La industria argentina está experimentando una crisis sin precedentes, con despidos y suspensiones masivos en sectores clave como la construcción, textil y metalúrgica. Según datos alarmantes, la construcción cerró el primer semestre con una caída del 32,7% en comparación con el mismo periodo del 2023, mientras que la industria textil registra un 80% de empresas afectadas con más de 5.000 despidos y la suspensión de otros 10.000 trabajadores.
La crisis también golpea la industria metalúrgica, con suspensiones en compañías como Acindar y Acerbrag, y despidos en Talleres Belgrano y FATE. El Sindicato Único de Trabajadores del Neumático (SUTNA) está en alerta por la suspensión ilegal de unos 450 trabajadores en Bridgestone, que podría terminar en despidos.
La paralización de la obra pública por decisión del Gobierno de Javier Milei sigue impactando en la provincia de Buenos Aires, donde se mantienen paralizadas más de 1000 obras. La construcción es el sector que más puestos de trabajo resignó, con 75.200 despidos, seguido por la industria, que destruyó 26.000 puestos de trabajo en seis meses.
El informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) revela que los despidos en el sector privado llegan a 170.000 en la era Milei. La crisis industrial no discrimina ninguna región, con despidos y suspensiones en todo el país.
La situación es alarmante y requiere una respuesta urgente para evitar un colapso total de la industria argentina. Los expertos advierten que la crisis puede profundizarse si no se toman medidas concretas para apoyar a las empresas y proteger los puestos de trabajo.
La crisis industrial también tiene un impacto en la economía en general, con una disminución en la producción y una pérdida de competitividad en el mercado internacional. Es fundamental que el gobierno y los sectores involucrados trabajen juntos para encontrar soluciones y evitar un daño irreparable a la industria argentina.
Crisis de las PyMes
Vale mencionar que las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMes) están cerrando sus puertas debido a la caída de las ventas, la suba de los costos por el ajuste de las tarifas y la competencia con los productos importados. Según datos de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), ya han cerrado unas 10.000 pymes en el primer semestre del año.
La situación es alarmante, ya que un 65,35% de los empresarios considera que la situación económica empeorará en lo que resta del año. El titular de Industriales PyMes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, pronosticó la desaparición de 12.000 pequeñas empresas para fin de año y la pérdida de 180.000 puestos de trabajo.
La producción en la industria textil ha caído un 20% en junio y lleva trece meses consecutivos en retroceso, lo que se traduce en despidos masivos y cierres de empresas. En Luján, ciudad históricamente vinculada a la industria textil y manufacturera, se han perdido 500 puestos laborales en el año, según datos de la delegación del Ministerio de Trabajo bonaerense.
La crisis también se ve reflejada en la industria del calzado, una de las más golpeadas por la caída del mercado interno. El sector trabaja a menos del 40% de su capacidad, vende un 30% menos que en diciembre y se acostumbró al cierre de empresas y a los despidos de personal, que hasta julio llegaban a 1500.
La situación es crítica y requiere una respuesta urgente para evitar un colapso total de las pymes argentinas. Es fundamental que el gobierno y los sectores involucrados trabajen juntos para encontrar soluciones y apoyar a las empresas en dificultades.