Pese a haber recibido muchos beneficios para mantenerse bajo bandera argentina, la empresa armadora del buque portacontenedores Piray Guazú decidió pasar el régimen legal y laboral ofrecido por Paraguay. De esta manera, se agudiza la fuga de unidades de transporte fluvial que llevan carga en aguas argentinas –incluso con empresas de capital nacional– hacia “banderas de conveniencia”, con la consiguiente pérdida de fuentes de trabajo para las tripulaciones argentinas, pérdida de divisas para la economía local y pérdida de soberanía de nuestro país sobre su logística de exportación.
Para defender la fuente de trabajo, un grupo de sindicatos del sector encabezado por el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo de la República Argentina decidieron una medida de fuerza por la que mantienen parado al buque Piray Guazú en el puerto de Corrientes. Y ayer lunes 3 de enero realizaron una conferencia de prensa en la sede central de este sindicato - Av. Montes de Oca 1731, CABA-, para exponer la situación y el reclamo, con la participación del Sindicato de Conductores navales de la República Argentina (SICONARA), el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y Asociación de Capitanes y Baqueanos.
“Las empresas pueden irse a operar bajo otra bandera y mantener así su capital y su negocio, pero los trabajadores no tenemos más opción que defender nuestra fuente de trabajo y bregar para que la Argentina tenga su flota mercante de bandera”, explicó el secretario general del Centro de Patrones, capitán Julio González Insfrán.
La solución, añadió, es la sanción de un nuevo régimen fiscal para la flota fluvial argentina, que cuide la inversión de las empresas locales y suprima las asimetrías que hoy favorecen a “banderas de conveniencia” como la del Paraguay, que cuenta con leyes impositivas y laborales mucho más laxas. “Cuando en 2017 los sindicatos del sector logramos que se sancionara el Poder Ejecutivo lo vetó; sabemos que los gobiernos nos han escuchado, pero hasta ahora nadie ha hecho nada concreto”, afirmó el dirigente.
En febrero de este año el Ministerio de Transporte de la Nación estableció la prioridad de los buques de bandera argentina por sobre los de bandera del Paraguay para el transporte de cargas generadas en puertos argentinos, lo cual favorece a los pocos portacontenedores como el Piray Guazú, que aun operan bajo el régimen legal argentino.
La medida del Estado, tomada en reciprocidad por la reserva de carga que rige en aguas del país hermano (la cual impide navegar allí a buques de bandera argentina), sólo puede ser eficaz en la medida en que se incremente la capacidad efectiva para el transporte de carta bajo bandera nacional.
Sin embargo, hoy la Argentina, “a causa de un régimen impositivo armado a la medida de las compañías multinacionales que hoy tienen a cargo prácticamente toda la logística naviera en la Hidrovía Paraná-Paraguay, de donde sale el 80% de las exportaciones de la Argentina hacia el mundo, cuenta con muy escasos buques de gran porte”, aseguran los gremios. Y los que hay se fugan hacia las “banderas de conveniencia”, por lo que “es precisa la sanción urgente de un sistema fiscal que favorezca la conformación de una flota mercante de bandera, que brinde competitividad para las exportaciones locales, divisas para la economía nacional, soberanía para el país y trabajo para los argentinos”, concluyeron.