a los trabajadores; representa a sus propios dirigentes y a un partido, el peronista”.
La diputada de UP Julia Strada salió al cruce de los dichos sobre el Pacto Sindical-Militar y lo contrapuso con la visita de diputados libertarios a los genocidas. “La doble vara no los favorece”, sostuvo, para después exponer en torno a las observaciones hechas en torno a la ficha limpia, afirmando que los sindicalistas “son políticamente expuestos y tienen que rendir cuentas ante la UIF. Y por estatuto no deben tener inhibición penal o civil para integrar el órgano directivo. Exigir condena firme es violatorio del principio de inocencia”, afirmó, aclarando que se debería exigir lo mismo en el ámbito político y empresarial, sino estaríamos ante un “republicanismo selectivo”.
Sesgo ideológico
A su turno, Marcela Campagnoli aclaró que con las propuestas puestas a consideración “se busca jerarquizar el rol de los sindicatos, no desprestigiarlos. Su proyecto, dijo, tiene como objeto modificar los requisitos para integrar los órganos directivos de las organizaciones sindicales”. Y apunta a “lo nefasto que ha sido para la paz democrática los vínculos entre el fútbol y la política”. Por eso se establece como requisito para un dirigente sindical que vaya a integrar una comisión directiva no haber integrado hasta 24 meses anteriores a la elección cualquier la AFA, la FIFA, la Conmebol y/o organizaciones de fútbol de Primera División o Nacional B.
“Todo lo que estamos discutiendo acá tiene un sesgo ideológico”, se quejó el diputado y sindicalista Mario Manrique, que hasta cuestionó el intento de invalidar que los dirigentes sindicales puedan ser dirigentes de fútbol: “Tuvimos un presidente que fue presidente de un club de fútbol; no lo desvaloriza”, y defendió las reelecciones sindicales: “Si hace las cosas bien, ¿por qué un dirigente no puede ser reelecto la cantidad de veces que los trabajadores quieran? No acusemos, no usemos terminología ofensiva, porque soy hombre del movimiento obrero, tengo mis credenciales, pero no por eso entiendo que todos somos buenos, o que por uno somos todos malos. No debemos atacar las estructuras”.
Cabe recordar, que los 28 proyectos vinculados a la temática en debate se refieren, entre otros puntos importantes, a la cantidad de períodos en los que pueden ser elegidos los representantes sindicales, la forma de dicha elección, la participación de las minorías, la perspectiva de género, la libertad de obra social, y la forma de financiamiento de los sindicatos incluida la discusión de las cuotas sindicales.