Según el proyecto que el gobierno de Javier Milei ingresará en el Congreso, volverán a pagar a pagar el impuesto a las “Ganancias” aquellos asalariados con un ingreso bruto mensual superior a $1.350.000, un mínimo no imponible que se ajustará en base a la inflación en forma trimestral. En el esquema anterior, pagaban aquellos con un salario de $2.500.000. El proyecto oficial también incluye la atribución para el Poder Ejecutivo de modificar las escalas.
De poco sirvió el debate, en plena campaña electoral, para que sólo paguen el impuesto al trabajo aquellos salarios muy elevados, superiores a 15 salarios mínimos, tal como preveía una ley que el propio Javier Milei, en su carácter de diputado, había apoyado.
Al mismo tiempo, parte de los gobernadores que hace poco tiempo atrás apoyaron al entonces ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, hoy piden restituir el impuesto. Meses atrás, la prioridad era ganar las elecciones; hoy, en cambio, lo esencial para los mandatarios provinciales es recibir su parte de esa recaudación, ya que se trata de un impuesto coparticipable.
La especulación de gobernadores
Se estima que el regreso de ganancias representa un ingreso fiscal extra de 1 billón de pesos para el Estado nacional y de otro tanto a distribuir entre las provincias vía coparticipación.
Desde ese aspecto, el objetivo del gobierno es sumar a los gobernadores a compartir el indudable costo político que acarrea volver a poner el tributo al salario en el recibo de sueldo de 800.000 trabajadores.
Massa había impulsado la eliminación de Ganancias y eso le valió la adhesión de la CGT, ya que los gremios con salarios más elevados son los más perjudicados. Como ejemplo, valga el caso de los bancarios: acaban de cerrar una paritaria por la cual su salario inicial será algo mayor de $900.000. Si prospera el plan oficial, la mayoría de los trabajadores de los bancos volverán a pagar el impuesto.
El apoyo de Milei al proyecto de Massa había sido claro, enfático y explícito. Lo resumió en un discurso en la Cámara de seis minutos, cuyo eco resuena hoy cuando, ya convertido en presidente, su gobierno confirmó que va a pedirle al Congreso dar marcha atrás con aquel cambio.
Cómo fue el discurso de Javier Milei para defender la ley que ahora pedirá eliminar
“El Estado es una organización criminal violenta que vive de una fuente coactiva de ingresos llamada impuestos y, por lo tanto, los impuestos son un robo y con cualquier iniciativa que conste en bajar impuestos yo voy a estar de acuerdo”, dijo Milei en la sesión del 19 de septiembre.
A su juicio, “los impuestos son una rémora de la esclavitud”, que era un régimen consistente en aplicar el “cien por ciento de impuestos”. Por eso, afirmó, bajar impuestos es devolverle libertad a los ciudadanos.
Sobre Ganancias, dijo que era un tributo “aberrante”, tanto al aplicarse a las empresas como a las personas físicas. “Penaliza la acumulación de capital, que a la postre se termina manifestando en menos puestos de trabajo en menos productividad y en menores salarios. Pero como si todo esto fuera poco nos encontramos frente al delirio descomunal de tratar al salario como ganancia, lo cual es un delirio total y por lo tanto este impuesto".