El Observatorio de la Deuda Social (OSDA) de la UCA y Cáritas publicaron un informe llamado "Un rostro detrás de cada número, radiografía de la pobreza en Argentina", el cual advierte sobre el incremento de la pobreza multidimensional durante el 2020 y señaló que, de no haber implementado políticas sociales como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la pobreza se “hubiera duplicado o triplicado”.
Asimismo, el relevamiento, que abarca el periodo comprendido entre 2010 y 2020, arrojó un "claro aumento, no sólo en los niveles de pobreza, sino también en los de indigencia" e indicó que "caen en la pobreza familias que siempre tuvieron trabajo, pero que hoy no les alcanzan sus ingresos". En esa línea, se detalló que el 41,9% de la población urbana es pobre multidimensional, lo que significa que son pobres por ingresos y por carencias, al tiempo que se afirma que "el 25 % está en una pobreza multidimensional estructural".
El informe habla particularmente de la situación de la infancia: sostiene que "más de la mitad de los chicos son pobres, porcentaje que alcanza casi el 75% en el conurbano bonaerense y otras zonas del país" y precisa que en estos lugares "de cuatro chicos que se sientan a una mesa, solo uno come todos los días". En el capítulo "La Infancia en Riesgo", un gráfico sobre "Inseguridad alimentaria y asistencia alimentaria gratuita en espacios escolares y comunitarios", muestra que el 34,3% de los niños entre 0 y 17 años sufrieron inseguridad alimentaria total en 2020 y el 15,6 inseguridad alimentaria severa.
Según los gráficos del informe, la tasa de indigencia se sitúa en un 10,1% en 2020, pero destaca que hubiese sido del 11,6 % sin el programa Alimentar, del 18,3 % sin el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) implementado en el marco de la pandemia, del 20,2% sin la tarjeta ni IFE; del 24,9% sin esas dos herramientas más la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otros programas, y del 27,9% sin los ítems anteriores y las pensiones no contributivas.
En cuanto a la tasa de pobreza, la ubica en el 44,2% durante el año 2020, y aclara que hubiese llegado al 53,1% de las personas sino se hubiera implementado la tarjeta Alimentar, el IFE, la AUH y las pensiones no contributivas. En esa línea, el presidente de Cáritas, monseñor Carlos Tissera, valoró los programas de asistencia y transferencia directa que el Gobierno implementó en el último año durante la pandemia, ya que "sin los programas de transferencia de recursos se hubiera duplicado y casi triplicado la pobreza", aunque aclaró que "ningún programa social va a solucionar el problema de la pobreza estructural en la Argentina".
"Las desigualdades persisten, planes como el Jefas y Jefes, tarjeta Alimentar o el IFE fueron pensados para escenarios de emergencias. El problema es que las emergencias en la Argentina se vuelven estructurales. Se pensó que no iban a ser necesarios en el marco de una reactivación económica, pero eso no sucedió", agregó monseñor Tissera.