La emblemática fábrica de margarina Dánica cerrará sus puertas de su plante ubicada en la localidad de Llavallol, en el sur del conurbano bonaerense, a finales de 2024, poniendo fin a una larga historia que comenzó en 1939. La decisión del Grupo Beltrán, propietario de la planta, se debe a la “falta de mercado para sus productos”. Sin embargo, los trabajadores denuncian un proceso de “vaciamiento” que afectó gravemente a la planta, acusando al grupo económico de no invertir en insumos ni mantenimiento adecuado.
"Ya no hay chance de seguir, no hay enero", declara Eduardo Barraza, dirigente sindical del Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Aceite (SOEIA), quien describe cómo más de 150 trabajadores se quedaron sin empleo tras la decisión de cierre. Según Barraza, la planta fue vaciada paulatinamente, con un notorio deterioro en las condiciones laborales y una creciente falta de insumos. La denuncia fue presentada ante el Ministerio de Trabajo en noviembre, y la empresa notificó el cierre definitivo para diciembre de 2024.
A pesar de las audiencias y negociaciones en curso, los empleados enfrentan un panorama sombrío: el grupo económico ha solicitado pagar las indemnizaciones en doce cuotas, lo que agrava aún más la situación de los trabajadores. Los sindicalistas sostienen que las políticas del gobierno de Javier Milei, con una fuerte mirada hacia la liberalización y los recortes en el consumo, han empeorado la situación de fábricas como Dánica, que vivieron años de dificultades antes del cierre final.
Larga crisis
A lo largo de los últimos años, los problemas con los pagos y la falta de inversión fueron constantes, especialmente desde que el Grupo Beltrán adquirió la planta en 2018. A partir de ahí, los trabajadores denunciaron despidos, demoras salariales y una creciente precarización en la planta. En la pandemia de 2020, la planta cerró temporalmente, pero con ayuda gubernamental se reabrió, aunque nunca logró recuperar su estabilidad.
La caída en las ventas y el aumento de costos llevaron finalmente al cierre de la planta. "Nos dejaron afuera en plena pandemia", recuerda Barraza, quien denuncia que la firma priorizó sus intereses exportadores mientras desmantelaba la producción local. Con la mudanza de la producción a Córdoba y el enfriamiento del mercado interno, la fábrica de margarina cerró sus puertas definitivamente, dejando a 150 empleados sin trabajo y la planta a la venta.
Futuro oscuro
El cierre de Dánica no solo afecta a los trabajadores, sino que marca un nuevo capítulo en la crisis del consumo y el deterioro de la industria local. Los trabajadores esperan, al menos, que se cumpla con el pago total de sus indemnizaciones, mientras miran con incertidumbre el futuro. "No sabemos qué hacer, no hay trabajo en ningún lado", concluye Barraza, reflejando la difícil realidad de quienes dependen de fábricas como Dánica para su sustento.
Para colmo, Beltrán pretende pagar las indemnizaciones al 50 por ciento y en cuotas, aplicando el artículo 247 que establece esa posibilidad cuando un trabajador es despedido por fuerza mayor o por falta o disminución de trabajo no imputable al empleador. “Ahora nos queda es pelear por las indemnizaciones al 100 por ciento”, dijo el representante del SOEIA y reprochó: “Encima tenemos que soportar que pretendan pagar al 50 por ciento y en cuotas. Es una cargada, poco más y nos piden que le limpiemos la casa”.