La justicia laboral de Rosario falló a favor del trabajador de General Motors, quien demandó a la ART Omint S.A por la incapacidad sufrida debido al esfuerzo físico que representaban sus tareas. La Aseguradora de Riesgo de Trabajo deberá pagarle una suma de 7 millones de pesos al operario como compensación de su incapacidad laboral.
El operario ingresó a la empresa en 2005 como empleado polivalente completo y cumplía jornadas diarias rotativas de 8 horas. Desde su inicio, sus tareas comprendían permanentes movimientos repetitivos de carga y descarga, levantamiento de elementos de gran volumen y peso aproximado de 15/20 kg, todo ello en posiciones antiergonómicas.
Trece años después, el trabajador comenzó a sentir dolores en la zona lumbar y se lo notificó a la empresa. Sin embargo, General Motors no lo comunicó a la ART, por lo que el operario avanzó con las consultas médicas a través de su obra social. Allí le diagnosticaron hernia de disco y tuvo que someterse a una cirugía.
Las dolencias en su cuerpo empeoraron: tuvo adormecimiento en las piernas, limitación en la flexión de su espalda y rengueras hasta no poder caminar. A partir de ello, el operario realizó la denuncia de sus padecimientos a la aseguradora que rechazó el siniestro por considerar que no se hallaba expuesto al agente de riesgo.
Recorrido judicial
El operario de General Motors solicitó una indemnización que fue rechazada totalmente por la aseguradora que negó cada uno de los hechos denunciado.
Entonces inició una demanda bajo el patrocinio del abogado Pablo Angelero contra Omint ART SA. Allí reclama el pago de las prestaciones dinerarias correspondientes a la Ley de Riesgos del Trabajo por la enfermedad profesional que padece como consecuencia de las labores desempeñadas para General Motors de Argentina SRL.
El informe pericial médico indicó que el operario sufre una incapacidad obrera laboral de casi el 25%, que atribuye en un 15% a la hernia discal operada. En la causa judicial los compañeros de trabajo atestiguaron sobre los esfuerzos físicos a los que se encontraba sometido durante la jornada laboral.
Agregaron que el trabajador debía estar constantemente de pie adoptando diferentes posturas de agachado o encorvado, debiendo flexionar su cuerpo para poder trabajar sobre los automotores que estaban en movimiento constante sobre la línea de producción.
También los testigos puntualizaron que en temporadas de alta producción en la planta ubicada en Alvear trabajaban 12 horas diarias y bajo un notable esfuerzo físico. Y que debían transportar peso al recoger las autopartes de los vehículos aledaños para poder colocarlas en el automóvil.
En ese marco, la jueza laboral Silvana Quagliatti sostuvo en el falló que “luce demostrado de manera evidente el nexo de causalidad entre las tareas realizadas y la patología relevada en la pericia médica”.
Por último, en la resolución, la jueza rosarina obliga a pagar a la aseguradora Omint SA una indemnización de 7 millones de pesos al operario de General Motors más allá de que siempre quiso negar la afectación de su salud con las tareas laborales.