Por sus negociaciones con los gremios echaron al número dos de la secretaría de Trabajo

Horacio Pitrau fue desplazado por la ministra de Capital Humano por sus conversaciones fallidas con dirigentes de la CGT. Las promesas realizadas a Armando Cavalieri, la gota que rebalsó el vaso.

08 de enero de 2024

El flamante subsecretario de Trabajo, Horacio Pitrau, dejó su cargo, al arecer por sus conversaciones con algunos dirigentes sindicales. El número dos de la cartera laboral habría quedado "muy debilitado" por una negociación que mantuvo con el Sindicato de Comercio, liderado por Armando Cavalieri, según las versiones periodísticas.

A partir de ahora, el Gobierno de Javier Milei buscará calmas las aguas con la CGT, con quienes se encuentra enfrentado debido a las medidas cautelares presentadas contra el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Vale recordar que la organización tiene planeado un paro con movilización para el 24 de enero.

Aunque había diferencias desde un principio, estas se intensificaron cuando la Secretaría de Trabajo, bajo Omar Yasín, logró un acercamiento con Cavalieri, en medio de tensiones por la reforma laboral en el DNU. Además, la foto del encuentro causó un fuerte impacto.

Promesa

En el encuentro, que también llamó la atención del sindicalismo, según el portal Infobae, Cavalieri obtuvo la promesa de un dictamen de interpretación para continuar cobrando cuotas solidarias, una medida que implementa la UOCRA, pero con alcance limitado. Esto tendría el objetivo de debilitar a la CGT, que, para ese momento, ya se mostraba en contra de la nueva administración.

Ante esto, Federico Sturzenegger, que supo formar parte del Gobierno de Mauricio Macri y ahora reapareció como consultor, le manifestó a Pettovello su rechazo a esta medida y, posteriormente, habría llamado a Yasín para exigir la renuncia de algún responsable del "error".

Foto

La foto del encuentro de Pettovello y Cavalieri justo cuando la CGT debatía un plan de lucha contra la reforma laboral causó un profundo impacto en las filas sindicales y pareció una maniobra acertada de las autoridades de Trabajo, que le prometieron al jefe de Comercio que, a pedido de él, podía emitirse un dictamen de interpretación para que el gremio siguiera cobrando las cuotas solidarias.

En la Secretaría de Trabajo imaginaron esa jugada como una forma de meter una cuña en el mundo sindical porque cada dirigente se vería obligado a gestionar una audiencia para pedir el mismo dictamen que había obtenido Cavalieri, ya que esa decisión oficial no tendría alcances generales. En el fondo, era una forma de intentar debilitar a una CGT que empezaba a pintarse la cara contra el Gobierno, sacándole respaldos como, en este caso, el del sindicato más numeroso de la Argentina.