El último viernes de noviembre, el Subsecretario de Recursos Acuáticos y Pesca, Juan Antonio López Cazorla, despidió al Director Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera, Alejandro Bonicatto. El funcionario había sido designado en agosto, después de varios meses de vacancia en el cargo. “Una vez más, somos testigos del improvisado accionar del Gobierno Nacional en materia pesquera", señaló el secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y de Cabotaje Marítimo, y continuó: "Resulta como mínimo preocupante que, nuevamente, nos encontremos ante una situación de vaciamiento y acefalía en el sector”.
La máxima autoridad administrativa en el ámbito pesquero está representada por el Subsecretario de Recursos Acuáticos y Pesca y, subsiguientemente a él, se encuentra el Director Nacional de Coordinación Pesquera. Desde el sector argumentan que por la relevancia de la industria y por la "enorme cantidad de familias" que dependen de su desarrollo en términos de sostenibilidad de los recursos, es una situación de mucha preocupación.
La Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera es una entidad estatal en varios países encargada de supervisar y regular la actividad pesquera, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de los recursos marinos y el cumplimiento de las normativas vigentes. Desde que asumió la nueva gestión de gobierno, este sector se ve gravemente afectado. Tal es el caso que desde el 10 de diciembre de 2023, el cargo de Director de Control y Fiscalización permanece vacante.
“El Gobierno desreguló, en el mes de agosto, la normativa pesquera que protegía el estado de nuestros recursos y que había generado estructuras de trabajo eficaces que nos habían posicionado como país por encima de los más altos estándares internacionales en la materia", retomó Moreno. Además señaló que la nueva administración deicidió avanzar sobre el desmantelamiento de los mecanismos de Control y Fiscalización pesquera, dejando vacante el cargo de Director, despidiendo a inspectores e inspectoras y dejando los muelles desiertos de la presencia de inspectores, "atentando contra la salubridad de nuestro caladero y poniendo en jaque la certificación de nuestras pesquerías”.
Funciones principales
Dentro de las tareas principales a cargo del organismo en cuestión se encuentran la supervisión y control, verificando que las actividades pesqueras cumplan con las leyes nacionales e internacionales, además de la operatividad de las embarcaciones pesqueras. Fiscalización de recursos, garantizando que los límites de captura establecidos sean respetados, previniendo la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Coordinación interinstitucional: el trabajo en conjunto con otras entidades gubernamentales, fuerzas de seguridad y organizaciones internacionales reforzando el control pesquero; monitoreo de actividades, implementado sistemas de seguimiento satelital de embarcaciones, entre otras tareas esenciales.
En el caso de Argentina, la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera tiene competencias específicas como la implementación del sistema de control y monitoreo de la pesca en toda la Zona Económica Exclusiva (ZEE), la coordinación con la Prefectura Naval Argentina y otras fuerzas para el combate de la pesca ilegal, y la fiscalización del cumplimiento de cuotas pesqueras otorgadas a empresas y cooperativas.
“El control de la pesca es fundamental para evitar la pesca ilegal y la sobreexplotación de los recursos”, retomaron desde el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y de Cabotaje Marítimo y agregaron: “Sin estos controles, no solo se pone en riesgo el presente, sino que se afectan las generaciones futuras. La falta de un organismo competente y operativo en el sector es una amenaza real para la industria pesquera y para las miles de familias que dependen de ella”, destacó el referente gremial.
Por último, concluyeron: “Exigimos que se ponga en funcionamiento el andamiaje administrativo pesquero en su totalidad. Este estado de acefalía y anomia está perjudicando gravemente a todos los actores que forman parte del sector pesquero argentino. La actividad pesquera se desarrolla en base a la explotación de recursos naturales finitos, y debe ser controlada de manera estricta. De lo contrario, los daños pueden ser irreparables a largo plazo”.
Un sector sensible
No se trata de la primera avanzada de la gestión de turno sobre dicho sector. Semanas atrás desde el gremio expresaron gran preocupación y malestar por el posible cierre de los institutos de formación y escuelas del rubro. A través de argumentos como "déficit" fiscal y ajustes presupuestarios, los responsables ejecutivos actuales buscan achicar los gastos llegando inclusive a la situación de cerrar escuelas de enseñanza y aprendizaje de futuros marinos mercantes.
En primera instancia, el objetivo fue la Escuela Nacional de Pesca, Comandante Luis Piedra Buena; luego, la Escuela Nacional Fluvial. A pesar de eso, si bien todavía no se llegó a una resolución definitiva en ambas instituciones, se trata, una vez más, de representaciones de un modus operandi por parte de un gobierno que busca achicar y "abaratar" los costos sin importarle nada a su paso, inclusive si de vulnerar y romper la estructura y el tejido social se trate.