El conflicto entre la concesionaria Terminal Puerto Rosario (TPR) y sus trabajadores -nucleados en el Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA)- tuvo dos semanas super álgidas ya que la empresa había cedido sólo en no extender la jornada laboral como lo planteó en un principio, pero no aceptaba la reincorporación de los últimos trabajadores despedidos.
Sin embargo, este miércoles 28 de diciembre se reunieron en la sede del Ministerio de Trabajo de la Nación a cargo de Raquel "Kelly "Olmos, y allí se decidió dictaminar la conciliación obligatoria. Los despidos deben retrotraerse.
La empresa TPR está integrada por Vicentin y la chilena Ultramar SA. Desde abril de este año la patronal empezó a suspender a unos 500 trabajadores, exigió extender la jornada laboral y dejó de pagar el sueldo. Ante dichas medidas, el SUPA reaccionó con medidas de fuerza hasta llegó a hacer días de huelga, y todo se intensificó aún más cuando les descontaron del salario los días de paro.
Pasaron los meses de tires y aflojes hasta que a principio de diciembre despidió a 600 trabajadores portuarios y mantenía firme la exigencia de aumentar la jornada laboral que actualmente es de seis horas, a ocho horas.
Luego de los despidos masivos, los trabajadores nucleados en el SUPA irrumpieron las sedes del Concejo Deliberante y la Municipalidad de Rosario para exigir la reincorporación de los despedidos de la terminal fluvial de esa ciudad santafesina. El avance de miembros del gremio sobre los edificios gubernamentales se produjo en el marco de la manifestación prevista para protestar por el conflicto gremial. También se manifestaron en los accesos del puerto.
“Extorsión empresaria” sin logros
En tanto, la empresa mantuvo su posición beligerante hasta la semana pasada que se reunieron por primera vez en la cartera laboral en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Para el secretario general del SUPA, César Aybar, esa posición de la concesionaria se trata de una suerte de “extorsión empresaria” hacia el Enapro, el ente de control en el que está presente el Estado, que le había venido marcando incumplimientos contractuales en el muelle, en lo referente a la falta de inversión y mantenimiento. “Lo que hicieron fue provocar a los trabajadores y tirarle el problema en la calle a la Provincia y a la Nación”, manifestó Aybar.
En esa primera reunión, la empresa acercó una propuesta de mejora salarial cercana a la pretensión de los representantes gremiales y a su vez, definió retroceder con la mayoría de los despidos. Sin embargo, había cinco operarios que pretendían despedir a cualquier precio. La discusión se frenó en ese punto ya que el sindicato exigía la reincorporación inmediata de todos los trabajadores. Ese desencuentro llevó a mantener una nueva audiencia durante esta semana en el ministerio de Trabajo.
En los días previos, la concesionaria TPR desistió de avanzar sobre los acuerdos preexistentes del régimen laboral: en concreto, la empresa retiró de la negociación su pretensión de extender la jornada laboral de 6 a 8 horas.
Por último, en la última audiencia las autoridades del ministerio de Trabajo dictaron la conciliación obligatoria por lo que este jueves 29 todos los operarios retomaron sus tareas normales en la Terminal Puerto Rosario.