En diciembre pasado, por primera vez los trabajadores despedidos de Garbarino pudieron tener frente a frente a Carlos Rosales, dueño de la empresa. En una audiencia ante el juez que entiende en la quiebra de la firma, el empresario sostuvo de manera insólita que “necesita 1.500 meses” para poder pagar la deuda que tiene con sus empleados, en el marco de la crisis que comenzó a mediados del 2022. Además, en esa cumbre dijo que tiene “un plan de negocios” pasa salir de la situación actual. Pero a casi cuatro meses de esos dichos, no hubo ninguna pista o información sobre el supuesto plan, lo que genera angustia.
Ante esto, los cesanteados realizaron un pedido ante la justicia para que se vuelva a citar a Rosales y se avance en esta cuestión. La sospecha del colectivo de despedidos es que hay complicidad para “extender los tiempos”, y así “seguir vaciando” la firma. En febrero, en el marco de pago de la deuda, algunos ex empleados recibieron 200 pesos como pagos.
El pedido del colectivo “Trabajadores de Garbarino en Lucha” se hizo ante el juez Alejandro D’alessandro para que cite a Rosales y dé explicaciones del supuesto plan para pagar la deuda de salarios, aguinaldos y liquidaciones que debe a los cerca de 3.300 empleados despedidos desde que comenzó la crisis el año pasado.
El pedido incluyó que el empresario fije “una fecha de pago” para cumplir con sus obligaciones, y que además informe sobre la forma en que seguirá sosteniendo la empresa. “Pedimos hace tres semanas al juez que llame a una nueva audiencia a Carlos Rosales para que diga cuál es el plan de negocios que en diciembre dijo que tenía, que al día de hoy no tenemos novedades”, confirmó Gabriel Yapura representante de este grupo.
Según le comentó a Data Gremial el ex empleado, ese plan “depende exclusivamente de la venta de las dos plantas en Tierra del Fuego, más la maquinaria que es lo que realza el valor de la venta”. Pero como no hubo mayores datos de la forma en ejecutar este supuesto plan, se volvió a reclamar a la justicia. “Con ese verso pasaron cuatro meses”, agregó Yapura.
El pedido incluye críticas a la sindicatura general, que trabaja en la causa de la quiebra de Garbarino. “La sindicatura le dijo al juez que nosotros estamos pidiendo cosas que ya estaban en la causa, cuando no es así. Nuestro pedido surge en línea con lo que nosotros venimos diciendo: necesitamos una fecha de cobre de ese plan”, insistió Yapura.
En el escrito se reclamó que Garbarino “de cuenta del estado actual de sus negocios y las proyecciones empresariales”, algo que se negó en una pronta contestación. “La sindicatura está jugando muy a favor dela empresa, lo que se está haciendo es tratar de extender los límites al máximo, de hecho, se está tratando de pedir una prórroga para presentar el informe final de la convocatoria”, remarcó el referente de los despedidos.
Una vez que esté ese informe, dijo, “el juez debe tomar la resolución, y yodo apunta que vamos a la quiebra definitiva”. “Garbarino es un barril sin fondo, la plata va ir a cualquier lado, menos a los trabajadores”, recalcaron.
Informe catastrófico
La sospecha delos trabajadores de Garbarino que siguen reclamando por sus sueldos caídos y sus indemnizaciones es que Rosales quiere dilatar los plazos hasta que haya una quiebra definitiva. Antes, razonó Yapura, “se quiere vender las dos empresas del sur y quedarse con esa plata, y seguir vaciando la empresa. Y no va a quedar nada para distribuir a los trabajadores”. Eso, aseguran, puede pasar en máximo tres meses, por eso el pedido.
Para argumentar este punto, los trabajadores mostraron los números de febrero que la empresa entregó al juzgado. Según el informe que la causa, al que tuvo acceso Data Gremial, marca que en febrero la empresa “depositó 670.262,83 pesos”, de acuerdo a lo que se firmó en diciembre del 2022.
“Las sumas depositadas y cuyo prorrateo se efectúan representan el 40 por ciento de las depositadas en el mes anterior y apenas el 12 por ciento de las depositadas por lo ingresos correspondientes al mes de abril de 2022”, se estableció. Esto, dicen los trabajadores, “con el notorio profeso inflacionario las sumas depositadas en términos del poder adquisitivo son menores aún”.
Con esta suma, en febrero los 3.300 trabajadores que están esperando recibir sus fondos recibieron “un promedio de 202 dentro de un rango de menos de 5 a 1.674 pesos”. “Garbarino al día de hoy está debiendo sueldos, aguinaldos a personal activo. Estamos a más de un año de la convocatoria, y en lugar de ir incrementando los pagos los van disminuyendo”, se quejó Yapura. “La sindicatura está muy jugada a favor de la empresa, no ve que de esa forma ayuda a esta situación. En el ANSES figuran pagos a trabajadores que no se hicieron”, recalcó el referente de los despedidos.
Convocatoria
El conflicto de Garbarino comenzó en abril del 2021, cuando comenzaron los primeros atrasos en el pago delos sueldos. Luego, se cerraron sucursales, por lo cual el personal realizó varias tomas. La crisis se fue agravando hasta que prácticamente no hubo operaciones. Desde mayo de este año, el tema parecía sentenciado, ya que la justicia no logró destrabar los desacuerdos entre la empresa y sus trabajadores. Decepcionados, la mayoría de los despedidos recurrió a la justicia para cobrar, mientras este colectivo se organizó, eligió representantes y mantuvo la pelea política y sindical.
Ante este panorama incierto, los despedidos de Garbarino adelantaron que el próximo 10 de abril nueva movilización y corte en Puente Pueyrredón, en la localidad Avellaneda, a la espera que el Ministerio de Trabajo los convoque, como pasó en la última marcha, que se hizo en la primera quincena de marzo, en el mismo lugar. Ese día, trabajadores, movimientos sociales y partidos de izquierda reclamaron por la reincorporación de trabajadores despedidos de Garbarino y otras empresas, como Megaflex y EMA. “Basta de ajuste, basta de despidos”, fue la consigna.