Con una ganancia de apenas $4.437 millones en los primeros meses de 2024, Grimoldi registra su menor beneficio desde 2021 –plena pandemia de coronavirus-, cuando sus resultados superaron los $5.757 millones. En 2022, la cifra ascendió a $17.307 millones, y en 2023 alcanzó los $21.231 millones en el mismo período.
Esto implica que la histórica marca de calzado de Argentina sufrió una caída de $16.794 millones, lo que equivale a un desplome del 400%. Este colapso se atribuyó principalmente al derrumbe del consumo interno, producto de las políticas económicas recesivas del gobierno de Javier Milei.
Preocupación por los puestos de trabajo: un plan de retiros voluntarios en marcha
La situación se vuelve aún más crítica cuando se observa el impacto laboral. Grimoldi ya empezó a aplicar un plan de retiros voluntarios en su planta de Arroyo Seco, buscando reducir su estructura de costos ante la caída en las ventas. Este ajuste laboral generó incertidumbre, y la empresa no descartó que si la situación sigue empeorando, pueda verse obligada a tomar medidas más drásticas en el futuro, lo que incluye recortes adicionales en la dotación de personal.
Desde la compañía aseguraron que la caída de las ventas y el aumento de los costos operativos están poniendo en riesgo tanto la estabilidad económica como los puestos de trabajo. "La caída en la facturación en pesos ha sido menor que la caída en volumen de ventas, gracias al crecimiento de las ventas directas al consumidor, pero la incertidumbre persiste", señalaron en el informe.
Impacto de los costos y la competencia externa
Los costos operativos de Grimoldi aumentaron considerablemente, en parte debido a la alta inflación, la dificultad para obtener divisas y las tasas de interés elevadas sobre las ventas a crédito. A esto se sumaron los gastos adicionales derivados de la ejecución de garantías otorgadas a proveedores internacionales para saldar deudas previas, lo que incrementó aún más la presión financiera.
Por otro lado, Grimoldi se vio afectada por la creciente competencia de productos importados, que representan un desafío constante. A pesar de los esfuerzos por mejorar la productividad a través de inversiones en maquinaria y procesos, la empresa reconoció que la competitividad del mercado local se ha intensificado, lo que dificultó aún más la situación.
La responsabilidad del gobierno: un panorama incierto
Grimoldi no dudó en señalar la responsabilidad del gobierno de Milei en este panorama negativo. "Las políticas económicas implementadas por el actual gobierno, que han profundizado la recesión, generaron una caída drástica del consumo interno y complicaron las proyecciones de crecimiento para el sector", indicó la empresa en su informe.
En este contexto, Grimoldi expresó que, si bien espera una mejora en el último trimestre de 2024, las expectativas para los próximos meses siguen siendo inciertas. La compañía destacó que, con las actuales políticas económicas, el futuro parece cada vez más complicado: "Es muy difícil proyectar a futuro cuando el rumbo elegido por el gobierno no ha logrado resultados tangibles y continúa sin generar confianza en los sectores productivos", aseguraron.
Un futuro incierto: medidas de cautela ante la crisis
Ante este complejo escenario, Grimoldi optó por seguir una estrategia conservadora. "La compañía deberá seguir tomando decisiones prudentes en los próximos meses para mantener la rentabilidad, negociando esquemas de pago a mediano y largo plazo con proveedores y priorizando los negocios rentables", explicaron desde la empresa. Además, aseguran que continuarán apostando a la venta directa al consumidor y al desarrollo de colecciones segmentadas que puedan responder a las necesidades cambiantes del público.
No obstante, la incertidumbre persiste y la preocupación por la situación económica del país sigue siendo el factor clave que condiciona la evolución de la empresa en el corto y mediano plazo. Grimoldi concluyó que se requiere una estabilidad política y económica para que las medidas adoptadas tengan el impacto deseado y permitan un retorno a la competitividad, a la vez que aseguren la estabilidad laboral de su planta.