Durante el fin de semana creció la primera tensión directa entre el jefe de Gobierno macrista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Jorge Macri, y el líder Camionero Pablo Moyano debido a la situación de unos 300 choferes recolectores de residuos nucleados en el Convenio Colectivo de Trabajo del gremio camionero. El gremio se encuentra en “estado de alerta, movilización y trabajo a reglamento”.
A partir del pasado domingo, los trabajadores de la recolección de residuos de Camioneros de la Ciudad de Buenos Aires comenzaron a desarrollar su labor a reglamento, debido al reclamo por el mal estado de los camiones de la recolección y el intento del gobierno porteño de querer estatizar los 300 choferes de grúas.
A través de un comunicado de prensa, el gremio liderado por Moyano señaló: “El Sindicato de Camioneros se encuentra en estado de alerta, movilización y trabajo a reglamento en la Rama de Recolección y Barrido, se analizan también otras medidas en defensa de la dignidad y los derechos de las y los trabajadores”.
En tanto, la gestión de Jorge Macri busca estatizar a los 300 choferes de grúas actualmente encuadrados en Camioneros, y así se generó el primer encontronazo con el también triunviro de la CGT y podría elevarse el primer conflicto sindical de los Moyano con el jefe porteño.
Ante el primer intento del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de modificar a los trabajadores nucleados en Camioneros, Pablo Moyano salió a responder rápidamente con la decisión de trabajo a reglamento en toda el área de recolección porteño, marcando la primera escaramuza con la gestión de Jorge Macri. A poco más de seis meses de asumir, podría generarse un grave conflicto si se avanza en municipalizar a esos 300 trabajadores.
Jorge Macri y su política “anti sindical” del PRO en CABA
Hace un mes atrás, los trabajadores del subte decidieron realizar paros escalonados en varias líneas, en rechazo al intento de desafuero de una veintena de delegados, incluyendo al referente Claudio Dellecarbonara, que además fue denunciado por desacato en el marco de una causa judicial iniciada por realizar protestas contra la presencia de asbesto en trenes y estaciones. No es la primera vez que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires intenta desaforar a dirigentes gremiales, paso previo a su despido. Esta es una estrategia del PRO desde que asumió por primera vez en 2007, y que el actual Jefe Jorge Macri parece estar dispuesto a profundizar.
En apenas seis meses de gestión no solo avanzó contra los metrodelegados, sino además con un dirigente médico integrante de la conducción nacional de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA), a quien intenta quitarle la protección gremial. Estos dos casos se suman a varias denuncias que existen entre docentes y empleados estatales, y se completa con la reforma del código penal que instala la llamada “reiterancia delictiva”, una herramienta para que jueces puedan mantener detenidos a personas con varias causas abiertas, y que los gremios alertan se utilizará para “criminalizar la protesta” social y sindical.
El nuevo pedido de desafuero del jefe de Gobierno porteño recayó sobre Guillermo Muñiz, médico psiquiatra del Hospital Álvarez, quien además es un dirigente sindical histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Muñiz es referente de la agrupación Recuperación Gremial de la Asociación de Médicos Municipales y miembro del Comité Ejecutivo Nacional de la FESPROSA, y según la entidad “ha recibido una comunicación de la Procuración de la Ciudad en la cual se solicita su desafuero para ser sancionado por defender a sus compañeros de hospital y a todos los trabajadores durante la pandemia”.
En ese momento, el dirigente realizó “varias denuncias por las malas condiciones de trabajo y la falta de insumos y de protección personal para afrontar la situación. Frente a ello, el Ministerio de Salud de la Ciudad le instruyó un sumario que culminó con una sanción que, para hacerse efectiva, deben darle de bajas los fueros con los que cuenta por ser delegado gremial”.