La represión del miércoles pasado generó un repudio generalizado, y unificó el malestar de buena parte de la oposición al gobierno de Javier Milei en la marcha que se realizará esta semana. Con la adhesión de gran parte del arco gremial, se espera que en las inmediaciones de Congreso haya una verdadera multitud, similar a los grandes hitos de este tiempo. El impacto de la jornada, que dejó imágenes muy violentas y la sensación de caos en el ambiente, que podría repetirse si hay nuevamente incidentes. Los datos de la represión confirman esta idea: según el Monitor de Respuestas Represivas, ese día hubo 114 detenidos, entre los que se encuentran dos menores de 12 y 14 años, “quienes permanecieron al menos dos horas esposados con precintos”. Además, el espacio –conformado por la CTA Autónoma y su Instituto de Estudios y Formación (IEF) –contabilizó más de 300 detenidos, aunque otros recuentos sostienen que la cantidad de personas lastimadas durante la represión son más del doble.
Esto es uno de los eventos con más heridos desde que comenzó el gobierno de La Libertad Avanza. Ante esta realidad, hay preparativos de las organizaciones para evitar una nueva situación dramática, mientras el operativo de seguridad se promete otra vez masivo.
El Monitos de Respuestas Represivas presentó su informe con los datos de la violenta represión del viernes pasado, tal vez la más grande desde que asumió Milei la presidencia. uno de los números más representativos son la cantidad de heridos. Según un informe preliminar de la Posta de Salud y Cuidados, desatacó el trabajo al que tuvo acceso Data Gremial, “durante la jornada se registraron 317 personas atendidas por diversas lesiones entre los manifestantes, incluyendo traumatismos de cráneo (con y sin pérdida de conocimiento), traumatismos de tórax, síncopes, lipotimias, heridas abiertas en el rostro, hemorragias, esguinces, luxaciones y dificultad respiratoria aguda”.
En la jornada “se registró el uso constante de gas pimienta, incluyendo gas pimienta ‘amarillo’, dirigido directamente a los ojos de los manifestantes”. También se documentaron “heridas por balas de goma en el torso, rostro y piernas, así como el lanzamiento de gases lacrimógenos en forma de proyectiles contra el cuerpo de manifestantes y periodistas”.
Pero los heridos podrían ser el doble, según otros registros. En este sentido, la Comisión por la Memoria “reportó 672 personas heridas con postas de goma, traumatismos de cráneo con y sin pérdida de conocimiento, traumatismos de tórax, síncopes, lipotimias, heridas abiertas en rostros, hemorragias, esguinces, luxaciones, quemaduras en cara y distintas partes del cuerpo, pérdida temporal de la visión y dificultades respiratorias agudas”. Entre ellos se encuentran también “periodistas y defensores de derechos humanos, personas de la tercera edad, jubilados, mujeres y jóvenes”. En cuanto a los 114 detenidos, fueron registrados entre las personas detenidas y registradas en el sistema, quienes fueron liberadas el mismo día. Sin embargo, otras decenas de personas “fueron arrestadas y retenidas en la vía pública, camiones y patrullas, entre otros lugares”.
Detenciones irregulares
En la madrugada, recordó la entidad, la jueza Karina Andrade ordenó la liberación de 114 detenidos. “La decisión fue con estricto apego a las reglas procesales vigentes, que impedían mantener a las personas privadas de su libertad”, destacó el Monitor de Respuestas Represivas. La resolución refiere “la imprecisión en la información suministrada para el control judicial, por falta de referencia de modo, hora y lugar de las detenciones, resaltando además que no se había informado portación de armas de fuego, lesiones o incendio a bienes públicos, respecto de ninguno de los detenidos, situación que imponía ordenar su liberación”. Asimismo, la resolución, “advierte irregularidades en el procedimiento desplegado por las fuerzas de seguridad”.
Como se sabe, la represión frente al Congreso dejó heridos graves, otra novedad respecto de las manifestaciones anteriores. El Monitor de Respuestas Represivas explicó los dos casos más notables: una jubilada de 87 años que fue empujada al suelo por un oficial de la Policía Federal y debió ser trasladada al Hospital Argerich, y un fotógrafo que se encuentra internado en el Hospital Ramos Mejía en estado crítico, tras recibir un proyectil de gas lacrimógeno en el cráneo por parte de las fuerzas de seguridad.
Tensiones
Con los antecedentes de la última represión, la previa de la próxima marcha está cruzado por la tensión, ya que el gobierno lejos de pacificar el clima adelantó que mantendrá el amplio operativo policial, según las palabras de la propia ministra Patricia Bullrich. Por eso la organización de movilización está trabajando en silencio para evitar que los manifestantes queden expuestos a las fuerzas de seguridad. Así selo confirmaron a Data Gremial fuentes cercanas a los sindicatos que estuvieron este martes en la conferencia de prensa realizada en la Federación Judicial Argentina (FJA), en el centro porteño, encabezada por la Mesa Coordinadora Nacional de Pensionados y Jubilados. En la misma, exigieron “la renuncia de Patricia Bullrich”, y cargaron contra la CGT por no llamar a un paro general. “No hay novedades”, fue la respuesta ante la consulta realizada respecto de la convocatoria –o no –que hará la central obrera a esta nueva marcha.
En tanto, en el gobierno analizan la forma de realizar el operativo, y evitar el caos de la semana pasada. Según las versiones que circulan, el presidente y la ministra Bullrich, analizaron la situación durante su viaje a ExpoAgro, en San Nicolás, luego de la represión. Ambos coincidieron en que la administración “no dará un paso atrás” en su política de orden público y que la manifestación no debe derivar en un bloqueo de calles. Un funcionario del Ejecutivo afirmó que “no es sostenible esa violencia todos los miércoles, pero menos sostenible es que se apoderen de las calles”. Por eso, se mantiene su postura frente a las protestas y planea un nuevo despliegue de seguridad para la manifestación. Según fuentes oficiales, la estrategia incluirá medidas para evitar desbordes como los ocurridos la semana pasada, cuando la protesta dejó 16 personas hospitalizadas y un fotógrafo gravemente herido.