Este martes 31 se conoció el Informe “Igualar” sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción publicado por el Observatorio de las Violencias y Desigualdades por Razones de Género del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD), a cargo de Ayelén Mazzina. Allí se destaca que los sectores de menores ingresos están compuestos casi en un 64 % por mujeres y disidencias sexuales.
A su vez, según el informe en el cual expresan las desigualdades de género en el mundo laboral, expresa que la tasa de desocupación es del 7,8 % para las mujeres y del 6,1 % para los varones. Es decir, es mayor la proporción de mujeres y disidencias que no tienen trabajo y lo están buscando activamente con respecto a sus pares varones, lo que muestra que ellas enfrentan mayores dificultades para conseguir un trabajo remunerado.
Sumado a ello, las mujeres y disidencias también enfrentan las dificultades para trabajar jornada completa. Según el relevamiento, la tasa de subocupación horaria es de 13,3% para las mujeres y disidencias, mientras que la de varones se ubica en 9,4 %.
En tanto, la tasa de informalidad es del 39,3% en las mujeres y del 36,6% en los varones, lo que indica que la incidencia de formas de trabajo no registrado en las relaciones asalariadas es mayor en las mujeres que en los varones. Por tal motivo, las mujeres y personas LGBTI están más expuestas a trabajos precarios sin acceso a la seguridad social -como son los aportes jubilatorios, obra social, entre otros- ni al resto de sus derechos laborales.
Feminización de la pobreza
A la hora de acceder al mundo del trabajo, la desigualdad de género es un factor que condiciona el pleno ejercicio de derechos laborales. Las mujeres, lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersex, no binaries y otras identidades de género y orientaciones sexuales (LGBTI) están expuestas a una serie de barreras que deben enfrentar en sus trayectorias laborales y principalmente de vida, lo que representa una feminización de la pobreza en Argentina.
Los datos, que fueron relevados de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (EPH-INDEC) del segundo trimestre de 2022, indican que hay una amplia diferencia en la brecha de ingresos: las mujeres y disidencias ganan, en promedio, un 28,1 % menos que los varones.
En ese marco, la tasa de actividad para las personas mayores de 14 años expresa un 51,7 % para las mujeres y disidencias sexuales, mientras que para sus pares varones es del 70,1 %. Lo que representa una brecha del 18,4 %, es decir, las mujeres y personas LGBTI tienen una participación menor en el mundo laboral por lo que están más expuestas a trabajos informales que vulneran sus derechos laborales.
Además, la feminización de la pobreza es un factor clave para la reproducción de las violencias por motivos de género, tanto dentro como fuera del mundo laboral.
Por otra parte, según informó el Ministerio de la Mujeres, Géneros y Diversidad tiene una serie de Programas para dar respuestas a dicha problemática estructural que se vive en el país. Entre ellos, se encuentra “Registradas”, con el objetivo de reducir la informalidad en el sector de trabajadoras de casas particulares, garantizar su acceso y permanencia a un empleo. “Acompañar” que tiene el objetivo de fortalecer la independencia económica de mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género.
A su vez, pretenden reglamentar el artículo 179 de la Ley N° 20.744 de Contrato de Trabajo, que establece la obligación para los empleadores de contar con espacios de cuidado para niñes a cargo de las personas trabajadoras que emplean, con el objetivo de promover la corresponsabilidad de los cuidados.