En el Gobierno atribuyeron el paro de La Fraternidad a un conflicto político que enfrenta a su secretario general, Omar Maturano, con Pablo Moyano y que se blanqueó este año con la conformación de la UGATT (Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte) para confrontar con la tradicional CATT (Confederación de Asociaciones de Trabajadores del Transporte) referenciada en el dirigente camionero.
La negociación para levantar el paro fue dura: en las últimas horas hubo duros cruces entre Maturano y la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, luego que el dirigente ferroviario decidiera no acatar la conciliación obligatoria. Maturano, de hecho, plantó a la funcionaria cuando esta lo había citado para este martes por la mañana a una reunión en la sede laboral de la avenida Alem al 600.
Horas de tensión
Fue en esos momentos cuando la ministra, en declaraciones radiales, salió a presionar al jefe gremial: definió al paro de maquinistas como el resultado de "un conflicto estrictamente político" y por eso "volvió a invitar a Maturano a una mesa invitar al ministro de Transporte para debatir los temas que considera y le pido que acate la conciliación obligatoria porque el paro genera inconvenientes a los trabajadores que necesitan del tren para volver a sus hogares o ir su trabajo".
La tensión iba en aumento y desde la cartera laboral amenazan con aplicar una sanción al gremio por incumplir la conciliación obligatoria. Hay un sólo antecedente de este tipo en la historia reciente: cuando el macrismo labró dos multas a Camioneros por incumplir la medida en sendos conflictos sectoriales.
Pasadas las 13.45 finalmente Maturano y el ministro Alexis Guerrera arribaron a la sede laboral y se decidió levantar la medida de fuerza por lo que los trenes volverían a funcionar por la tarde. Se conformó una mesa de trabajo. "Ya logró los flashes de los medios y le sirve para la disputa que tiene con Moyano; es un tema de egos también", explicó una fuente oficial consultada.
Reclamos y posicionamientos
En los hechos, la UGATT reclama el urgente pago de un bono de $50 mil para todos los jubilados. Fue una forma de hacer llegar una demanda lógica en medio del ajuste y la alta inflación que sufre un sector vulnerable de la población.
En lo que va del mandato de Alberto Fernández, la CGT no convocó a ninguna medida de fuerza: sólo en agosto pasado se vio obligada por la disparada inflacionaria a realizar una movilización al Congreso y no a plaza de Mayo para evitar una eventual desestabilización al Ejecutivo.
En cambio, el gremio de La Fraternidad llevó a cabo dos paros de actividades durante esta administración. El dirigente ferroviario siempre se mostró esquivo al actual esquema de poder del Frente de Todos pero integra el consejo directivo de la central de calle Azopardo. De hecho, participó del acto por el 17 de Octubre en Obras Sanitarias, donde la institución lanzó su "brazo político" con miras a las elecciones, sentado en la platea bien cerca del escenario.