“Paco” Manrique expuso las diferencias cada vez más profundas dentro de la CGT y cruzó a la “mesa chica”: “No están a la altura de las circunstancias”

“Es muy triste el papel que está haciendo la CGT. Si seguimos así, los laburantes le van a pisar la espalda al movimiento obrero”, señaló el dirigente de SMATA en declaraciones radiales.

En tiempos de incertidumbre, el movimiento obrero enfrenta desafíos significativos que ponen en jaque su propia estructura y capacidad de respuesta. Mario "Paco" Manrique, Secretario Adjunto del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), advierte sobre un "fracaso histórico" que atraviesa a la organización de los trabajadores: “yo no puedo pretender tener una negociación seria con un gobierno que eliminó los grises, que es todo blanco o negro.

Según Manrique, la situación actual demanda una reconfiguración de la conducción sindical a fin de responder adecuadamente a las necesidades de los trabajadores en un contexto social y económico más que adverso. “Intentar negociar con este gobierno es inútil. Un gobierno que busca destruir todo lo que representa lo popular y lo nacional. Creo que los compañeros de la CGT están haciendo un análisis equivocado de la situación, no están a la altura de las circunstancias, y es muy triste el papel que están haciendo. Si seguimos así, los laburantes le van a pisar la espalda al movimiento obrero”.

Cabe recordar que Manrique había renunciado a principios de octubre a la Secretaría Gremial de la CGT -uno de los cargos más importantes en la central obrera- por la total incompatibilidad entre sus posturas y las decisiones "dialogistas" que iban tomando desde la "mesa chica" de la confederación.

El dirigente sindical plantea la necesidad de una nueva conducción en el movimiento obrero, ante una realidad adversa que podría llevar a consecuencias graves si no se detiene el accionar del actual gobierno. La falta de dirección y la ineficacia de algunos líderes sindicales han llevado a un aislamiento de las bases obreras frente a las decisiones políticas que afectan sus derechos. La crítica  no se limita solo a la inacción, sino que también implica una llamada urgente a reorientar las estrategias y objetivos del movimiento hacia la defensa de los derechos de los trabajadores.

Si no modificamos el plan de lucha, estamos haciendo el papel de idiotas útiles”, retoma, y enfatiza que el avance de en las políticas actuales del gobierno de Javier Milei empezó a erosionar los logros conseguidos a lo largo de décadas. La falta de un enfoque claro podría permitir que el Gobierno "haga lo que quiera", dejando una "tierra arrasada" en su paso, un comentario que subraya la urgencia de una respuesta eficaz ante la administración actual.

Más allá de la crítica, Paco Manrique propone la necesidad de construir una nueva agenda que contemple las realidades cambiantes del mundo laboral. Esto implica no solo una reevaluación de la estrategia y la negociación colectiva, sino también un reconocimiento de las nuevas formas de trabajo que han surgido, particularmente aquellas vinculadas a la economía digital y otros sectores emergentes. “Si no modificamos el plan de lucha, estamos haciendo el papel de idiotas útiles”, advirtió.

“El gobierno con los estatales está haciendo una carnicería, por ejemplo. ¿Y que está haciendo la CGT?, denuncia y expresa que la pasividad ante las políticas del Gobierno solo llevará a mayores consecuencias negativas para la clase trabajadora; la llamada a la movilización y la acción colectiva se presenta como un imperativo para evitar que la situación empeore".

“El momento exige una reflexión profunda sobre el propósito del movimiento obrero y su capacidad para adaptarse a la nueva realidad”, finaliza, y manifiesta imperiosamente que la necesidad de un cambio en la conducción no es solo un llamado a mejorar el liderazgo, sino también una exigencia para un compromiso renovado con la defensa de los derechos laborales y una reivindicación activa frente a los desafíos que se avecinan. Sin acción y renovación, el movimiento obrero se arriesga a permanecer en un ciclo de fracaso que podría marcar un hito negativo en su historia.

Su relación con Pablo Moyano

"Pablo tiene una forma de pensar que yo comparto, pero somos individuales. Pablo, yo, y algún otro compañero que te habla. Si el resto del movimiento espera que todo lo haga Pablo y otra persona, estamos mal. El movimiento obrero quiere enfrentar esto primero tiene que pelear para adentro para cambiar esta conducción que lo único que nos está llevando a fracasar históricamente no le pidamos a Pablo, no me pidan a mi, no le pidan a otra persona que cambiemos la realidad. El cambio es hacia adentro”, aseguró.

"Si a este muchacho que tenemos de presidente no le ponemos un freno desde algún lugar va a hacer lo que quiera, y va a dejar tierra arrasada acá. Yo hablo, hablo y hablo pero no escucho a nadie más. Después me llaman, muy bien Paco, muy bien, ¿y vos que sos, mudo?”,expresa para finalizar y concluye: “El mal triunfa sólo cuándo el bien no hace nada. Y el bien ahora no está haciendo nada”. 

Pablo tiene una forma de pensar que yo comparto, pero somos individuales. Pablo, yo, y algún otro compañero que te habla. Si el resto del movimiento espera que todo lo haga Pablo y otra persona, estamos mal. El movimiento obrero quiere enfrentar esto primero tiene que pelear para adentro para cambiar esta conducción que lo único que nos está llevando a fracasar históricamente no le pidamos a Pablo, no me pidan a mi, no le pidan a otra persona que cambiemos la realidad. “El cambio es hacia adentro”.