En el Ejecutivo se ilusionan con que la inflación de diciembre -que el Indec informará la semana que viene- confirme un lento proceso de desaceleración con un indicador que se ubique en torno al 5%. Con esos datos buscan coordinar una mesa de discusión de precios y salarios con la CGT, en principio, para de alguna forma intentar aquietar las expectativas inflacionarias del año electoral que comienza.
Aunque no lo digan a viva voz, hay una intención de regular la pauta salarial y, de esa forma, desindexar una economía que en 2022 corrió casi al 100% obligando a una permanente actualización de las paritarias, pero dejando un gran impacto en los bolsillos de los informales y no conveniados.
Parate “vacacional”
Lo cierto es que en el corto plazo no habrá una "institucionalización" de este ámbito de debate. Muchos sindicalistas aún están de vacaciones, la ministra Kelly Olmos (Trabajo) está semana estuvo de licencia y Sergio Massa, el principal impulsor de estas discusiones, sigue abocado a otras cuestiones.
Pero en el Palacio de Hacienda afirman que Massa “una vez por semana” mantiene contactos con el sector gremial o empresario. Insisten, en este sentido, en que la implementación del programa Precios Justos viene marchando bien y que el 12 de enero el Indec confirmará “la baja” en el índice general de precios que, observan, está proyectándose en la economía.
El primer aproximamiento en la central obrera sería con el sector de “gordos” e “Independientes”. La realidad es que recién en las próximas semanas retomarán la actividad estos referentes de la entidad de calle Azopardo.
Los antecedentes de un plan para acordar precios y salarios no ayudan: en febrero de 2021 hubo una convocatoria al Museo del Bicentenario a empresarios y sindicalistas que parió una pauta salarial que la inflación de aquel año pulverizó en menos de cuatro meses. Ahora en Economía se ilusionan con el plan gestado por el líder del Frente Renovador para fijar hasta marzo los precios en torno al 4% y, de esa forma, “generar un espacio armónico que discusión”. No habrá, en el corto plazo al menos, una "institucionalización" de esa mesa política.
Hay otros actores del oficialismo, con todo, que prevén convocar a empresarios y sindicalistas para intentar ordenar la puja salarial y promover inversiones en el país que aumenten el empleo registrado.
“Acuerdo entre sectores”
Uno de ellos es el flamante jefe de asesores de Presidencia, el ex CEO de Syngenta, Antonio Aracre, que viene planteando públicamente la necesidad de volver a un diálogo fluido entre el capital y el trabajo.
“En los próximos años algunas industrias van a explotar, como las de Patagonia con hidrocarburos y en el Noroeste, con la minería. Para que esas actividades se transformen en trabajo y bienestar necesitamos una flexibilización de las leyes laborales”, expresó el funcionario, acaso haciendo referencia al convenio de Vaca Muerta celebrado durante el macrismo que impulsó la producción en la cuenca neuquina.
En declaraciones a radio Continental, Aracre remarcó que “voy a buscar un gran acuerdo entre distintos sectores para generar mejores condiciones de cara a 2023. Independientemente de quien gobierne, debe haber una reforma del Estado de la mano de una reforma tributaria”.