En un contexto de estampida inflacionaria, cada vez son más los dirigentes de gremios que firman revisiones paritarias por encima del 100%. Sin embargo, tal no fue el caso de Héctor Daer para el sector asistencia de Sanidad. El cosecretario de la CGT acordó adicionar un 37%, lo que lleva al acuerdo (marzo 2022-marzo 2023) a alcanzar un 96%. El dato despertó el inmediato fastidio de las bases que son conscientes que cuando se termine de pagar, la inflación interanual (según la mayoría de las proyecciones) estaría rondando el 106%, con la consiguiente pérdida de 10 puntos de salario.
El problema se torna más complicado porque en vez de cerrar el entendimiento en -por ejemplo- dos tramos (algo que hubiera servido al menos para morigerar la caída), Daer lo hizo con sus clásicas “mini cuotas” (cinco en total), con lo cual todos los meses el salario seguirá quedando debajo de la inflación. Esta realidad hizo poner el grito en el cielo a la opositora Agrupación 22 de Agosto en ATSA Buenos Aires, un espacio que crece rápido al calor de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.
“En 2022 se va a terminar percibiendo un 80% en seis cuotas y en el primer trimestre del 2023 el otro 16% restante en dos tramos más. Si vamos a la inflación 2022, hoy la acumulada es del 67,2% y los tres meses que faltan arrojan una proyección de casi 20% más, por lo que nuevamente los sueldos estarían varios puntos por debajo de la suba de precios”, explica José Taboada, apoderado y referente de la 22 de Agosto.
“Hay que ver cómo se actualiza el salario en la revisión de febrero 2023 y cuánto suman a ese 16% restante. ¿Se sumarán el 16% y el 15% proyectado en una sola cuota? Es decir, tendrán las y los asistenciales un aumento en febrero 2023 del 31% para equiparar números inflacionarios?”, se pregunta el dirigente
Además puntualiza que todo esto, para peor, se da en un contexto de un “fin de año sin bono” y que desde la conducción del gremio intentan disfrazar los números “igualándolos falsamente con meses de demora”.
Mucho para las prepagas, poco para los trabajadores
Taboada encima recuerda que las prepagas tuvieron subas del 113,8% este año. Y contrapone el dato con la realidad cada vez más angustiante de los trabajadores del sector: “Sin embargo, los salarios los pagaron desdoblados, los aguinaldos con dos meses de demora, los empleados tercerizados están cada vez más precarizados, ahora contratan monotributistas…”, grafica.
Y se pregunta: “¿Hay algo para celebrar en este contexto? No. Para nada. Este aumento no es suficiente. Es algo, pero no lo que merecemos como ‘heroínas y héroes de la pandemia”, cruzó.
Para finalizar, dejó un mensaje de cara a lo que viene: “Un sindicato con verdadera impronta de defensa del salario y de las condiciones de vida de quiénes lo habitan, mejoraría ampliamente las discusiones paritarias a favor de sus representadas y representados”.
Ante la falta de soluciones de la conducción del gremio, comisiones internas negocian por su cuenta
En este panorama, los integrantes de la Agrupación 22 de Agosto que conducen diferentes comisiones internas empezaron a negociar ítems salariales directamente con las empresas.
Tal es el caso del propio Taboada que trabaja en Laboratorios Bernabó y bajo su conducción gremial acordó con la firma la suba del premio por presentismo (mensual y trimestral) en un 75%, lo cual lleva al monto actual de 4.600 a 8.050 pesos el mensual y el trimestral de 6.900 a 12.075 pesos. Eso sumado a la actualización de marzo de este año llevó el aumento en ese ítem por encima del 100% anual.
Por otra parte, se acordaron 15 categorías. También se lograron más de 20 efectivizaciones trabajadores “eventuales” o por agencia en lo que va del año teniendo en cuenta que con el inicio de la pandemia se permitió por decreto este modo de contratación. En Bernabó había 40 trabajadores bajo esa modalidad precarizante y ahora solo quedan cinco por regularizar.