Mañana el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informará una nueva baja en la desocupación: esta vez el indicador rondará el 6,5% durante el segundo trimestre del año, una cifra que lo acerca a las mejores performances del mandato de Cristina Kirchner.
Pero la buena nueva por la reducción en el desempleo choca con un fenómeno también característico de esta época: trabajadores con bajos ingresos que deben sumar otras “changas” o empleos precarios para no quedar bajo la línea de pobreza.
Esta es la conclusión a la que arriban muchos integrantes del Frente de Todos. Si bien la actividad logró reaccionar fuertemente a la parálisis devenida de las restricciones adoptadas para mitigar la pandemia de Covid, hoy el mercado laboral cuenta con un ejército de asalariados formales –en los informales la situación es aún peor- que con un solo trabajo no alcanzan a cubrir los casi $110 mil que demandan la canasta básica.
Crece el empleo formal privado
Un funcionario consultado dejó entrever esta sensación ambivalente: por un lado, este miércoles el INDEC arrojará una baja del desempleo de casi medio punto respecto al 7% que registró durante el primer trimestre de 2022, mostrando un gran crecimiento “en la cantidad de puestos formales del sector privado”.
Esta supuesta mejora, en todo caso, vendría a complementar los números positivos que venían mostrando el empleo público y los trabajadores autónomos.
Los sueldos bajos, el problema a resolver
La dificultad, en todo caso, se da con los ingresos, una variable que también explica la causa de la radicación de empresas en provincias como La Rioja o Catamarca que deciden aprovechar el bajo costo laboral.
“Si no tenés empleo estás condenado a la pobreza. Ahora también vemos que con laburo tenés que tener otro para no ser pobre”, expresó una fuente oficial consultada que dio otra pista sobre la baja remuneración que percibe una gran cantidad de asalariados.
“Hay una realidad que es que en muchos rubros se paga poco por la baja calificación de los empleados. Por eso es fundamental avanzar en capacitaciones”, expresó ante la consulta de este medio.
La otra explicación para el fenómeno de los “trabajadores pobres” la dio Cristina Kirchner la semana pasada. La Vice había advertido en su recordada conferencia de prensa sobre este complejo panorama en una charla brindada en Ensenada. Y en su reaparición pública tras el atentado de Fernando Sabag Montiel, dijo a un grupo de curas villeros que la visitaban en el Senado, que el problema “es que no tenemos moneda” a causa de alta inflación y lo que denomina, la economía bimonetaria.
Aunque mantuvo grandes diferencias con el ministro Claudio Moroni (Trabajo), en este aspecto ambos coinciden: sin una baja sustancial del costo de vida no alcanzarán las “subas nominales” en los ingresos. Es decir, ante grandes fenómenos inflacionarios, las paritarias se vuelven un instrumento no tan eficaz para recomponer los ingresos en la “elite” de los trabajadores, que son los conveniados.
Ese es el gran desafío a resolver para el oficialismo en lo que resta de mandato de Alberto Fernández para poder llegar "competitivos" a las elecciones nacionales del año próximo.